Sé que tiene muy mala prensa, y que defender al que es considerado fuerte queda feo. Pero me da igual, soy muy de "La Merkel". La razón es tan sencilla como una frase que pronunció y que no he escuchado a economistas de renombre, a gurús de la crisis ni a los dignamente indignados. Dijo algo tan sencillo como esto: "No podemos seguir creciendo a crédito. Debemos conseguir crecer sin endeudarnos". ¿Solo eso? Ni más ni menos. Nadie en los tiempos modernos ha dicho algo tan revolucionario. Ninguno de los 7.000 millones de personas que pateamos la Tierra actualmente hemos conocido otro sistema de crecimiento que no fuera a través de crédito. El fin de semana, sin ir más lejos, el señor Rajoy hablaba de que no se puede crecer si no fluye el crédito hacia la sociedad. Lógico, no procesamos en nuestra mente otra manera. Por eso la frase de la Merkel fue como un terremoto para mí, y enseguida supe que estaba ante la frase más revolucionaria pronunciada sobre el asunto. En mi opinión todos deberíamos interiorizarla, reflexionar sobre ella desde la mañana hasta la noche, exprimirla, pensar cómo llenarla de contenido, cómo hacerla realidad. Intelectuales, políticos, economistas, sociólogos, fruteros, estudiantes, banqueros, blogueros en paro, y hasta los vigilantes de la playa, tendríamos que estar dándole vueltas a este asunto que se me antoja primordial.
EEUU, que hizo saltar la alarma mundial con las subprime, tomó dos medidas: una, desviar el foco hacia otro sitio, Europa para ser más concretos. Y la otra fue echar más carbón a la caldera, imprimir más dinero, endeudarse aún más, dar la patada a seguir. Repito, no conocemos otro sistema para hacer las cosas. Pero EEUU se pudo permitir engañar al moribundo sistema incendiándolo más, porque siempre colocan toda su deuda (hasta la fecha). Y la colocan porque tienen un amuleto que se llama dólar que es la moneda con la cual se realizan todas las transacciones mundiales. Y coloca toda su gigantesca deuda porque los demás están a favor de que el Imperio continúe y no caiga porque lo arrastraría todo. Y volvemos a lo mismo, porque no conocemos otra cosa. Pero Euro-pa es distinta. Euro-pa no puede colocar toda la deuda que quiera a precios razonables. Además el crédito funciona en un marco de expansión (mañana seremos más grandes y más ricos que hoy y me lo podrás devolver...), pero no en un marco de recesión donde mañana seremos menos grandes y más pobres que hoy y será un crédito fallido o tóxico. Entonces hemos de aceptar que aquí no podemos dar la patada a seguir, no podemos crecer más a crédito. Y en este punto es donde La Merkel demuestra -contrariamente a lo que muchos opinan- que sí le interesa el proyecto que se llama Euro-pa. Hasta la fecha Alemania sí ha podido hacer funcionar su maquinaria con crédito barato, llegando a emitir deuda casi a interés negativo. Pero eso no le ha impedido a la canciller pronunciar esa frase que es un cambio total en las estructuras mentales, sociales, geopolíticas y económicas, que abre la puerta a un nuevo modelo por investigar, por inventar desde cero. Y deberíamos ponernos a la tarea cuanto antes: ¿cómo puede una empresa crecer, innovar, acometer un proyecto, sin acceder a un crédito, a una inyección de dinero externo que le apriete la yugular? ¿Cómo puede una familia acceder a un bien necesario (vivienda) sin apelar al crédito que le ahogue durante 40 años? ¿Cómo pueden funcionar las entidades bancarias sin el negocio del crédito? ¿Cómo pueden acometer los países proyectos vitales de infraestructuras o de bienestar social sin endeudarse? ¿CÓMO?
Respondamos a estas preguntas y estaremos ante un cambio imparable, una gran revolución. Ya sabemos que el sistema con el que hemos funcionado hasta hoy, y que es el único que conocemos, ESTÁ AGOTADO. ¿Lo sabemos? La Merkel, sí lo sabe.