lunes, 29 de noviembre de 2010

128º paso en el búnker




En su momento me pareció que el Banco de España no debía meterse en ese lío de los test de estrés. Su obligación es estar bien informado y regular, no hacer público unos datos maquillados hasta el esperpento cuyo efecto placebo apenas ha durado dos meses en los mercados.

Ahora leo:“El Banco de España exigirá a las entidades bancarias dar cuenta detallada de todos sus activos tóxicos, sobre todo en el ladrillo, pero no sólo.”

Después de ahogar la carcajada que me producen declaraciones de este tipo, sabemos que volverán a engañar y lo llamarán transparencia. Pero qué quieren, ¿qué digan la verdad? No pueden, lo negarán todo, como lo hizo Lehman hasta el último minuto, como lo hicieron en Islandia, o Grecia, como lo han hecho los bancos irlandeses, negar aunque te pillen en la cama con la vecina: no es lo que parece. Tendrán que volver a maquillar los balances con contabilidad creativa, no hay otra. Quizá engañar no sirva a medio plazo, pero es que decir la verdad aboca de inmediato a una huida de inversores y a una imposibilidad de financiación, cierre definitivo del grifo. En resumidas cuentas, en este caso la virtud no es una opción. Ahora bien, lo que me molesta y me parece más grave, es que el regulador se preste a este juego, porque si también el regulador pierde la poca credibilidad que queda en este país, apaga y…


Estoy de acuerdo con Zapatero, niego absolutamente que España necesite ser rescatada. Lo nuestro se llamará de otra forma: europeísmo, solidaridad, una nueva Europa, un modelo diferente de responsabilidad común. Y el método tampoco será como en otros países que han sido rescatados. Aquí se dirá: un convenio crediticio con el FMI que afiance las estructuras de lealtad internacional en un marco de economía sostenible, un préstamo bilateral con tal o cual país (probablemente con la fracasada Merkel) que será muestra de la confianza que existe en un país como Alemania hacia la solvencia de su hermana España, una inyección del BCE que escenifique la voluntad de defender al euro con nuestra sangre en contra de los especuladores que pretenden acabar con el proyecto europeo que tanto esfuerzo nos ha costado y que hoy más que nunca nos une. Ya me entendéis, nunca necesitaremos un rescate.

Estoy por abrir un grupo en Facebook para darles entradas de cine a las autoridades financieras europeas para que dejen de reunirse los fines de semana. Han acordado que los inversores privados se responsabilicen de sus inversiones en parte, dependiendo de cada caso y a partir del 2013. ¿Se ríen de nosotros? En el 2013 todos calvos.

jueves, 25 de noviembre de 2010

127º paso en el búnker




La fracasada Merkel lleva un par de meses planteando una medida revolucionaria que desnuda al sistema actual: "que los inversores se responsabilicen de sus inversiones y asuman las posibles pérdidas". El sentido común de los despistados de este sistema, dirán sorprendidos: "¡Ah, pero eso no ocurre ya!" Pues no. Por eso países como Irlanda, Grecia, Portugal o España pueden colocar su deuda sin problemas de demanda, aunque a un precio cada vez más alto. Los inversores saben que si esos países no pueden hacer frente al pago, vendrá el dinero público a tapar el agujero, dinero que principalmente viene de los fracasados alemanes, que por otra parte parecen estar hasta los cojones de pagar los platos rotos. Es una medida a la que se resisten esos países por una razón muy simple: los inversores dejarían de acudir a esas emisiones de deuda si tienen que hacer frente al riesgo de no cobrar en tiempo y forma. Y es que emitimos deuda, no para hacer frente a proyectos ambiciosos, sino para gastos corrientes y pagar vencimientos de deuda anterior. Deuda para pagar deuda, ja,ja,ja. Y todavía hay gente que duda que este sistema está agotado. Menos mal que el sábado los treinta elegidos se reúnen en Moncloa, los treinta expertos en refinanciar deudas (patada a seguir). Como hoy no puedo pagar, me refinancias la deuda y ya te la pagaré mañana, y mañana me la vuelves a refinanciar. Los bancos, por su parte, aceptan el juego porque en caso contrario tendrían que anotar esos impagos en sus balances y los test de estress serían muy estresantes, su tasa de mora aumentaría y sus dificultades para financiarse en el mercado aumentarían aún más. Los treinta se reúnen con el monclovita, que es experto en maquillaje de cuentas públicas. Y hablarán de patria, de ese concepto discutido y discutible. Los treinta se callarán que su estrategia actual es huir de la marca "España" para sobrevivir. Y el monclovita se callará que él bastante tiene con salvar la cara de su partido como para pensar en España, porque él en ningún momento ha dejado de ser un hombre de partido. Mientras, los veintinueve mirarán al banquero rojo buscando una respuesta y él les hablará de Ferrari.

Insisto, el tiempo para entrar en el búnker, se acaba. Cerraré la puerta y que se salve el que pueda a la intemperie.

martes, 23 de noviembre de 2010

126º paso en el búnker




Me importan un pimiento las elecciones en Cataluña de este domingo por dos razones funamentales: porque no creo en la capacidad catártica de unas urnas a las que sólo se acercan los fanáticos de secta o los ilusos que todavían compran mercancía averiada, y porque mi interés por los asuntos internos de otras naciones es limitado. Pero reconozco que sería interesante un cambio de caras en el poder, pues no serán tan idiotas de comerse el marrón de unas cuentas maquilladas. Al igual que ocurrió en Hungría, o en Inglaterra o en Grecia, los nuevos tienden a levantar las alfombras antes de volverlas a colocar en su sitio, aunque Cataluña is different, y su oasis suele prevalecer sobre la lógica.

Las urnas ya no me sirven como castigo a una clase política tumoral. Sería necesario al menos una sentencia judicial que los inhabilite para cargo público para los próximos cincuenta años, porque suelen tener la fea costumbre de volver y volver, al estilo Rubalcaba.

Todos los gobiernos, sin excepción, son conservadores. Quieren conservar un sistema que les ha aupado al poder, y para ello serán capaces de permitir la caída de todo y de todos negando la propia realidad. Para cuando la gente quiera reaccionar, será tarde. La gente también es conservadora, hasta los mendigos piensan que si se mueven las cosas pueden ir a peor. Es lo que hay.

jueves, 18 de noviembre de 2010

125º paso en el búnker




Dubai no era Lehman.

Grecia no era Dubai.

Irlanda no era Grecia.

Siguen con la táctica de la patada a seguir ante la crisis de este sistema agotado. Cuando uno de los enfermos entra en la unidad de cuidados intensivos, el resto de las ratas huyen del barco alegando que hay que evitar el contagio, como si las ratas no llevaran la enfermedad en sus tripas.