lunes, 25 de junio de 2012

203º paso en el búnker.


Después de reflexionar sobre los aspectos a favor y en contra, he decidido dar un paso adelante y confesar públicamente que soy heterosexual (cuando me dejan, claro). Personas muy cercanas han sido quienes me han animado a dar la cara y a salir del cajón de la mesilla después de tantos años de oscurantismo y de estar ahí encogido. Sí, es cierto que a nadie le importa con quién me acuesto y con quién me levanto, ni con quién se me pone dura. También es cierto que nadie me ha preguntado, pero he creído necesario hacer esta declaración pública para animar a otros heterosexuales a mostrarse sin complejos en una sociedad lo suficientemente madura para acoger noticias así. Ahora me siento aliviado, contento de haberlo hecho, y estoy recibiendo el reconocimiento de mucha gente que aplaude mi valor y mi coherencia. 


6 comentarios:

César dijo...

Observo las puertas de su armario, D. Luis, abiertas de par en par, y siento un profundo alivio. Ya estaba hasta los mismísimos de oir a mi alrededor eso de ¡heterosexual el último!.

Anita Noire dijo...

Válgame dios!! y tu crees que ahora los heterosexuales nos salvaremos de la pira. A veces no tengo claro si debí salir del armario y confesar que a mi me ponen los machotes, muy machotes.

Luis Amézaga dijo...

Me alegra que ambos os atreváis a declarar vuestros cosquilleos hormonales. Cuándo vamos a montar la carroza.

Y recordad, lo nuestro no es el armario, es el cajón de la mesilla, mucho más sufrido.

Interruptor dijo...

¡Jo! Pues a mí me da un poco de miedo salir de la cajita pequeña del fondo del cajón de la mesilla.

¿Tú crees que debo?

Bueeeeeno, vaaaale:
soyyy... soy... soy hetero.

¡Lo he dicho! Pero no acabo de sentir ningún orgullo especial, oye.

Luis Amézaga dijo...

Bien, interruptor. Ves, no era tan difícil.

Tbo dijo...

Osea..., ¿que tu también te rascas los huevos, no?