sábado, 13 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-60

 


Sabes que eres. Pero ese ser te parece vacuo. Entonces piensas que debes llenarlo con cosas que crees que eres: crees que eres hijo, crees que eres estudiante de medicina, crees que eres amigo, crees que eres de izquierdas, crees que eres novio, crees que eres padre, crees que eres médico, crees que eres viajero empedernido, crees que eres aficionado a un equipo de fútbol, crees que eres amable, crees que eres propietario de un apartamento, crees que eres creativo, crees que eres religioso, crees que eres apasionado, crees que la vida está siendo injusta, crees que eres artista, crees que eres tenaz, crees que eres abuelo, crees que eres sabio, crees que eres jubilado, crees que te estás muriendo. Nunca acabas de llenar ese vacío. La capacidad para convertir en pseudo-realidad la película que creemos ser viene de lo que somos y nunca nombramos.  


miércoles, 10 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-59

 


Cualquier cosa que conozcas, tú estabas antes para poder conocerla. Cualquier cosa que experimentes, tú estabas antes para poder experimentarla. Cualquier cosa en la que creas, tú estabas antes para poder creerla. Tú estabas antes.  

El individuo hace lo que puede hasta que descubre que no hay un "alguien" hacedor. A partir de entonces hace lo que quiere.


domingo, 7 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-58

 


Buscamos en los excesos y en el autoengaño la suelta del relato mental que nos tiene atrapados con su peso insoportable. Procuramos con diferentes sustancias la desinhibición, el pensamiento más lento, el volumen más bajo.

            En el orgasmo qué ocurre, cuál es su principal motivo de placer: que dejamos de pensar, que se da un estado de nada y relajación por ausencia del mecanismo controlador.

            Qué buscamos y necesitamos del estado de sueño profundo: dejar de tener como referencia a la mente. Es indispensable este sueño diario para cargar la batería de nuestra materialidad. Sin esa desconexión la energía vital se derrumbaría en poco tiempo. Aun así, nos identificamos con la mente y su cuerpo, con la personalidad derivada que nos provoca frustración, miedo, ansiedad, sensación de carencia... Solo en su silencio encontramos un atisbo de paz.  


jueves, 4 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-57

 


El instante vertical y el flujo de tiempos horizontales. El instante vertical es uno y no es que dure mucho, es que no entiende de duración. Lo abarca todo en este momento sin medición temporal y nunca aparece ni desaparece. Los instantes horizontales se ponen muy juntitos dando la sensación de continuidad: son fotos fijas que al surgir tan rápidamente y tan de seguido crean la sensación de movimiento temporal, de película, de guión de nuestra vida. En realidad, los instantes horizontales desaparecen en cuanto aparecen. Sobra decir  que lo que aparece y desaparece es apariencia.

El hecho fenoménico (lo que pasa), el relato mental (aquello que piensas que pasa), el desarrollo de la personalidad por acumulación de experiencias, ideas, emociones (aquél a quien le pasa). Tú no eres ninguno de ellos ni una combinación de ellos. Eres el testigo que subyace a esa obra de ilusión creativa, eres el soporte donde ocurre ese guión aderezado al gusto, eres la memoria libre necesaria para que la memoria ocupada pueda ser operativa, eres el vacío que posibilita la visibilidad de la materia. Eres intocable por el hecho fenoménico, el relato mental y el desarrollo del ego. No eres algo en evolución. Eres completo, acabado, realizado en sí. Eres anterior a la puesta en escena, eres durante la función y sigues siendo cuando baja el telón. Eres el instante vertical en el que el tiempo horizontal juega y exhibe sus trucos de magia.


lunes, 1 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-56

 


En el estado de sueño, sueñas. En el estado de vigilia, sueñas que estás despierto. Más allá y más acá de los estados, en la conciencia, estás despierto jugando a los sueños.

Todo cabe en la presencia. Todo. Tú puedes negarla, por supuesto, faltaría más. También cabe su negación. Lo que no puede ella es negarte a ti, que es lo mismo que negarse a sí misma. La presencia es afirmación sin límites. En esa su espiral, cuyo punto de origen o final es el cráter de un volcán del cual surgen emisiones sin descanso de calor y luz hacia la zona habitada por las formas más diversas, nunca la  multiplicidad es incompatible con el uno. Las formas se expresan usando de soporte a la fuente de calor y luz (sean conscientes de ello o no), y la fuente se manifiesta en sus formas porque ha hecho un movimiento consciente. Un solo corazón, un solo mecanismo, dos direcciones. Las diferentes formas se colocan en la espiral donde consideran les es más idóneo. Nada ni nadie le indica a la forma el lugar a ocupar, ella va tanteando hasta dar con ese su mirador o perspectiva desde donde realiza el ser. Los diferentes puntos de la espiral no atienden a la lógica mental de superior, inferior, mejor o peor. Los niveles vienen dados por la elección de la distancia elegida respecto a la fuente. Hay formas que prefieren más distancia, una luz más tenue, un temperatura más templada, incluso fría. Otras prefieren el calor intenso de las proximidades del cráter, la luz cegadora. Entre ambos extremos, cada forma va moviéndose y descansando en el sitio que percibe como un traje hecho a medida. Todo está bien. Todo cabe. Cabe la unidad, cabe la dualidad, cabe la multiplicidad, cabe el vacío y caben las formas y sus peculiaridades; caben todos los caminos que llevan a Roma porque en realidad nunca hemos salido de Roma. Aunque seamos capaces de describir con infinidad de detalles esos caminos, no significa que nos hayamos alejado de Roma. Igual que puedes describir con minuciosidad un sueño en el que has explorado tierras lejanas sin moverte de la cama.


viernes, 29 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-55

 


Comemos la manzana y nos olvidamos del paraíso, nos sumergimos en la ideación y nos olvidamos de la fuente original, de la memoria libre. Nos adentramos en la pintura representativa y nos olvidamos de que bajo ella, como soporte, está el lienzo en blanco. Somos criaturas de ida y vuelta, de expansión y contracción. Estamos en el movimiento de expansión, en el movimiento de olvido, porque aún creemos en el cultivo de manzanas con un aspecto y sabor superiores a las del paraíso. Creemos en idear un mundo maravilloso, satisfactorio y completo, creemos en representar una pintura genial que sea más pura que el lienzo en blanco. Aún. Creemos que podemos construir algo mejor de lo que somos —y que hemos olvidado que somos—, algo con más picante, quizá. ¿Cuánto tarda uno en darse cuenta de que el picante excita, pero no alimenta?


martes, 26 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-54

 


La vida es una celebración de la existencia que dura lo que dura una celebración. La distorsión llega cuando cada uno de los invitados a la fiesta, a título personal, se considera el homenajeado. Y claro, están tristes porque no reciben la atención que esperaban; se sienten rechazados, mendicantes, solos.


sábado, 23 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-53

 


Eres el espectador mudo que observa en la oscuridad desde el fondo de la sala, el que cuando llueve en la película no se moja, el que si tirotean al protagonista no le alcanzan las balas, y si se enamora de la chica no le palpita el corazón. Eres el que estaba antes de que el proyector se encendiera, el que está mientras el proyector ilumina la pantalla, el que seguirá estando cuando el proyector se apague, el que da sentido a todo lo que ocurre y que siempre es testigo mudo sentado en la oscuridad al fondo de la sala.


miércoles, 20 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-52

 




Surgen pensamientos sobre el intelecto, sobre el cuerpo, sobre el alma, sobre la vida, sobre la muerte, sobre el ser humano, sobre el mundo, sobre Dios. Pero ningún pensamiento sabe quién soy yo.

El pensamiento es como el blandiblú: puedes alargarlo, compactarlo, moldearlo. Es pegajoso, chorreante y perfectamente inútil.


domingo, 17 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-51

 


Lo que protegemos es una idea de nosotros mismos. Una idea. Solo una idea que tiene voluntad de perdurar. Pero las ideas no son; van y vienen. Y por mucho que parezcan importantes, y hayamos puesto en ellas nuestra supervivencia, carecen de entidad alguna.

No estamos en un proceso de mejora, ni nada puede recortar un nanómetro de lo que somos. Cada día percibimos matices nuevos del ser, pero eso no significa que el ser mude o evolucione. Cada momento es el mismo y cada momento tiene una frescura única. La paz es convivir con los opuestos sin moverte con ellos, cohabitar con las paradojas y contradicciones sin ser transformado por ellas.


jueves, 14 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-50

Consolidarse en el silencio despierto es el inicio, no el final. Un inicio sin fin. Un inicio sin disparo de salida. Las formas son tiempo. Las formas necesitan tiempo para avenirse a lo que no tiene forma. 


lunes, 11 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-49

 


La enseñanza va dirigida al pensamiento: a persuadir, a ablandar, a que se cuestione a sí mismo, a que verifique su fiabilidad. Las palabras se usan en la enseñanza para crear la sensación de paradoja. Lo importante viene del silencio que se extiende entre una palabra y la siguiente, incluso en el sonido de la palabra mientras se emite. Lo importante es la presencia que se densa, que se levanta reivindicando la ausencia de límites. 

Con la indagación se buscan grietas en los muros que hemos construido a nuestro alrededor con la excusa de protegernos. ¿Protegernos de qué o de quién? Creemos en el miedo y en sus agentes activos. Somos unos crédulos. Qué es eso que ponemos tanto cuidado en proteger. Guardamos baratijas bajo cien llaves. Lo único de valor con lo que contamos no puede ser robado ni atacado, pero el miedo nos impide disfrutar de esa joya de valor incalculable.   

Con la devoción vamos agrandando el amor hacia aquello que para nosotros está al otro lado del muro, aunque eso que amamos no entienda de lados ni de muros. La devoción es otra manera de empujar el obstáculo para que caiga. El amor al otro tiene el poder de convertirnos en el otro. 

Con la rendición dejamos de empujar para que pasen cosas. La rendición es el reconocimiento (o el agotamiento) de que nada podemos hacer. Nos entregamos. Espontáneamente el muro deja de estar ahí. Espontáneamente comprendemos que nunca estuvo ahí. Espontáneamente descubrimos que somos la joya misma que anhelábamos conquistar. Espontáneamente comprendemos la imposibilidad de poseer lo que somos. Poseer es un verbo que conjuga estupideces. Espontáneamente desvelamos la ilusión hipnótica a la que nos hemos prestado durante tanto tiempo. Espontáneamente surge el perdón porque el error ha caído. Sin miedo todo es posible.


viernes, 8 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-48

 


El espejismo aparece en el desierto. El espejismo no existe por sí solo. Se aparece cuando la sed resulta intolerable. El espejismo distrae, agota y defrauda. La sed sigue estando ahí. Cuando descubres por indagación minuciosa que el espejismo es ilusorio, empiezas a desconfiar. Pero has de reconocer que el espejismo aún te atrae, tira de ti, consigue que acabes braceando en el aire, discutiendo contigo mismo como un loco, sufriendo por imágenes que solo están en la imaginación. ¿Cómo matar un espejismo?, ¿cómo matar algo que no es? Encontrando el oasis donde puedas satisfacer la sed. Para encontrarlo, en vez de perder la mirada en las dunas, has de volverla hacia ti. Esa mirada acabará disolviéndose en el hallazgo de lo que eres. El espejismo se desvanecerá por sí solo al no contar con la mirada del sediento que lo hizo posible.  


martes, 5 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-47

 


El momento presente exige ser afrontado sin excusas, por eso la mente cobarde prefiere desplazarse al pasado o al futuro. La personalidad entra en modo pánico al ver que se derrumba. En su caída intenta aferrarse a cualquier saliente. Acaba dejando un montón de polvo. Se altera mucho la mente cuando no le das nada que hacer. Su identidad artificiosa depende de estar ideando continuamente, convirtiendo los pensamientos en objetos que se materializan en lo que llama mundo. Cuando estás en ti, en el espacio de la espontaneidad, la mente presiente que no es necesaria y que está siendo derrocada de su trono conquistado durante siglos. Las ideaciones aparecen como lo que son: ridículas y ensordecedoras.


sábado, 2 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-46

 


La alegría de no ser "fulanito de tal" deja paso a la existencia perenne. Las paradojas y contradicciones ponen nerviosa a la mente volcada hacia afuera. Es gracioso verla patalear ante la falta de una lógica a la que aferrarse. Quiere ser productiva, programadora de futuro, recopiladora de pasado, interventora, protagonista, hacedora de acontecimientos. La autoimportancia.


miércoles, 29 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-45

 


Comprender el silencio de Dios constituye una gran intuición. El ruido de la actualidad nos tiene secuestrados. No hace falta acallarla, basta con no atender a su premura. No hacer caso de la ficción deja el campo libre a la realidad. El silencio invisible es el hogar que abandonamos como hijos pródigos tras hacernos con parte de la herencia para construir un mundo ruidoso. El hogar siempre nos recibe con los brazos abiertos cuando volvemos la mirada hacia él. El mundo, visto desde el hogar, es un coqueto jardín trasero. El mundo visto desde el mundo, es una pesadilla inevitable.


domingo, 26 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-44

 


La mente, aunque esté abierta a la gracia, se aburre de estar mirando a su fuente, de estar atenta a la espaciosidad. Comprende que ahí reside la quietud y la clarividencia, pero acaba cansándose porque está acostumbrada a los estímulos y fogonazos de lo fenoménico. A la mente le gusta salir de caza aunque siempre sea la pieza. Vuelve a enredar una y otra vez con la idea de que esta vez será diferente. No lo es. El sufrimiento suele ser un gran maestro si no acabas cogiéndole el gusto, que también puede pasar. La mente es capaz hasta de regocijarse en el papel de sufridora. No es tan fácil rendir nuestra estupidez.


jueves, 23 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-43

 


La teoría unificada es aquella que contempla a la vez la unidad y la dualidad. La distancia entre ambas se debe a un sutil cambio en el posicionamiento de observación. Puedes afirmar que el corazón (que es uno) cuenta con dos movimientos opuestos: uno de contracción o sístole en el que impulsa la sangre para que llegue a todo el organismo, y otro de relajación o diástole en el que el corazón vuelve a llenarse de sangre. El sentido de unidad no es completo si no contempla dentro de sí el movimiento dual.


lunes, 20 de noviembre de 2023

El zumbido del que subyace-42

 


Esforzarse en ser mejor persona o en construir un mundo más próspero, no va más allá de ponerle un lazo bonito al montículo de polvo. La limpieza se recomienda para evitar la distorsión imaginada en la que los sujetos se ven como ajenos en un espejo con huellas de dedos grasientos.