No hay misiones ni objetivos descritos. La aparición de los mismos va dirigida a evitar el menoscabo de la personalidad, la cual necesita de interés propio, de importancia inventada y de proyecciones en el proceso temporal. Darse cuenta de esto es suficiente para poner la atención en el espacio que habita tanto dentro como fuera de tus fronteras corporales, puesto que ese espacio no conoce los conceptos de dentro y fuera. Se dice que la gota de agua cuando cae en el océano se diluye y desaparece como ente individual. Pero en ese caso, estaríamos planteando que existen dos partes diferenciadas de inicio: la gota y el océano. No hay tal. Cuando la gota individual pone la atención en su interior, automáticamente comprueba que su espacio se extiende y se profundiza hasta no visualizar límites ni orillas. La gota descubre el océano en sí misma, no como entidad aparte, ni como objetivo diferente en cualidad ni cantidad.
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