viernes, 31 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -25

 


Cuando finaliza el año es costumbre enumerar una serie de libros, los más metabolizados por la emoción. Pienso que hay escritores que escriben para durar erguidos en el curso entrante, dios mediante, de erecciones. Escribir sobre lo escrito, a eso nos dedicamos desde que ya está todo dicho. Una narración histórica o una buena biografía relegan a la novela a las horas en que la mente quiere mecerse en lo insulso. Me olvido de los títulos casi antes que de sus autores. Pero recuerdo los efectos del libro, porque los libros tienen efectos secundarios y no todos son perjudiciales. Tengo un amigo muy lector que no habla de libros, le parece de mal gusto. Mi amigo también opina que una mujer que llena el estómago de un hombre y vacía sus huevos, es la dueña de su mundo. Le indico que hoy en día eso es un trabajo por el que hay que pagar. Me pregunta que cuándo no ha habido que pagar. Los chulos son los recaderos de las putas, sus mantas eléctricas en noches frías sin trabajo. Cuando finaliza el año, otro está esperando para ocupar su despacho.


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