miércoles, 6 de septiembre de 2023

El zumbido del que subyace-17

 


Todos los miedos tienen su origen en el miedo a la muerte; es su nave nodriza. El miedo a la muerte proviene de la desviación de la identidad hacia el objeto que es cambiante, vulnerable, aparente, finito y mortal. Surge la voluntad de convertir su apariencia en realidad autosuficiente. Iniciado este camino te ves inmerso en un laberinto de malezas del que resulta imposible salir. Y el miedo es el primer y más evidente clamor. El objeto, aunque pretenda apropiarse de la naturaleza infinita del sujeto impersonal, solo consigue sufrir por la tensión generada. 

Cuando lo real absorbe la experiencia contraída de la personalidad, no es que la historia se detenga, es que nunca nada ha ocurrido, nunca nada ocurrirá. El relato se derrumba, por muy relevante que parezca.

    

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