martes, 19 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -165

 


En el período de convalecencia - que va desde hoy hasta el final de sus días -, aún sabía que la emulsión pantanosa de su cerebro podía volver a postrarlo como una marioneta a la que sueltan los hilos. Había dejado de manejar el concepto temporal de esperanza. Vivía cada momento con atención, sin pedir ni esperar más. Pero en un rápido diagnóstico a su alma sí que llegó a la idea de que necesitaba tener suerte, que las cosas le fueran bien, que necesitaba alegría, necesitaba sonreír con naturalidad, necesitaba no estar en lucha, necesitaba paz, necesitaba ayuda, necesitaba perdonarse, necesitaba valorar, necesitaba servir, necesitaba no tener miedo, necesitaba no molestar más a dios con sus súplicas y moverse con equilibrio, necesitaba responder a la pregunta de Jorge Wagensberg de si es el azar un producto de nuestra ignorancia o un derecho intrínseco de la naturaleza. Por qué, si fue comedido en la felicidad, evitando llegar al extremo y evitando acostumbrarse a ella, el sufrimiento decidió instalarse en su corazón, sin medida, de forma destructora hasta la desesperación. El infierno es un síntoma. Aceptó el síntoma y recuperó el equilibrio. Se rindió y siguió respirando. Llegó a sí mismo después de dar mil vueltas y supo que no podía ser otra cosa de lo que ya era. Supo que debía usar su mente para relacionarse con los demás, con el mundo que le rodeaba, pero era conveniente no hacerle caso en su relación consigo mismo. La mente es una herramienta social, no una verdad que valga para uno mismo. Ahí solo el silencio reina como en casa.


sábado, 16 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -164

 


Por supuesto que en el místico hay alteraciones o patologías físicas, metabólicas y mentales. Pero son consecuencia de una experiencia indubitable de recolocación, no su causa. En los hechos verás la diferencia. A través de ciertas drogas puedes probar el manjar que alimenta a los místicos, pero no te cundirá ni te nutrirá. La búsqueda de la verdad desde lo artificioso es tan loable como inútil. El rayo va de arriba a abajo sin existir conceptos como arriba y abajo. Los cambios y el estado alterado de conciencia solo son eficaces si tienen una base real y regalada. A continuación, viene el acople de la voluntad a esa experiencia, y por último, la caridad de querer expandirla. Qué apasionantes son los tránsitos: el entrar, salir, acostumbrarte a diferentes estadios de la conciencia hasta que se difuminan las fronteras y lo innombrable lo anega todo.


viernes, 15 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -163

 


El autocontrol es tan necesario como demostrativo de lo poco fiables que somos; peligrosos para nosotros mismos, esclavos de lo más infame que podamos imaginar. Capados no servimos, así que nos movemos en la cuerda floja, hacemos virguerías con lo que tenemos entre manos y aplicamos la voluntad a toda acción u omisión. No hay gusto verdadero sin dominio sobre sí. El amor al otro es la guía, el combustible del movimiento. El amor no llega de forma natural (eso es otra cosa); hay que pulir, practicar, entender, sacrificar, encauzar, agrandar. Un coche bomba explotó cuando ella caminaba en dirección a la sucursal bancaria. Perdió ambas piernas. Un grupo anticapitalista reivindicó con orgullo el atentado. Fue víctima de las ideas con brillantina que corrían por los cerebros de esas personas. No ha vuelto a creer en el ser humano, así que cree en algo superior a él para poder amar, para no desear la extinción generalizada. Tuvo que leer en redes sociales que "más mata el capitalismo salvaje". Pasadas las primeras semanas comprobó en su propio pellejo algo que antes había intuido: que las víctimas son percibidas como un engorro, un dolor perdurable que nadie quiere cerca, como personas incapaces de hacer una valoración correcta de la realidad. Incluso comprobó el odio que despiertan entre los esclavos de las ideas con brillantina.


jueves, 14 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -162

 


Benjamín tiene una historia. De origen hebreo, su nombre significa "hijo de la diestra". Diestra como sinónimo de fuerza y virtud. Hijo menor de Jacob y Raquel, que regentan una frutería en el barrio de la judería. A Benjamín le sudan las manos aunque en los test de inteligencia se sale de la tabla y su nivel de concentración va más allá de dos anuncios. Las grandes historias arrastran una tragedia familiar o social durante los primeros años de vida. La infancia de Benjamín pasó sin darse cuenta, tan presente como intrascendente. Las frutas se vendían solas en un estado del bienestar que lo cubría todo. No podías ni suicidarte sin que te miraran mal. Benjamín quiso romper el molde de su futuro antes de que llegara lo previsible. Aprendió a mover una mano en alto mientras con la otra manipulaba por debajo de la mesa. No era trampa, era magia. La generación de Benjamín está compuesta por individuos que se consideran diferentes (por razones ideológicas, sexuales, místicas...) exigiendo igualdad no se sabe respecto a quién. Supongo que respecto a los que desprecian. Benjamín, por su parte, siempre ha intentado pasar inadvertido, no vivir en modo "reivindicativo". Sus diferencias son tan de verdad que se esfuerza porque le tomen por un imbécil más del montón. Su poder estriba en que no le detecten. Es como un hacker del mundo moderno; es decir, del fraude respetable. En las fiestas descontroladas siempre hay alguien en un rincón que mantiene el control y no es un friki. Benjamín es capaz de beber sin dejar de estar presente, es capaz de follar sin dejar de estar presente, es capaz de engullir sin dejar de estar presente. Solo deja la mente vacante cuando se ducha con agua fría. El mundo creado y recreado por la necedad merece que alguien lo sabotee hasta que se le vean las vergüenzas. Benjamín es uno de esos escogidos que puede hacerlo. ¿Escogido por quién? Por el azar que sopla donde le ordena el destino. No sabrías quién es aunque estuvieras ahora mismo robándole la cartera o humillándole con improperios en un atasco. Benjamín es invisible para los que se arrodillan. 


miércoles, 13 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -161


Todas las especies acaban extinguiéndose. La humana no será una excepción, por engreída que sea. El reciclaje máximo. Hemos pensado que la evolución acaba en nosotros. Qué papanatas. Pensar se nos da bien, quizá demasiado. Sentir se nos da peor. Cuanto mayor es el consumo de antidepresivos, más aumentan los casos de depresión grave. Algunos viven con ella de forma crónica, escondiéndose del terror y de la ansiedad que se revisten de mil formas distintas. El paciente de melancolía sufre una tormenta devastadora en su cerebro de la cual no tiene manera de guarecerse. Unas nubes borrascosas se instalan en su frente incapacitándole para actividades comunes, relaciones sociales o pensamientos constructivos. Una tormenta de rayos, agua, pedrisco, vientos huracanados y desolación. A veces llega la calma el tiempo suficiente para que te parapetes ante la siguiente acometida. El desequilibrio químico, emocional y racional convierten al individuo en un pelele que solo ve salidas drásticas como la de muerto el perro se acabó la rabia. Mi consejo es no luchar, mejor adentrarse en el epicentro de la tormenta y solazarse lo más posible en él. Sí, mostrarle que estás dispuesto a aceptar la locura como estado interior y permanente. A veces el bicho huye ante semejante osadía. Las luchas por mantener el estatus anterior se pierden todas. El alcohol desmedido, el sexo compulsivo, las actitudes depravadas, infligirse dolor físico, el exceso como arma arrojadiza, pueden hacerte recobrar durante tiempo limitado un relativo estado de adormecimiento, Pero el bicho está ahí: acurrucado, engordando, acechando para volver con más fuerza. Ante el dolor de la mente, ir de frente dispuesto a morir en el choque, como si te sintieras cómodo en él, sin rechazarlo, respirando sereno, rendido. Repito, a veces el bicho huye. Y si no lo hace, al menos has tocado fondo. Ya está. Se acabó el descenso interminable a los infiernos. El espíritu puede volar en cualquier circunstancia, incluso en la cadena perpetua de la noche oscura. Que nadie te ame, no impide que tú puedas amar.

 


 

lunes, 11 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -160

Cuando se agota la inspiración, el hecho de escribir exige voluntad, aunque creo que ha de ser una voluntad inspirada; pues escribir es un acto absurdo que trata de dar un sentido novedoso al absurdo que nos rodea. Cuando cambie el eje de rotación de la Tierra y el proyecto humano tal y como lo conocemos caduque, el escritor seguirá contando historias. Porque eso somos, contadores de historias, hacemos un relato de todo y creamos lo que nos rodea al contarlo. Somos tan sensibles a los cambios en el campo magnético de la Tierra que los poderes de los superhéroes de la Marvel se ven afectados. Hasta nuestros intestinos se vuelven caprichosos a la hora de evacuar. El Sol no atiende a esos cambios de nuestro planeta y su actividad puede hacernos daño con sus caricias tormentosas. Los rayos cósmicos son besos que matan. El campo magnético es la crema de protección solar que nos pone morenos sin quemarnos. Con estas cosas los animales se desorientan y no saben si volar o nadar, si ir o venir. Escribir desde el final de la historia hacia el principio. Porque llegará el tiempo en que el lector querrá saber cómo empezó todo, ya que el final ya lo conoce.

 


 

domingo, 10 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -159

 


Salir de la ecuación para que demos con una teoría unificada donde el observador no interfiera en los resultados, no es posible. Sin nosotros no hay constatación de la teoría. Sin el observador, el árbol que cae en la selva no produce ningún ruido. Así que entre la teoría de la relatividad general y la teoría cuántica tenemos que ir tirando y no calentarnos demasiado la cabeza con su unificación, que al fin y al cabo también dejaría preguntas sin contestar. Porque otra cosa no, pero preguntar sobre cuestiones hipotéticas se nos da bien. Y embarcarnos en viajes con formulaciones matemáticas interminables, nos entretiene. Encontrar lo que no andan buscando es un don gratuito que se ofrece a voluntades flexibles. No tenemos miedo a despertar cada mañana porque damos por hecho que los objetos y acontecimientos que nos rodean seguirán con un movimiento y comportamiento idénticos a antes de irnos a dormir. Son fiables, mensurables, y los podemos expresar en silogismos sin fisuras. Es un mundo estable en el que podemos realizarnos en múltiples direcciones. Nosotros somos la variante. Aquello que concebimos puede producirse. Aquello que se produce y no concebimos, pasa inadvertido hasta que llega un ser humano que grita eureka. Las paradojas, las contradicciones, nos vinculan a un apocalipsis del no sé cómo ha sido. La teoría unificada es la que se logra desde el corazón y se consolida desde la razón. Llegar a conocer lo que se ama. Amar más cuanto más se conoce. Retroalimentación de hermanos.


jueves, 7 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -158

 


Al cuarto empellón escuchó un "no" sibilante. Los otros tres habían ido precedidos de un "Dios, sí". Él no se considera una divinidad, pero sí un elegido para el amor horizontal, así que le sorprendió el "no" extemporáneo. Cortó de inmediato el flujo sanguíneo y se levantó de un salto, movido por un miedo cerval a la ley. ¡A saber qué pensamiento había cruzado la cabeza de esa mujer! Se fue al sofá y ojeó un artículo en el periódico sobre los peligros de la estanflación. Todo muy antinatural. Pero así son los tiempos que corren con cojera. Unos minutos más tarde escuchó los pasos de ella por el pasillo y tembló pensando en los posibles reproches, sintiéndose culpable sin saber por qué.


martes, 5 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -157

 


Supera cada vez más fácilmente el umbral de estrés. En cuanto sale de su rutina de silencio, contemplación, trabajo, lectura, paseo y escritura, se dispara en él una agotadora guerra sin cuartel. El mundo y sus ritmos son antinaturales. Sus anhelos, desmesurados y voraces. Sus objetivos no son los suyos. Pero vivir sin vivir en él provoca también una tensión que descoyunta la mente y el cuerpo. Concentrarse es un descanso, pero el mundo exige diversificación, disolución, saltos, giros, piruetas, atender sin entender, servir sin saber a quién. El alcohólico se levanta al mediodía como si fuera de madrugada, con la lengua rasposa y un frío cortante que le recorre desde el paladar hasta el colón. Su cuerpo le pide a gritos que eche leña a la chimenea si no quiere morir entre temblores en pleno Julio. El alcohólico consigue convertir el vino en la sangre de un cristo. Pero su fe no le sirve para sufrirse con paciencia. Y bebe hasta que no es él quien vive. A última hora de la tarde acude a una reunión de A.A. No habla de lo suyo. No ha dejado de beber ni un solo día. Qué podría decir. Pero acude a escuchar, a ver cómo los otros se confiesan con la esperanza de que en la confesión esté la salvación. Él llegó a la bebida después de haberlo probado todo, no por error, no por desesperación. Por probar algo irracional. Y funcionó. Bueno, a medias. El cuerpo no aguanta estar borracho las 24 horas. Escucha a los compañeros alcohólicos. Y piensa que él es mucho más bebedor, pues no añora ninguna vida pasada ni aspira a ninguna venidera, al menos como ellos las plantean. El quiere levantar un altar de botellas vacías.


lunes, 4 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -156

 


Pasas la noche en un autobús que recorre el país de norte a sur. Amanece, contemplas los primeros edificios de tu lugar de destino y no quieres bajarte, quieres seguir mirando somnoliento por la ventanilla, quieres seguir viajando de manera indefinida. 


viernes, 1 de julio de 2022

 En un bombardeo corres y no sabes si te alejas de la muerte o vas directo hacia ella. 





domingo, 19 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -155

 


El alarido de los ceniceros que hibernan en cajones olvidados, el baile guasón del condón caducado que no encontraste en su momento por las prisas de la concupiscencia, el berrido del bebé que es sirena de fábrica a la hora de empezar el turno, el grupo de mensajería digital al que te apuntaron y cuya actividad frenética amenaza con ingresarte en un sanatorio, el helicóptero que da vueltas por encima de tu edificio como si fueran a realizar una operación especial en la carnicería de abajo, las risotadas en la calle de adolescentes a quienes han dado vacaciones de verano sin valorar las fatales consecuencias, el bullicio anárquico de los remordimientos, el chapoteo de la introspección, las arcadas de las celebraciones sociales, la batidora que aspira a ser tornado que acabe con la nación, la lavadora que mueve el suelo que pisa, los pájaros que pían improperios malsonantes, el ascensor que sube y baja por tu cerebro como una copa de vino tempranera, las alertas de Bolsa que anuncian venta por pérdidas, la sartén y sus bailes regionales de aceite y agua, los perros que ladran a su destino de mascotas, los africanos del bar de enfrente, que aunque ellos creen estar susurrando, ponen en evidencia la inestabilidad de la lámpara de la salita. El ruido es tortura cuando son otros quienes lo producen. El ruido incita a la violencia, a las reacciones inesperadas, a los suicidios, a los ataques epilépticos, a depresiones, estrés y miedo. El ruido es de este mundo, sólo de este mundo. Por eso creo en el más allá. 


martes, 14 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -154


La extinción masiva abre las puertas a un nuevo comienzo. De ahí nuestro afán destructivo, nuestro morbo por las tragedias a gran escala que nosotros observamos intocables desde una atalaya, moviendo la cabeza de forma condescendiente y compasiva. ¡Era inevitable! Los extinguidos se sacrificaron por la mejora evolutiva, aunque fuera un sacrificio involuntario. Nadie les preguntó, nadie les contestó. Tú ni preguntas ni contestas. Eres uno de los elegidos y un iluso, porque serás extinguido en el futuro ante la fría mirada del siguiente "elegido". No está de moda ser hombre blanco, heterosexual, carnívoro y cristiano. Les han adjudicado lo malo del pasado y no cuentan con ellos para el futuro. Por eso has decidido tomar mucho el sol, para ennegrecer; haces gestos de amanerado, te apuntas a una asociación feminista, te manifiestas contra las corridas de toros, gritas "Refugees Welcome" y orinas contra las fachadas de las Iglesias. Comes quinoa, soja, humus, espelta, seitán y brócolis. Dices: "todos y todas". Hoy empieza una competición de fútbol, una más. En otros tiempos estarías entusiasmado, pero sabes que eso ya no se lleva. Así que te quejas de lo mucho que gana un futbolista habiendo tantos niños en el África subsahariana pasando hambre. Y te rasgas las vestiduras y te encadenas a un árbol. No sabes por qué. Lo has visto en una película, o eso crees recordar. El hábitat se ha desestabilizado. Hoy los herbívoros se comen a los carnívoros. No lo llaman canibalismo, lo llaman hacer limpieza de fascistas. 

 

domingo, 12 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -153

 


Ha corrido, ha sudado, ha amado y se ha corrido. Ha dormido, ha despertado, ha bostezado y levantado, se ha afeitado, rasurado, exfoliado y duchado. Se ha cortado los pelos de la nariz, de las orejas, de la espalda, del culo. Se ha cortado las uñas, limado los callos, dado crema por todo el cuerpo, acicalado y satisfecho ha reído. El cuerpo es un templo al que acudimos sin fe, por obligación. Pero mejor cuidarlo, porque de lo contrario, se viene abajo antes de tiempo.


jueves, 9 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -152

 


<<El cansancio definitivo>>. Estas dos palabras juntas describen un estado muy concreto: cuando el cuerpo reniega de su inquilino usurpador y tira en dirección contraria, rompiendo el equilibrio entre los sentidos en vigilia y el trance del sueño sin sueños. El cansancio definitivo no se soluciona descansando, no tiene cura mientras vivas y colees. No digo que las escobas sean conscientes; me pregunto si la conciencia puede ser una escoba. No digo que las escobas vuelen; me pregunto si la conciencia puede volar siendo una escoba. No digo que existan las brujas y que éstas vuelen subidas en una escoba. Me pregunto si la conciencia puede ser una bruja subida a una escoba que vuela. Si tu sentido común contesta que no, deberemos acudir a otro estado de conciencia para dar cabida a la bruja piruja con una verruga imponente en la nariz y sombrero puntiagudo que ría sobre su escoba voladora amenazando la tranquilidad de las horas oscuras de los cuentos.


lunes, 6 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -151

 


Perdió la inocencia de la manera más inocente. Llegó a la casa vacía, cerró la puerta por dentro para que no supieran que estaba en ella, se escondió arrebujado en un rincón oscuro de la despensa junto al desatascador y la lejía, donde casi nunca miraban. Allí aguardó pacientemente jugando a enlazar palabras esdrújulas. Cuando sus padres entraron en la casa se dispuso a escuchar con el corazón trotando como único movimiento físico. Ellos discutieron como nunca los había oído, intercambiaron insultos, se rompieron vasos, lloraron y rieron con rabia. Luego un silencio borroso y a continuación el jadeo de unos cuerpos haciendo flexiones. Él seguía en la despensa, en estado de shock, arrepentido de lo que se supone iba a ser un juego por su parte. El teléfono fijo se puso a tararear. Escuchó a su madre decir ¡mamá! Era la abuela. Su madre hablaba a gritos. La abuela está algo sorda. Escuchó que su padre entraba al baño y se daba una ducha. Aprovechó para salir de la despensa, abrió sigilosamente la puerta de la calle y la cerró a continuación con estrépito. ¡Hola, ya estoy en casa!


viernes, 3 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -150

 


A saber por qué he recordado hoy la formación del Frente Popular del 36. Los datos vienen y van de forma fragmentada y caprichosa. La historia no se repite, se transfigura. Hoy en el ejército no hay defensores de la patria, hay funcionarios preocupados por la paga extra. La vocación es para los poetas. El dinero baila igualmente alegre con la izquierda que con la derecha en el poder. Si se acaba la música, cambia de estilo musical y aquí no ha pasado nada. La sociedad se me queda atrás, regurgitando demonios. Internet es una maravilla tal que me decepciona su uso vulgar. Cuántas veces he tenido que cortarme las uñas este año. No se merecen el tiempo que les dedico. A no ser que el tiempo sea infinito, casi tanto como las uñas. Los acontecimientos históricos se producen tan a menudo que sólo me emocionan los sucesos irrelevantes. Abro una ventana en la tableta para visitar el Museo de Historia del Arte de Viena (en alemán, Kunsthistorisches Museum). El alemán parece mejor para los hashtag. Es un palacio coronado con una cúpula octogonal. Visito su sección de numismática. Poseen monedas de tres milenios distintos. Historia redonda entre el hombre y el comercio. Los impuestos es lo destinado a mantener una estructura de convivencia que acaba en bolsillos canallas. Qué cruz, qué crucificados, que poca cosa es la justicia humana.


jueves, 2 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -149

 


Los viejos nos creemos, lo confesemos o no, que sabemos más que los jóvenes, más de lo que sabíamos nosotros mismos de jóvenes. Pero tengo pruebas de que eso es falso. Poco ha aprendido el hombre que piense que las experiencias, el tiempo, y la mayor reflexión, sirven para saber más de la realidad tangible e intangible. La limpieza en la mirada, la menor cantidad de sufrimiento y errores, favorecen una mejor intuición de lo que es importante. En eso ganan los jóvenes a los viejos de goleada. Los viejos sabemos más de cinismo, de mezquindad, de conformismos y de derrotas. Los viejos sabemos cosas que sólo defraudan. Sabemos que alcanzar el poder es un objetivo superior a la competencia, la verdad o la coherencia. Los jóvenes se equivocan en busca de la justicia, la solidaridad o la belleza. Los viejos acertamos a costa de renunciar a los imposibles y manipular los posibles. Que corra el vino, que los pinchos de tortilla dejen satisfechos los estómagos, que se convoquen miles de plazas para funcionarios, que alguien de buen ver te saque del cuerpo la desazón hormonal, que la hamaca sea cómoda y el paisaje virgen, que la cultura del mínimo esfuerzo esté bien pagada. A eso nos apuntamos tanto viejos como jóvenes. Hay cosas que no cambian.


miércoles, 1 de junio de 2022

La danza del espacio infinito -148

 


¡Maldito hijo de poeta maldito! Heredar el negocio familiar en el caso de la poesía es endeudarte hasta el frenillo. Ayer te preguntaron cómo te ganas la vida y contestaste que no, que en tu caso es cómo la pierdes. Estás tieso, tanto que cuando andas veinte pasos vuelves atrás a recuperarlos. No están los tiempos para dejar huellas por ahí tiradas. Te comunican que tu hija necesita una ortodoncia y preguntas que qué hija, que no tienes hijas, y si existieran, que no tienen dentadura, que son de sopa boba. Si no cuela, pues pagas con un poema. Y si el dentista pone mala cara, le llamas inculto y te vas dignamente, o casi. Te vas al bar de siempre con dueño distinto, saludas al chino en su idioma, le sonríes, le pides un ron con naranja y le avisas de que será conveniente que aprenda a valorar la rima consonante a la hora del cobro. Unos cacahuetes nunca faltan. Te sientas en la mesa de la esquina, junto a los váteres. Escribes dos versos como si fueran una pareja de baile asexual. No riman, pero llevan el ritmo. Has quedado a media tarde con una amiga que sabe de finanzas, aunque no tanto como para sacar dinero de donde no hay. Pero está buena y recién divorciada. Es seria y no querrá nada serio contigo. Mejor. Una noche es suficiente, a veces es demasiado. Avisan por la tele de que no habrá pensiones para la próxima generación. Te sale el tercer verso del tirón, el que rompe la pareja de baile y derrapa en drama emocional que se resolverá o no, en el cuarto. ¡Maldito hijo de poeta maldito!