Pero algunos, con una ceguera terrible y sectaria, no cambian de opinión por muchas esquinas que se encuentren en su camino. Así siguen caminando en la misma dirección, sólo cambian el atuendo: antes ataviados con rifles fusilaban al Cristo, ahora con casco y maza destrozan a la Virgen. Son los mismos que nunca cambian de opinión, que sólo se cambian de ropa. Cuando lleguen al fondo de este callejón sin salida ¿qué harán?
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Pero algunos, con una ceguera terrible y sectaria, no cambian de opinión por muchas esquinas que se encuentren en su camino. Así siguen caminando en la misma dirección, sólo cambian el atuendo: antes ataviados con rifles fusilaban al Cristo, ahora con casco y maza destrozan a la Virgen. Son los mismos que nunca cambian de opinión, que sólo se cambian de ropa. Cuando lleguen al fondo de este callejón sin salida ¿qué harán?
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