martes, 15 de febrero de 2022

La danza del espacio infinito -70


Me hacen gracia los epítetos que aplicamos al prójimo cuando descubrimos en él la maldad, como si ésta nos fuera ajena. Marcamos distancias en un vano intento de estar a salvo de la iniquidad. Solo hace falta una excusa que nos parezca de peso, una circunstancia contraria a nuestro parecer, y aquello que juzgábamos como apestoso se desarrolla en nosotros con una facilidad innata. Y es que somos proveedores de grandes gestos y de mezquinas acciones.


No hay comentarios: