viernes, 23 de septiembre de 2011

148º paso en el búnker



La paloma traspasó su lente haciendo volar las pestañas prematuramente canosas del niño prodigio que estaba a punto de descubrir el número de respiraciones del podenco por cada cien metros recorridos, Gainsbourg fue un héroe por tirarse a una tal Brigitte Bardot, miento, eso sólo es anécdota, la música sale de la caja, de un pecho de madera, el amor sale del celuloide y en ocasiones vuelve a él. Pero en la vida real no hay finales hasta el final.

viernes, 16 de septiembre de 2011

147º paso en el búnker



Cuando se apagaron las luces que dejan al público desnudo de protagonismo, el ojo apuntó al escenario. El lamió la boquilla de su saxo, dejando claro desde el primer instante que estaba dispuesto a ponerle los cuernos con aquel instrumento que le aupaba a infaustos placeres de la mano de un sonido que era su propio estómago regurgitando. Nada ni nadie vibraba mejor que aquel saxofón con el movimiento desenfrenado de sus dedos. Su mujer, desde la primera fila, supo que ella era la otra. Se trataba de una lucha desigual. Cómo batallar contra la hipnosis que produce la creación, contra la magia de un momento armónico donde el músico da con la tecla de sí mismo, con el silencio imbatible.

martes, 6 de septiembre de 2011

146º paso en el búnker



Me regalaron un verso como animal de compañía, se orina por las baldosas rociadas de la pintura que busca atrapar al genio en una botella de lejía. No rima, hace tiempo que mi verso no rima, se esconde cuando llego con los pulmones cargados de pena. Mi mascota no tiene nombre. Nunca me he visto en la necesidad de llamarla. Se rasca arrimándose a los rodapiés. Cuando le enseño una hoja escrita pasa la lengua y deforma en geometrías extrañas la tinta. Mi verso es cubista del párrafo justificado. No entiende de grandes obras que lo único que hacen es quitarle tiempo a la gente para que viva.