martes, 6 de septiembre de 2011

146º paso en el búnker



Me regalaron un verso como animal de compañía, se orina por las baldosas rociadas de la pintura que busca atrapar al genio en una botella de lejía. No rima, hace tiempo que mi verso no rima, se esconde cuando llego con los pulmones cargados de pena. Mi mascota no tiene nombre. Nunca me he visto en la necesidad de llamarla. Se rasca arrimándose a los rodapiés. Cuando le enseño una hoja escrita pasa la lengua y deforma en geometrías extrañas la tinta. Mi verso es cubista del párrafo justificado. No entiende de grandes obras que lo único que hacen es quitarle tiempo a la gente para que viva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

GENIAL ME ENCANTO ;D