Un avisado espectador de un teatrillo de marionetas quedó perplejo al ver que una de ellas presentaba una duda a otro de los títeres: — ¿Existirá algo más que esto que conocemos?— Lo cierto es que son las marionetas quienes no tienen vida propia. Es un despropósito que lo irreal se pregunte a sí mismo si existe algo más consecuencia directa de lo irreal. Lo real nunca se plantea algo semejante. Lo real no necesita ese "algo más". Las marionetas se han creído su espectáculo como cierto, el mundo como atrezo, y han olvidado que alguien oculto tras el escenario es quien posibilita su actuación y su discurso.
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