Jazz band; sudan las calles negras
cuando la cámara persigue a un guerrero que tira su armadura, la trompeta infla
los carrillos en la fiesta del té con musulmanes de gala en medio de una danza
clásica que convierte los polideportivos en teatros, exposiciones genitales con
dolor de espalda y tristeza en el estómago, poesía en el agua y el museo como
laberinto de nudos herrumbrosos, Teseo, ¿dónde estás?, sigue el hilo que te
llevará al empacho de los sentidos, a escenas con argumentos falsos, mentiras
que hacen más digerible la verdad, el caos de la impresión busca la memoria de
la sombra plañidera sentado en el umbral, y qué, qué quieren decir los libros
con sus palabras, ¿no saben estar callados? el silencio es más sencillo que la
cultura, menos agotador, sin abalorios, pues la belleza no necesita
promociones, él lo sabe después de su paseo por el bosque del que ha traído un
saco de picaduras y una extraña alergia en la piel, se siente creativo, ha
tomado un folio sepia, lo ha mirado, ha mirado al techo, con la mano derecha ha
sacado a respirar su pene introvertido, lo ha acariciado como a un animal de
compañía, y una balbuciente descarga de semen ha diseñado el fondo del papel,
¡arte!
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