miércoles, 20 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-52

 




Surgen pensamientos sobre el intelecto, sobre el cuerpo, sobre el alma, sobre la vida, sobre la muerte, sobre el ser humano, sobre el mundo, sobre Dios. Pero ningún pensamiento sabe quién soy yo.

El pensamiento es como el blandiblú: puedes alargarlo, compactarlo, moldearlo. Es pegajoso, chorreante y perfectamente inútil.


domingo, 17 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-51

 


Lo que protegemos es una idea de nosotros mismos. Una idea. Solo una idea que tiene voluntad de perdurar. Pero las ideas no son; van y vienen. Y por mucho que parezcan importantes, y hayamos puesto en ellas nuestra supervivencia, carecen de entidad alguna.

No estamos en un proceso de mejora, ni nada puede recortar un nanómetro de lo que somos. Cada día percibimos matices nuevos del ser, pero eso no significa que el ser mude o evolucione. Cada momento es el mismo y cada momento tiene una frescura única. La paz es convivir con los opuestos sin moverte con ellos, cohabitar con las paradojas y contradicciones sin ser transformado por ellas.


jueves, 14 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-50

Consolidarse en el silencio despierto es el inicio, no el final. Un inicio sin fin. Un inicio sin disparo de salida. Las formas son tiempo. Las formas necesitan tiempo para avenirse a lo que no tiene forma. 


lunes, 11 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-49

 


La enseñanza va dirigida al pensamiento: a persuadir, a ablandar, a que se cuestione a sí mismo, a que verifique su fiabilidad. Las palabras se usan en la enseñanza para crear la sensación de paradoja. Lo importante viene del silencio que se extiende entre una palabra y la siguiente, incluso en el sonido de la palabra mientras se emite. Lo importante es la presencia que se densa, que se levanta reivindicando la ausencia de límites. 

Con la indagación se buscan grietas en los muros que hemos construido a nuestro alrededor con la excusa de protegernos. ¿Protegernos de qué o de quién? Creemos en el miedo y en sus agentes activos. Somos unos crédulos. Qué es eso que ponemos tanto cuidado en proteger. Guardamos baratijas bajo cien llaves. Lo único de valor con lo que contamos no puede ser robado ni atacado, pero el miedo nos impide disfrutar de esa joya de valor incalculable.   

Con la devoción vamos agrandando el amor hacia aquello que para nosotros está al otro lado del muro, aunque eso que amamos no entienda de lados ni de muros. La devoción es otra manera de empujar el obstáculo para que caiga. El amor al otro tiene el poder de convertirnos en el otro. 

Con la rendición dejamos de empujar para que pasen cosas. La rendición es el reconocimiento (o el agotamiento) de que nada podemos hacer. Nos entregamos. Espontáneamente el muro deja de estar ahí. Espontáneamente comprendemos que nunca estuvo ahí. Espontáneamente descubrimos que somos la joya misma que anhelábamos conquistar. Espontáneamente comprendemos la imposibilidad de poseer lo que somos. Poseer es un verbo que conjuga estupideces. Espontáneamente desvelamos la ilusión hipnótica a la que nos hemos prestado durante tanto tiempo. Espontáneamente surge el perdón porque el error ha caído. Sin miedo todo es posible.


viernes, 8 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-48

 


El espejismo aparece en el desierto. El espejismo no existe por sí solo. Se aparece cuando la sed resulta intolerable. El espejismo distrae, agota y defrauda. La sed sigue estando ahí. Cuando descubres por indagación minuciosa que el espejismo es ilusorio, empiezas a desconfiar. Pero has de reconocer que el espejismo aún te atrae, tira de ti, consigue que acabes braceando en el aire, discutiendo contigo mismo como un loco, sufriendo por imágenes que solo están en la imaginación. ¿Cómo matar un espejismo?, ¿cómo matar algo que no es? Encontrando el oasis donde puedas satisfacer la sed. Para encontrarlo, en vez de perder la mirada en las dunas, has de volverla hacia ti. Esa mirada acabará disolviéndose en el hallazgo de lo que eres. El espejismo se desvanecerá por sí solo al no contar con la mirada del sediento que lo hizo posible.  


martes, 5 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-47

 


El momento presente exige ser afrontado sin excusas, por eso la mente cobarde prefiere desplazarse al pasado o al futuro. La personalidad entra en modo pánico al ver que se derrumba. En su caída intenta aferrarse a cualquier saliente. Acaba dejando un montón de polvo. Se altera mucho la mente cuando no le das nada que hacer. Su identidad artificiosa depende de estar ideando continuamente, convirtiendo los pensamientos en objetos que se materializan en lo que llama mundo. Cuando estás en ti, en el espacio de la espontaneidad, la mente presiente que no es necesaria y que está siendo derrocada de su trono conquistado durante siglos. Las ideaciones aparecen como lo que son: ridículas y ensordecedoras.


sábado, 2 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-46

 


La alegría de no ser "fulanito de tal" deja paso a la existencia perenne. Las paradojas y contradicciones ponen nerviosa a la mente volcada hacia afuera. Es gracioso verla patalear ante la falta de una lógica a la que aferrarse. Quiere ser productiva, programadora de futuro, recopiladora de pasado, interventora, protagonista, hacedora de acontecimientos. La autoimportancia.


miércoles, 29 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-45

 


Comprender el silencio de Dios constituye una gran intuición. El ruido de la actualidad nos tiene secuestrados. No hace falta acallarla, basta con no atender a su premura. No hacer caso de la ficción deja el campo libre a la realidad. El silencio invisible es el hogar que abandonamos como hijos pródigos tras hacernos con parte de la herencia para construir un mundo ruidoso. El hogar siempre nos recibe con los brazos abiertos cuando volvemos la mirada hacia él. El mundo, visto desde el hogar, es un coqueto jardín trasero. El mundo visto desde el mundo, es una pesadilla inevitable.


domingo, 26 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-44

 


La mente, aunque esté abierta a la gracia, se aburre de estar mirando a su fuente, de estar atenta a la espaciosidad. Comprende que ahí reside la quietud y la clarividencia, pero acaba cansándose porque está acostumbrada a los estímulos y fogonazos de lo fenoménico. A la mente le gusta salir de caza aunque siempre sea la pieza. Vuelve a enredar una y otra vez con la idea de que esta vez será diferente. No lo es. El sufrimiento suele ser un gran maestro si no acabas cogiéndole el gusto, que también puede pasar. La mente es capaz hasta de regocijarse en el papel de sufridora. No es tan fácil rendir nuestra estupidez.


jueves, 23 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-43

 


La teoría unificada es aquella que contempla a la vez la unidad y la dualidad. La distancia entre ambas se debe a un sutil cambio en el posicionamiento de observación. Puedes afirmar que el corazón (que es uno) cuenta con dos movimientos opuestos: uno de contracción o sístole en el que impulsa la sangre para que llegue a todo el organismo, y otro de relajación o diástole en el que el corazón vuelve a llenarse de sangre. El sentido de unidad no es completo si no contempla dentro de sí el movimiento dual.


lunes, 20 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-42

 


Esforzarse en ser mejor persona o en construir un mundo más próspero, no va más allá de ponerle un lazo bonito al montículo de polvo. La limpieza se recomienda para evitar la distorsión imaginada en la que los sujetos se ven como ajenos en un espejo con huellas de dedos grasientos.


viernes, 17 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-41

 


Incluso la rendición es un movimiento de la voluntad personal. Incluso la rendición guarda una intención oculta. Indagues o no indagues, invoques o no invoques, te rindas o no te rindas, la presencia sustancial es la masa madre, bucear en ella tu única posición de plenitud. Desaparecer en esa verdad el único destino. Esa verdad es una mano abierta, atenta, autoluminosa. Pero la mente coge la fuerza de esa verdad y la concentra en un punto, que es el llamado mundo a través de la mente. Al concentrarla aparece como puño. La concentración es un puño. La atención es una mano abierta en el espacio sin fin. El puño pretende atrapar el conocimiento creando personalidad frente a otras personalidades, evolucionando, siendo cada vez mejor, dividiendo el todo para digerirlo por partes. Pero las partes del todo son infinitas y nunca se logra la satisfacción del verdadero conocer.


martes, 14 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-40

 


Por qué nos cuesta tanto ser lo que ya somos, estar en esto que ocurre cuando nada más que esto ocurre. Lo primero que descubres cuando te asomas a la libertad de lo que eres, es que siempre has sido libre. Pero no te lo creías. Esta plena experiencia de estar disuelve cualquier concepto de que en el pasado ocurrió esto y lo otro, de que en el futuro sucederá esto y lo otro. Disuelve la visión limitada que se produce por la creencia de que es limitada.


sábado, 11 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-39

 


Había transcurrido su vida dentro de una jaula en una pajarería de barrio, rodeado de otras aves igualmente recluidas. Unos días eran buenos, otros regulares y otros prescindibles. Una mañana entró un cliente en la tienda y lo adquirió. Colocó la jaula en una terraza con vistas a un pequeño bosque. Estaba confundido al ver a aquellos pájaros volar libremente de rama en rama, de árbol en árbol, jugando con las nubes, bajando a la hojarasca del suelo, volviendo a partir hacia destinos desconocidos para él. Después del primer desconcierto, se sumió en una gran aflicción. Acababa de presenciar lo que es la libertad, algo que no sabía que existiera o que había olvidado debido a unos genes dormidos. Intentó echar a volar y se golpeó contra los barrotes de la jaula. Era la primera vez que era consciente de ellos. Intentó aplacar el ansia que había nacido en él, diciéndose que en la jaula tenía el agua y el alpiste asegurados por una mano amiga, y que ahí fuera la incertidumbre y el miedo debían ser insoportables. Pero de nada sirvió, porque la libertad es una llamada demasiado poderosa para ser silenciada con razones. La tristeza le consumía. Ya su vida entre barrotes carecía de sentido. Decidió dejarse morir. La mano amiga, al verlo tan alicaído, le abrió la jaula. Inició un vuelo hacia la libertad y cayó exhausto a los pocos metros. Antes de morir en libertad, se dio cuenta que llevaba la jaula dentro de él.