¿No te ha pasado que has entrado en un lugar aparentemente vacío y has notado una presencia, como si alguien hubiera estado hace poco, o como si aún estuviera ahí? Esa presencia eres tú. Te notas como algo extraño porque has perdido la intimidad contigo mismo, te has olvidado de ti. Te notas; no con los pensamientos, las ideas, las emociones, el tacto, la vista o el oído. Es por eso que te cuesta reconocerte. Ese notar es innegable, como la presencia misma. La presencia es continua, pero tú dejas de notarla. Las nubes han vuelto a cubrir el cielo y vives en la errónea idea de que el sol desaparece cuando las nubes se acumulan y apelmazan.
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