sábado, 16 de marzo de 2013

220º paso en el búnker.




Tiene la puerta blindada de óxido, la manilla rota y su universo en contracción evidente. Al otro lado de su apuntalado maxilar, la buhardilla adecentada con pasos lentos acaba  en un ventanuco que sonríe a un largo callejón de moribundos sin nombre que la noche aborta como si no fueran suyos. Preside el lugar una cama de hierro sollozante, un trono de insomnios con patas cojas, la almohada con durezas irregulares, embozados los pies en escalofríos húmedos. Los ratones se mueven con prisa, pero con la confianza de que nadie los expulsará de ese territorio desnaturalizado. Solo un niño con espíritu de paladín intrépido se columpiará en lo que para él todo es misterio. La soledad es su atracción y su reto. En la buhardilla los rostros que las formas irregulares insinúan, tienen vida demorada y el cielo parece un cobijo negligente para ellas. A esa primera edad el tiempo no significa nada, y las horas son vidas completas. La ficción del hombre adulto habrá de regresar a esos momentos de su biografía si quiere alimentarse de lo que no caduca.


1 comentario:

Sylvia dijo...

Hola Luis,

he visto que tiene diferentes blogs, relacionados, entre otras cosas, con la literatura. Nosotros tenemos una web www.buscarlibros.com y un blog también en ese área.

Mi pregunta sería si está interesado en un blog invitado, sobre libros principalmente, o ajustándonos a lo que nos pida.

Nos puede contactar a través de FB o twitter sin problema.

Muchas gracias