martes, 22 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -221

 


Corros de hombres en edad de trabajar ocupan la plaza, matan el tiempo de cháchara. El Estado de Bienestar se puede permitir semejante lujo a costa de otros hombres que no tienen tiempo ni de quejarse. Los "filósofos" del zoco miran con displicencia a los currelas que vuelven a casa haciendo números que nunca les cuadran. Por otro lado están los que se dedican a la "cosa pública", los generosos con el dinero de los demás. No les tiembla la mano en completar sus ya cuantiosos emolumentos con comisiones y chanchullos de mesa y mantel. Pero los abusos no pueden durar para siempre. Algún día los contribuyentes netos querrán ser beneficiarios del lujo y no sus sometidos mantenedores. Llegado ese día, los grupos privilegiados les señalarán, para más INRI, de ser los culpables del caos. Les tacharán de egoístas y acusarán de dinamitar el orden social. Muy bien, dirán ellos, pero se acabó la fiesta a nuestra costa.


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