viernes, 31 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -25

 


Cuando finaliza el año es costumbre enumerar una serie de libros, los más metabolizados por la emoción. Pienso que hay escritores que escriben para durar erguidos en el curso entrante, dios mediante, de erecciones. Escribir sobre lo escrito, a eso nos dedicamos desde que ya está todo dicho. Una narración histórica o una buena biografía relegan a la novela a las horas en que la mente quiere mecerse en lo insulso. Me olvido de los títulos casi antes que de sus autores. Pero recuerdo los efectos del libro, porque los libros tienen efectos secundarios y no todos son perjudiciales. Tengo un amigo muy lector que no habla de libros, le parece de mal gusto. Mi amigo también opina que una mujer que llena el estómago de un hombre y vacía sus huevos, es la dueña de su mundo. Le indico que hoy en día eso es un trabajo por el que hay que pagar. Me pregunta que cuándo no ha habido que pagar. Los chulos son los recaderos de las putas, sus mantas eléctricas en noches frías sin trabajo. Cuando finaliza el año, otro está esperando para ocupar su despacho.


jueves, 30 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -24

 


Aceptamos situaciones que no queremos vivir porque esperamos cambios en un futuro no muy lejano. Extrañas criaturas. El futuro es probable que no llegue, y si llega, con seguridad no será como lo proyectamos, así que estamos haciendo el panoli. La realización personal es ahora o no es. La mariposa no cuenta los minutos que le quedan para ser mariposa de pleno derecho. Vuela como una mariposa, colorea el aire, desaparece sin duelo, llegan otras mariposas. Los hospitales los hemos convertido en el limbo. La ciencia promete una realidad basada en deseos que no puede cumplir. No te despidas del que se va. Ambos estáis en el mismo sitio. Nadie va a ninguna parte, nadie se queda en ninguna parte. El ser hace el estar y el estar hace el espacio. Para las contradicciones y paradojas tenemos un talento natural que el resto de criaturas ignora. Somos consentidores de la mediocridad. Nos amparamos en la piedad para justificarlo. Sé tajante aunque haya riesgo de parecer cruel. En ocasiones, lo que a ti mismo se te oculta por obvio, lo ve el otro en ti. Mírate con sus ojos, haz que se vea en ti para devolverle el favor. Juega a los espejos. La soledad es conectar con los demás sin verte perturbado por los trucos a los que nos hemos hecho adictos. Sal de la ciudad aunque vivas en ella. La magia de la contradicción. Relájate, el entendimiento no necesita de esfuerzos, de fuerza, de voluntad. La telepatía no pone palabras ni imágenes en tu mente. Pone silencio y claridad. La telepatía se produce entre nosotros por calefacción central, por energía común.


miércoles, 29 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -23

 


Seamos minuciosos en la descripción, respetemos los tiempos, revivamos los hechos, puesto que cuando se viven por primera vez solo quedan impresiones y se escapan los detalles fundamentales. La viuda camina con pasos cortos sobre las tablas del parquet. Cualquier ruido que contamine la escena del amor puede acabar en un relato mugriento. El difunto apenas dejó objetos a los que vincular un recuerdo, así que las imágenes no grabadas del hogar eran la única prueba de que un día pasó por ahí, dejando un renglón difuso, de relleno, en la procelosa historia de la humanidad. Solía dormir sentado, comer de pie y leer recostado. Solía fruncir el ceño como si hubiera reconocido el engaño. Llevaba zapatillas de casa, pantalón de tergal, camisa a rayas. Sabía de números, sabía que los números no engañan. Hablaba poco, socarrón para esconder el dolor. Sin autoestima que defender, solía esconderse de los acontecimientos, pasar sin pena ni gloria, sin ser visto e intentando ver lo más posible. La viuda coge una corbata del difunto y se la anuda al cuello.


martes, 28 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -22

 


Abrió el grifo de palabras; ahora calientes, ahora frías. Se lavó las manos, se le anegaron los ojos. Cogió su cuaderno repleto de frases congeladas y fosilizadas, ojeó los principios del enamoramiento. Todo parecía posible cuando el destino iba a ser cosa de dos a favor de viento o contra el mundo entero. Daba igual. Dos en una dirección, juntos, sumando, ayudándose a escalar muros que antes parecían infranqueables. El enamoramiento es un cerebro tuneado y las palabras brotan como si el manantial nunca se fuera a acabar. Pero ella fue a visitar a un amigo. No regresó. Él, una tarde, después de deambular por las horas oscuras de calles sin nombre, tomó una decisión: vendió la casa, el coche, dejó el trabajo, apiló sus enseres en un almacén alquilado, adquirió un billete de avión y se fue a otro huso horario en busca de la autodestrucción muda, sin miradas familiares que le recriminasen la actitud derrotista. Pero es que él, con ella, ya había renunciado a sí para ser uno en dos. Ahora ya no quiere ser uno en uno solo. Cuando tocó fondo y las manchas de su piel dibujaron un mapa del desastre, apareció un buda en aquella esquina de meados y le ofreció un plan para aprovechar la negación de sí mismo. Le convenció de que esa negación abriría la puerta de la afirmación del otro, del que siempre fue, es y será, porque no maneja palabras ni tiempos verbales. Antes de morir, que ya no era morir, había desaprendido cualquier saber hasta dar con la inocencia renacida. El buda se reconoció en él como en un espejo y fueron uno en dos por un instante. El enamoramiento fue desenmascarado, los lunares de la espalda se convirtieron en el firmamento de un universo en expansión. Cambió un amor por amar.

 


lunes, 27 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -21

 


He paseado por un barrio de viejos. Las ambulancias circulan por estas calles con una asiduidad que da grima. Josechu es un héroe anónimo. Tiene un sobrepeso que no se debe a lo que come, pues es frugal como un pajarito. Padece de las dos rodillas. No le sujetan. Apenas se mantiene en pie, pero con una osadía digna de admirar sale a la calle a jugársela todas las mañanas y todas las tardes. Quizá tenga miedo de caerse en casa porque vive solo, y eso sería casi como ser enterrado en vida. Así que se arrastra hasta la terraza del bar de la Sofi. Se sienta, pide un café, saluda a los parroquianos. Aguanta vientos fríos y chicharras a partes iguales de forma estoica. Hoy una de las ambulancias ha venido a buscarlo. Se ha caído en el paso de cebra, al intentar cruzar hacia su portal. <<No es nada>>, ha dicho mientras sangraba  de la rodilla izquierda como un cerdo en la matanza. Josechu dormirá hoy en el hospital, le cuidarán mejor sus tristezas y cenará caliente. Un buen día.


domingo, 26 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -20

 


Tu cara aparenta más juventud de la que tiene. Tu ser, aunque está como el primer día, es más viejo de lo que cualquier cuerpo pueda recordar. La identidad es un vasto campo con aroma a hogar que no tiene propietario. Tú eres, y no por ello te diferencias del resto que es. No te olvidas de ti y no mueres. Solo muere lo que nunca existió. Ve a por setas y las setas irán a por ti. Cómelas y seréis uno, un hombre seta.

            Duerme al lado de ella y soñarás sus sueños, temerás por sus fantasmas, te inclinarás ante sus dioses. Si no es así, deberías coger un camino distinto hacia personas diferentes. Los trazos de tu cara apenas son gazapos en el aire que desaparecen cuando llega la calma. Ya no te ríes con nada ni con nada lloras. Pero sí bebes y eyaculas compulsivamente cuando tu cerebro se ve empujado a la socialización de lo frívolo. Eres más del vis a vis, de adentrarte en territorio inexplorado y descubrir que en el otro hay una identidad de la que no te puedes separar. Lo importante es ser la historia o parte de ella, no contarla, no que te la cuenten, no que te recuerden ni que te evoquen. El anónimo es el verdadero amante de la historia, el que supo no estorbar con su nombre. Necesitamos más héroes desconocidos. Necesitamos que el arte vuelva a engrandecerse con autores que no pretendan llamar la atención. La democracia ha traído menos excelencia artística y más entendidos en decoración.


sábado, 25 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -19

 


Navidad. Nace el hijo de dios como antesala de su muerte. La resurrección no se sabe si es un volver a empezar o un estado definitivo. Ha madrugado para hacer visible la soledad, ha paseado por la ciudad desnuda para identificarse con las farolas, los bancos, las piedras y las fachadas. Ha dejado marchitar a los amigos y permitido morir a los familiares más queridos. Las tradiciones son un producto envasado al vacío. Si no cumples con ellas, te embarga la tristeza. Ha olvidado las letras de los villancicos, no sabe dónde están las figuras del belén ni el árbol decorado. Qué podría compartir y con quién. Es de admirar cómo ha ido despejando la pista de despegue hacia el cielo.


viernes, 24 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -18

 


La cama es la capilla del derrotado. Los espíritus velan suspendidos mientras su mente intenta buscar una salida al laberinto que ha diseñado para entretenerse. En la cama desaparecen el hambre y la sed, las relaciones sociales, la vanidad del mundo, las pretensiones y el tiempo. En la cama practicas la muerte, te conviertes en clásico al romper con la actualidad. La cama está cercada por dos abismos que el derrotado no osa afrontar. En la cama los sueños pierden vitalidad, los huesos se resienten, los músculos se atrofian, la mirada se cierra. En la cama del derrotado solo cabe uno, solo llora uno, solo lo entiende otro.

 


jueves, 23 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -17

 


A veces somos capaces de ver a través del otro, del tiempo y el espacio, mirando con la limpieza de un inocente. Una mente que deja de seguir a maestros, a objetivos que no sabes dónde están, se acoge al misterio de un silencio que no busca ni guarda intención oculta. Una vez que piensas con honestidad sobre tu ser, sobre el ser que no se manifiesta y el que sí, descubres que pensar es un arma muy poderosa, pero tiende a disparar contra su dueño. El pensamiento honesto es aquel que se relega a sí mismo a un papel de veneración hacia el silencio.

            Las calles se llenan de bullicio, de personas que se saludan, comercian, comen y beben para socializar, cantan y hablan muy alto. Cuando llego a casa por las noches escribo sobre lo que he visto, sobre lo que no he visto, pero sobre todo quiero escribir sobre lo que nadie ha visto. Sin miedo a mirar. Sin miedo a qué dirán. Sin miedo a dónde me llevará este camino emprendido. Sin miedo a que no haya camino. Me limito a contemplar cómo las personas del mundo se tiran a la calle a luchar para mantener su rutina, a la batalla de la vida, a conquistar un mes de vacaciones que suelen ser agotadoras por el cúmulo de lugares y experiencias que se echan como peso muerto en el zurrón de sus vidas. Si tuviera un interruptor, lo pulsaría para detener el mundo, obligaría a dos horas de aburrimiento al día a la población, sin posibilidad de escaparse haciendo cualquier cosa. Un experimento de la nada.


miércoles, 22 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -16

 


Procuras un infierno a tu medida. Nadie mejor que tú para joderte la vida. Eres el adecuado para hacerte padecer hasta el extremo, sin escapatorias ni zonas de descanso. Nada mejor que tus propios pensamientos como terribles elementos de tortura. Eres el idóneo para esa labor de autodestrucción, donde no quede ni la dignidad de la sombra. 


martes, 21 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -15

 


Necesitamos a los monstruos, al compararnos con ellos nos sirven para exonerarnos. Nos identificamos sin problema con la víctima, pero no con el asesino, como si éste fuera una devastación extraterrestre. Los monstruos los tenemos dentro, no están fuera por mucho que nos empeñemos en ello. El miedo a desgastar nuestro ego nos impide reconocerlo. Y es que el ego es un tramposo dispuesto a todo para salir indemne. El hecho de que tengamos controladas algunas pulsiones no significa que no existan. El hecho de que acatemos las reglas de convivencia social no significa que haya muerto el salvaje. Ni tú ni yo superamos la prueba del algodón. Acogemos en nosotros a la víctima y al verdugo con una naturalidad dual que aturde. Desde los medios de comunicación, que ven disparadas sus audiencias con los monstruos, se insta a endurecer las leyes, a encerrar de por vida a la fiera, a adiestrar desde la infancia para que el engendro no crezca descabezado. Sin decirlo en voz alta, sabemos que existirán siempre mientras existamos nosotros. Como existirán las víctimas que nos alimentan. El monstruo es el ego que no se sacia con nada. La víctima es el ego dañado. Un mal sueño entre dos nadas en las que el ego naufraga. Un sueño que animamos porque el ego ha conseguido que nos identifiquemos con él. 


lunes, 20 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -14

 


No te esfuerces más, o sí, pero no aguardes mercedes por ese esfuerzo. No es algo automático. No funciona como causa y efecto. El mérito consiste en descubrir que solo la disposición a recibir funciona. El fragor diario entretiene, agota las emociones y te narcotiza en un videojuego donde el guión subyuga, convirtiéndote más en esclavo que en participante. Desde que practicas el silencio has visto cómo tu cabeza se llena de ruidos y desasosiego, que hasta entonces pasaban inadvertidos en la participación activa del juego. Ahora que lo has probado, estás deseando volver al silencio para quedarte. No es fácil. Pero más difícil te resulta ya permanecer en el ruido constante. La cabeza va a explotar. Respiras y tu aliento se funde con el aire afilado del invierno. El genio está fuera de la botella, no te encierres tú en ella. Deja que los dormidos acunen a los dormidos. El estado de alerta es relajado, es natural, es dormir al sueño, es no olvidarte de ti ni un instante aunque esa identidad es igual de inasible como palmaria.

 


domingo, 19 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -13

 


Paso horas recorriendo en soledad los caminos. Caminar es mi terapia contra los oscuros pensamientos que asolan a cualquier hombre que se hace preguntas. Los caminos pasan por pueblos cada vez más desolados, por ermitas derruidas, por campos explotados a la sombra de subvenciones europeas. Los caminos me llevan y me traen, y sé que uno de esos caminos sin nombre acabará engulléndome y dejando una humilde cruz a su vera.


sábado, 18 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -12

 


Suelo intercambiar chascarrillos inocuos con mi vecino Brahim. Ha venido de Argelia. Tiene una mujer recluida entre trapos, paredes e hijos pequeños sobre los que no lleva la  cuenta. Brahim realiza chapuzas a domicilio y exprime las ayudas sociales que un país endeudado más allá del 120% de su producto interior bruto pone a su disposición. <<Somos así de chulos>>, le digo.

            Me cae simpático Brahim; es sociable, algo pícaro y muy formal con los deberes de su religión. Aunque me llama amigo, sé que no lo soy. A pesar de que nos llevamos bien, para él, en el mejor de los casos, soy un hombre profundamente equivocado. Me suele recriminar que los occidentales, o carecemos de valores, o los tenemos viciados. En el peor de los casos, para él soy un perro infiel que es despreciable ante Alá y ante sus seguidores. Brahim puede engañarme, incluso debe, si así favorece a sus creencias. Puede utilizarme, incluso debe, si es conveniente para su causa eterna. Brahim se subyuga a su dios, y por lo tanto, cualquier cosa es posible por el manejo perverso que los hombres hacen de dios. "Alá y sus mensajeros están exentos de responsabilidades para con los idólatras" (Sura 9:3). 

            Para qué negarlo, Brahim me desprecia, aunque agradezco que disimule. Sé de su desdén hacia mí porque lo declara hacia los otros cuando está conmigo.


viernes, 17 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -11

 


Cuando se produce un hecho luctuoso, una violencia mediática, unos trenes que saltan por los aires, un hombre indefenso a quien meten una bala en el cráneo, se suele lanzar el mensaje de que todos somos víctimas de la tragedia. Si fuera cierto ese gesto inútil de implicación solidaria, no habría asesinos. Y de éstos vamos sobrados. El mundo paralelo que hemos ido articulando posee personajes peculiares a los que hemos dado cabida y rendido honores, porque tenemos el concepto de realidad alterado. Luego nos llevamos las manos a la cabeza cuando esos mismos personajes hacen lo que saben hacer: generar caos y confusión. Son frágiles e inconsistentes los mundos paralelos que nos da por habitar. Cuentan con la ventaja de que la realidad no pierde el tiempo desacreditando espejismos, y éstos van reforzando su influencia en personalidades arrogantes que prefieren ser reyes de los escombros que príncipes en el palacio. Las grandes grietas del mundo paralelo son ocasionadas siempre por los hombres más pequeños, capaces de ser verdaderos al no tener nada que perder. Cuando se acaba nuestro tiempo, se nos ofrece una visión menos condicionada de la realidad, pero pocos son los que se integran en ella, prefiriendo volver a probar suerte con la ilusión. La eternidad no rechaza a nadie. Somos nosotros, y nadie más que nosotros, quienes no encontramos cabida en ella. Preferimos seguir intentando ser aparte del Ser. Hacemos cola en el paritorio, es nuestro turno de berrear saliendo por el túnel de la madre. La luz artificial daña hasta que nos acostumbramos de nuevo a las apariencias. La noria sigue dando vueltas con nosotros de cobayas voluntarias.


jueves, 16 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -10

 


El alterne ya no es para mí. El cuerpo ha dicho basta a una actividad social que me mantenía con pulso. Antes me bebía hasta los sólidos. Ahora me tomo un corto de cerveza con limón, me siento en una mesa, ojeo el Marca y veo pasar a las cuadrillas que beben a la velocidad de la luz. Escucho sus chanzas, sus comentarios penetrantes, sus indirectas al mentón, sus cachetadas, sus agudezas, sus detalles costumbristas, su vida a borbotones, y suspiro como un viejo que sabe está de comentarista de historias que no vivirá. Un viejo de edad joven que sueña con cultivar infinitivos como toda aventura significativa. Un viejo que ha descubierto que de noche todos los campos son pardos y aterradores. Un viejo de edad joven que amanece cuando amanece, y a veces antes, como nervioso, como si tuviera algo que hacer.


martes, 14 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -9

 


Escribir es abrir una herida que estaba cicatrizando, es no dejar en paz el pasado e inventarse el futuro. Escribir es de necios. Sí, sé que me he llamado necio. No me arrepiento. Es una adicción como otra cualquiera, aunque sea la más dañina de todas. Porque al leer nos predisponemos a creer, como quien asiste a un truco de magia y desea ser engañado para disfrutar de un placer efímero y fraudulento. El amor no quiere a quien lo escribe. El amor desprecia a quien lo cita. El amor prescinde hasta del que ama. El que escribe nada sabe del amor, pero convence a quienes le leen de que es así o asao. Escribir las últimas voluntades es querer imponer tu voluntad. Escribir poemas es hacer malabares con las emociones. Narrar es apostar por una doble vida cuando ni siquiera sabes vivir una. Escribir el punto final resulta muy complicado para los charlatanes. No somos, pero nos hacemos la ilusión de ser con las sombras chinescas.


lunes, 13 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -8


He ido de visita. Vive en un barrio de paredes desconchadas, de orines de gato, de ancianos que se mueren como si tal cosa, de parados de larga duración, de inmigrantes que vienen a plato puesto, de patios con sillas de bebé abandonadas, de cagadas de paloma sobre una paloma muerta, de chupinazos descabellados para fiestas en las que nada se celebra, de viejos roqueros grotescos, de borrachos al mediodía, de chinos sin pasado ni futuro, de putas tristes, de rateros que prestan dinero, de evangelistas que cantan hasta que acabas odiando la música, de basura pobre, de árboles con muleta, de tejados con goteras, de bragas en los tendederos, de gritos a medianoche, de risas desdentadas, de bancos pegajosos, de parques amarillos, de trastiendas registradas, de coches de policía que se saben el camino, de ambulancias que siempre se paran, de abrazos que no dejan que te vayas.



 

domingo, 12 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -7

 


Vino tortilla, vino calamar, vino callos, vino criadillas, vino arroz, vino cordero, vino patitas de cerdo. Estás dormido y bebes, a veces comes. Con el cerebro alegre, el corazón se desnuda en la vía púbica (sí, de pubis). La cháchara descarga malestares ocultos incluso para el que habla. Vino abrazo, vino despedida, vino cuadrilla, vino empresa, vino soledad. El bebedor de vino no entiende de añadas, entiende de áreas de servicio, de tiempos muertos, de prórrogas antes de volver a casa. Los amigos de tu infancia ya son viejos a los que has atrapado en un recuerdo del que no pueden escapar. Ellos hacen lo mismo contigo. Vino melancolía, vino inspiración, vino emprendedor, vino apretón de manos. La familia es la caravana que llevas anclada al vehículo, puedes dormir en ella, vivir en ella, pero si te mueves de un sitio a otro, debes acarrearla como un peso pesado, a veces muerto. Vino picado, vino desesperado, vino para quedarse. 


sábado, 11 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -6

 



A la confusión le gusta enredar. Los confusos se reúnen y llegan a conclusiones erráticas. Nuestro mundo es una mezcla de lo que el universo tiene ideado para él y de la creatividad esencial que nos caracteriza. La mezcla nos confunde. Los pequeños detalles nos emocionan. Las grandes medidas nos frustran. El hombre que logra la fama debe alejarse antes de que lo descalabren aquellos mismos que hoy le encomian. El arrojo de la juventud debería ser otorgada a los viejos. La serenidad de la vejez debería ser otorgada a los jóvenes. El pesimismo no surge de la experiencia del pasado. El pesimismo, aunque sea erróneo, es el modo más común de protegernos frente a las decepciones futuras a las que alentamos inconscientemente para darnos la razón; la profecía autocumplida. La autodestrucción es nuestro botón rojo, nuestro seguro de no mundo. La iluminación no se logra para siempre, sino para ahora, solo para ahora. El hombre está tan cansado de su confusión, que si no fuera por el miedo, se echaría al suelo a morir. Pero la muerte es una experiencia como cualquier otra cuando vives en el ahora. No más, no mañana, no pesimismo ni optimismo. Quita la pelusilla de tu corazón, pásale el plumero y escucha atentamente.


miércoles, 8 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -5

 


La comezón que generan las diferentes variantes que no se materializan, los simulacros que ideamos en nuestras cabecitas, nos llevan más tiempo que los hechos. Vivimos más vidas que una, y la real no la vivimos con la atención que se merece, puesto que estamos entretenidos sufriendo por lo que pudiera ser y no es. Estás distraído, pero si un diente se mueve como una mecedora queriendo salirse de su encía, logrará acaparar tu atención durante todas las horas de la jornada hasta que lo soluciones yendo al dentista. Un diente puede ser tu meditación más plena. Coge el dolor y haz el camino inverso, lo mismo con la ira, con cualquier emoción. Súbete en ellas y retrocede hasta sus orígenes, sigue hacia atrás, más. En efecto, vienen de la ideación que tienes de ti mismo; el mayor fetiche que se pueda imaginar, el mayor que somos capaces de construir. Pero es tan fatuo, que sigues ahondando, porque sabes que el centro aún está más cerca de ti. De ahí vienes; de la nada desértica, no de un espejismo. 


domingo, 5 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -4

 


Abro la puerta y entra tambaleándose. Su cara está abotargada. Los medicamentos le tienen sometido a un calvario sólo comparable a la enfermedad que combate. He decidido no pensar en su dolor, no sentir empatía, ni solidarizarme verbalmente con su dramática situación. Indago en la forma de ayudarle sin sentir, sin pensar o actuar. Sólo estar con él, junto a él, en él; porque él soy yo con otra cara. Cualquier otra manera de ayuda contaminaría la escena por la intrusión del puñetero y extraño ego curioso.

            Se tiene que sentar. Las palabras se le quedan colgadas en las babas; no llora, le lloran los ojos sin pedir permiso. Entiendo lo que no puede decir y soy consciente de que no puedo hacer mucho. Sé de mi poquedad. Y él lo comprende. Ambos estamos entregados a quién sabe qué. Es una actitud de entrega rendida. Estamos uno al lado del otro. Respiramos el mismo aire. Mi cuerpo tiembla un poco más aliviado, porque hoy, al menos hoy, no se le exige ese grado de sufrimiento que el otro padece. El cuerpo tiende a la supervivencia aunque muera el cuerpo de al lado. Menos mal que somos con envoltura y a pesar de ella.

            Esta mañana ha salido a comprar el pan y ha aprovechado para hacerme una visita. Me confiesa que igual no llega a la hora de comérselo. Si todos tuviéramos esa actitud no obligada por los acontecimientos, disfrutaríamos de cada mendrugo de pan como si fuera un  último milagro. Comer el pan de cada día se ha convertido para él en una hazaña. No me habla de necesidades. Hace tiempo que no recibía una visita tan desinteresada. Sigo guardando silencio. Es el mío un silencio de ignorante total, no de discreción ensayada.


sábado, 4 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -3

 


Las redes sociales son la representación ficticia de la ficción. Son el sueño del sueño. Doble tirabuzón antes de caer. La prosperidad para todos significa que ese "todos" sean unos pocos y que la prosperidad sea un bien escaso. Cualquier tipo gris desde su habitación mugrienta puede hacerse propaganda y crear pompas de jabón virtuales. Pero el tipo gris sigue siendo gris. Nada ha cambiado, excepto que el receptor no capta la situación real del emisor. Además hay que contar con que la autopista que pone en contacto a ambos, está manipulada para que los que circulan por la izquierda vayan más rápido y más lejos. Detrás de ella están los beneficiados de tanta bobería, los que ofrecen aparentemente gratis unos servicios que sirven para conocernos mejor, vendernos al mejor postor y manipular más fácilmente la mente común. Si no nos vendieran al aceptar los regalos, nos cobrarían por el objeto brillante ofrecido. Quizá lo hagan cuando ya no seamos capaces de vivir sin ellos, cuando seamos capaces de pagar hasta tres veces por la misma cosa. La dependencia hacia la representación ficticia de la ficción crece exponencialmente. Nuestra atención respecto a lo que tenemos delante flojea, nuestra capacidad de interiorizar decae. Somos más vulnerables a cualquier ideología, a cualquier "vende humo", a cualquier teoría rápida, eficaz, que ofrezca satisfacción inmediata. Las palabras son formas del vacío. Así que sigo escribiendo porque nada puedo romper con ellas, nada puedo construir con ellas. Nada de nada. Nadie se hizo sabio a través de las palabras. Otro asunto es que cuando un sabio habla, sus palabras llevan una carga transformadora que va más allá de la semántica. El hombre gris se aprovecha de las imágenes para dar visos de realidad a su mensaje por redes. Las imágenes nos seducen con mayor rapidez que las palabras. Las imágenes tienen fama de ser más reales que las palabras. <<Lo he visto con mis propios ojos>>. Es una fama inmerecida. Las imágenes son tan representación ficticia de la ficción como las palabras. Creemos que la imagen es la demostración del hecho. ¡Creemos tantas tonterías!


miércoles, 1 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -2

 


La personalidad es una herramienta de encaje en la sociedad, y si no funciona, pues la cambias. Nacemos sin personalidad, los bebés están libres de esa construcción ficticia. Pero a los pocos años aprendemos que hemos de hacernos con una, y vamos ensayando cuál nos va bien para lidiar con las relaciones y con el mundo. Con el paso del tiempo, de las circunstancias o del marco en el que nos movemos. La personalidad es una idea que los demás se hacen de nosotros sostenida con varias imágenes que van acumulando en su memoria, y es la idea que nos hacemos de nosotros mismos a fuerza de confrontarla con el mundo. Ambas ideas, la que tenemos de nosotros y la que los otros tienen de nosotros, no suelen coincidir. En definitiva, la personalidad es una falsedad aceptada para la convivencia en relaciones que no son verdaderas, no pueden serlo con semejante preámbulo ilusorio. Con la vejez, se suele volver a prescindir en buena parte de la personalidad, no sólo por las enfermedades neurodegenerativas, sino porque te sales o te sacan del carril social y dejas de usar los filtros para mantener una imagen que se cae a ojos vista. Como bien dice la sabiduría popular, los ancianos se convierten un poco en niños. La caída de la personalidad, bien sea en la primera infancia, bien en la ancianidad, o bien por alguna situación traumática o enfermedad incapacitante, tiene la virtud de hacer emerger algo que no es una construcción mental. Se trata de la individualidad. Esa no cambia, es el hilo conductor de una vida, es la que te procura identificación tengas tres años o noventa, hayas perdido la memoria o aún no hayas vivido significativamente para adquirirla. Individuo proviene de indiviso, de indivisible, de unidad. La personalidad es fragmentaria, como miles de piezas que no terminan de encajar en un puzle de locos. La individualidad es unitaria. El individuo es la gota de agua que guarda en sí las características del gran océano. El individuo no se apuntala en imágenes mentales, ni se ve amenazado por insultos o criticas, ni le hacen crecer los halagos. El individuo ya es, desde siempre, todo lo que se puede ser. Pero al escoger la personalidad, enterramos bajo cincuenta capas de hormigón a la individualidad. La personalidad nos hace sufrir porque es irreal y acabamos en la mayoría de los casos, identificados con esa irrealidad dividida. La individualidad nunca desaparece, aunque la olvidemos. Está ahí, como soporte de vida, conectada  permanentemente con lo real, con lo no manifestado, desde donde se hacen viables todas las manifestaciones. El individuo no necesita hacer grupo para sentirse seguro o estar protegido. El individuo es un ser verdadero, y como tal, no está amenazado por la ficción, por mucho que ésta se empeñe en activar el botón del pánico. 


domingo, 28 de noviembre de 2021

La danza del espacio infinito -1

 



He oído una conversación en la calle. Dos jóvenes hablaban de que Elon Musk, el jefe de la compañía SpaceX, quiere enviar una expedición con cien personas a Marte. La idea es que cuanto más lejos vayamos, más cerca estaremos del saber. Conocer al extraño es una forma de conocernos a nosotros mismos. Mirarnos desde fuera. Hemos llegado a identificarnos con el planeta Tierra solo porque es el lugar desde el que miramos. La posición nos crea el espejismo de que estamos quietos en un universo que no se detiene. La velocidad del hámster en la rueda no lleva a ninguna parte. No permitas que te conviertan en insignificante. Tu pequeñez es tan grandiosa como la mayor de las extensiones siderales. No te dejes seducir por la megalomanía de quien, acomplejado, pretende ser a costa de aminorar al prójimo. Las bajas pasiones no tienen nada de malo, pero si tu construcción son solo los cimientos no hay morada ni monumento a admirar. No podrás contemplar desde las ventanas más altas los paisajes más regios. Te quedarás a ras de suelo. Marte está cerca, demasiado. Tú puedes volar más lejos, vivir más grande, ver más hondo. Estás hecho del material de lo eterno. Cierra los ojos. Pruébalo.


sábado, 23 de octubre de 2021

La oscuridad me basta. Thomas Merton.

 


Es casi medianoche y estoy esperándote en la oscuridad, en el gran silencio. No me dejes pedir más que quedarme sentado en la oscuridad, sin encender una luz por mi mismo, ni atiborrarme en mis propios pensamientos para llenar el vacío de la noche en la cual espero por ti.

Déjame volverme nada para la luz pálida y débil de los sentidos, para permanecer en la dulce oscuridad de la fe pura; en cuanto al mundo, déjame volverme para él totalmente oscuro para siempre. Que yo pueda de este modo, por esta oscuridad, llegar en fin a tu claridad.

Que yo pueda después de haberme vuelto insignificante para el mundo extenderme en dirección a los sentidos infinitos contenidos en tu paz y en tu gloria. Tu claridad es mi oscuridad; yo no sé nada de ti, y por mi mismo, ni puedo imaginar como hacer para conocerte. Si yo te imaginara estaría equivocado, si te comprendiera estaría engañado, si quedara consciente y cierto de que te conozco sería loco. La oscuridad me basta.

Thomas Merton (1915-1968)





viernes, 23 de abril de 2021

jueves, 18 de marzo de 2021

Reseña "Los ladrones de ideas" en Almiar-Margen cero

 


«Lo que parece ser» es lo que piensas que es. Los pensamientos son la naturaleza de la mente, los pensamientos surgen y se esfuman; todos, sin excepción, incluso los divinos. Por eso, lo que aparece y desaparece solo parece ser. Lo que es ni aparece ni desaparece, ni los suicidas pueden matarlo.

Reflexión en la revista Almiar-Margen cero


miércoles, 24 de febrero de 2021

Los ladrones de Ideas.

 


El suicida sufre una mente que se ha apoderado de su identidad, y para destronar a esa impostora no encuentra otra forma que borrar todos los pasos andados. El suicida anhela el silencio agazapado bajo el mortificante ruido del martillo pilón que se ha instalado en el centro de su vida. El suicida ha jugado al mundo con las cartas marcadas por este y ha perdido casi todas las manos. Le dicen que intente cambiar las reglas del juego, pero esa es otra trampa en la que ha caído sin que la falsedad del mundo pierda un ápice de terreno. Hay suicidas que son hábiles en el juego y han ganado muchas partidas con las cartas trucadas, pero su insatisfacción es más profunda que la vinculada al hecho de perder o ganar. Su insatisfacción se deriva de que el juego es tomado demasiado en serio y los jugadores están fuera de sí proyectados en una invención inconsistente. Los suicidas se mueven por desesperación o por decisión reposada, por rendición o por búsqueda de un marco diferente. Los suicidas también quieren vivir. En "Los ladrones de ideas", ambos personajes, tanto el escritor Odei como el mendigo Lander, saben que el juego está amañado y resulta interesante tener cerca la posibilidad de dejar de jugar en el momento que ellos decidan. En el relato de Odei: "Gran Grano", que se transcribe en la segunda parte del libro, los personajes ya están condenados a una salida rápida y sufriente del juego, para ellos el suicidio es más como irse dando un portazo cuando no les queda dinero con el que seguir apostando.


miércoles, 17 de febrero de 2021

El Tiempo.

 


En los primeros minutos de haber entrado en el aula, el profesor soltó la frase del filósofo francés Clément Rosset: <<Lo real siempre se toma la revancha>>. Al profesor se le oía pensar mientras hablaba. Impartía sus clases echando mano de un compendio de anécdotas atribuidas a diferentes personajes históricos. Con ellas acaparaba la atención de sus alumnos, y a partir de esa atención aprovechaba para datar el suceso y ubicarlo en un contexto histórico concreto. La fórmula funcionaba. Para él la historia era, y así lo manifestaba al principio de cada curso: tiempo. Hacía suya la idea de Heidegger de que nosotros no nos movemos en el tiempo, sino que somos, estamos hechos del tiempo mismo. Cuando nosotros nos acabemos, el tiempo se acabará. Uno de sus alumnos, en cierta ocasión, objetó que el concepto sí permanecería. El maestro preguntó cómo y dónde permanece ese concepto del tiempo, pues sin testigos conscientes que lo validen, que den fe de él, su "existencia" se evapora.