lunes, 14 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -216

 


Si eres costurero de historias y se te cae un botón, el personaje principal aparece como un descamisado envuelto en escabrosos asuntos sobre los que el lector necesita detalles. Invéntatelos o deja de coser. Eres donante de sangre para los vampiros de libros. Eres conquistador de aburrimientos yacentes. Tengo sospechas de que escribes para despistar a los investigadores que buscan al asesino del boticario. Ese montón de medicinas que no necesitas, te delatan. Y que te amancebases con la viuda al día siguiente del sepelio también da que hablar. Pero tienes talento para la fabulación y estamos hartos de hechos consumados, tan podridos, tan vulgares... Asesina y cuenta con nuestra discreción mientras nos regales páginas de envolvente literatura. Nuestra imaginación es más importante que nuestra biografía por siempre jamás. En tus relatos nos das bastante en lo que pensar con esa ama de casa que fornica con perros, ese funcionario de la administración de justicia que roba en los grandes almacenes artículos de lujo, ese famoso jugador de fútbol que paga mancebos para que se la chupen a la salida de los entrenamientos, ese dirigente de izquierdas que apalea mendigos los fines de semana, ese chino que es sicario de una mafia rusa. Sedúcenos y haz lo que quieras con nuestra vida.


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