Solo existe el conocimiento de uno mismo. El resto de saberes son entretenimiento. Yo soy nadie que al indagar en si descubre la nada en la que todo cabe. El amor de ése no tiene limites. Se ama a sí mismo sin intención de amar. Cuando el sí mismo se mueve hacia la conciencia de sí reflejada, proyecta mundos. A ese contenido didáctico, lúdico y transitorio, le damos el nombre de vida. Todo ocurre en el sí mismo, pero al sí mismo nada de lo que ocurre se le queda pegado. El mundo no es creación, es proyección. El proyector se llama mente. Cuando el proyector se apaga, el mundo se acaba.
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