viernes, 5 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -171

 


He paseado con pachorra por las mismas calles que en otras fechas pateo estresado y fulminante. Ya era hora, estaba necesitado de que los demás cogieran vacaciones. Que se vayan merece la pena, aunque me llenen el Whatsapp con sus fotos viajeras. No pensar por dónde caminas porque tus pies se saben el recorrido es una ventaja para disfrutar del paseo. La costumbre te abraza como una abuela rechoncha. El sol de un manotazo ha espantado cualquier intermediario entre su mirador y el suelo que piso. 35º escanean mi cara hasta extraer de ella el gesto más recóndito de la infancia lejana. Un sudor agradable recorre mi piel. Un sudor sin esfuerzo. Paso por delante de un gimnasio cuyo llamativo letrero me invita a practicar Gimnasia hipopresiva, Step-Gap, Zumba y Tax. No sé qué coño es nada de eso. Lo que sí sé es que se dan mucha importancia poniendo nombres. Sigo mi camino.


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