jueves, 14 de marzo de 2024

El zumbido del que subyace-72

 


Parte desde donde estés: coge tus ideas, tu situación vivencial, lo que piensas de ti, tus creencias, y mételas en la mochila. Échate la mochila a la espalda y ponte a andar como un peregrino sin destino. La vida es una búsqueda del tesoro. ¿Por qué da igual cuál sea tu equipaje? Porque a los pocos kilómetros te darás cuenta de que andas demasiado despacio por culpa del peso, así que sacarás (sean las que sean) tus circunstancias de la mochila y las dejarás a un lado del camino. ¡Así da gusto caminar! Después de meses de caminata aparentemente desorientada, asumes que no vas a ninguna parte, que no sabes en qué consiste el tesoro que buscas. Tú escondiste el tesoro, tú lo has estado buscando y tú eres el mismo tesoro. El paisaje y el camino se transforman en atrezzo, en música de fondo. Vuelves sobre tus pasos, pero no son los mismos pasos. Vuelves porque eres un peregrino para quien ninguna tierra es extraña ni ningún camino es de huida.  


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