sábado, 29 de enero de 2022

La danza del espacio infinito -54

 


El dogmatismo empobrece al ser humano, decía Sócrates. A los griegos clásicos apetece escucharlos más que al compañero de mus que echa órdagos a grande con un caballo y una sota. ¡Maldita su estampa! El débil piensa que si es flexible tiene todas las de perder, por eso se hace dogmático y la idea lucha por él. Cuanto menos valor te adjudicas, más te aferras a las ideas. Resulta algo latoso que tu sustancia guarde silencio ante los contextos, pero comprendo su callada por respuesta con lo agotable y agotador del pensamiento limitado. El movimiento es desorientación en busca del sitio que te corresponde. Una célula es más compleja que el canal de Panamá. Y calla. No se da importancia a pesar de llevar en sí la sabiduría de millones de años. El escenario donde transcurren los hechos no determina tu identidad, pero la condiciona. Hay que conciliar o cargarse el escenario de un manotazo. Sin embargo, muchos no lo hacen, sino que anulan su sustancia. El sufrimiento es la consecuencia lógica. Solo viendo el proceso de ese penar, puedes restituir el estado que te corresponde. La compasión de unos pocos es el reservorio de muchos inconscientes.

 

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