viernes, 28 de mayo de 2010

75º paso en el búnker




Me pesa la mano cuando tu cuerpo sinuoso reclama caricias. Las venas hinchadas acumulan años de impotencia. Tú eres joven, tanto, que piensas que el amor resbala entre sábanas calientes. Te curvas hacia mí como una estrella menor hacia el centro de su galaxia. La vejez ralentiza el paso porque ya sabe hacia dónde va. Me incomodas con una voluptuosidad apremiante. Ya no puedo jugar a creerme la pasión con este mustio esqueleto, nostálgico de muertos. Tú transpiras vida y necesitas crearla con cada suspiro. Arrullas, mientras busco el borde de la cama para saltar al vacío. Lo más deseable de la muerte es que se trata de un lugar sin esquinas. Es esta manía estética que me ofrece una visión general de la escena la que me impide el engaño en el placer. Qué haces en la ventana. Ven aquí conmigo. Miro cómo el horizonte se pliega en la oscuridad. Aprovecha, cariño, para fijarte mejor en el mural de mi vergüenza.

1 comentario:

o s a k a dijo...

"Lo más deseable de la muerte es que se trata de un lugar sin esquinas"

En mi opinión, eso es lo que la hace más detestable. No digo que tengamos que ser un hatajo de nervios, ni presa de las pasiones más falsas... pero de ahí a la omeostasis perfecta hay un enorme abanico de experiencias y sentimientos a los que llamar, con gozo, Vida.

Bueno, como digo es mi opinión y la someto a toda experiencia más dilatada y responsable que la mía.

un abrazo desde zgz, que no te olvida,

n a c o
contradicciónentérminos