El momento presente exige ser afrontado sin excusas, por eso la mente cobarde prefiere desplazarse al pasado o al futuro. La personalidad entra en modo pánico al ver que se derrumba. En su caída intenta aferrarse a cualquier saliente. Acaba dejando un montón de polvo. Se altera mucho la mente cuando no le das nada que hacer. Su identidad artificiosa depende de estar ideando continuamente, convirtiendo los pensamientos en objetos que se materializan en lo que llama mundo. Cuando estás en ti, en el espacio de la espontaneidad, la mente presiente que no es necesaria y que está siendo derrocada de su trono conquistado durante siglos. Las ideaciones aparecen como lo que son: ridículas y ensordecedoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario