domingo, 4 de agosto de 2024

La Gracia.


 

La Gracia no llega, sucede en toda hora y lugar. La pregunta es cuándo nos impregnamos de ella. No se trata de un acto de voluntad ni de elección mental. Concebimos la Gracia como algo imprevisible e insólito. Nadie sabe cuáles son las condiciones —si las hay— idóneas para la adhesión. Quizá, que hayas sido apeado de todas las esperanzas, o que no te queden fuerzas para buscarla o negarla. Por eso se llama Gracia, porque es gratis, no guarda servilismo hacia ninguna cualidad ni supuesto merecimiento, porque no puede ser manipulada, afectada, ni predicha desde fuera de sí misma.


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