viernes, 21 de enero de 2022

La danza del espacio infinito -46

 


El yo es un yoyo que sube y baja. El ego pretende ser. El yo está presente cuando el ego se alegra, se enfada, sueña, planea, recuerda. El yo observa cómo el ego se afana. El yo es sustancia. El ego es un sin sustancia. Cuando el ego se empodera, el yo queda sepultado, inaccesible, a salvo de lo irreal. El yo es sustantivo sin adjetivos. El ego es avidez. Cuando el ego descubre la identidad del yo, su realización sin esfuerzo, su natural ser, y es capaz de ponerse a sus órdenes, la unidad se produce y los ensueños megalómanos del ego se diluyen. Pero esto se produce tan pocas veces que muchos prefieren seguir formando parte del engranaje del engaño. Eres especial; sí, tú. Y tú también. Especiales no por una cualidad del carácter, de la inteligencia o la voluntad. Eres especial porque existe para ti una vía de comunicación con la sustancia universal. Las técnicas de meditación, las religiones, las claves de búsqueda de la verdad, las drogas, el shock emocional, la sacudida existencial, son medios generales al alcance de cualquiera. Pero aparte de esos arduos y pedregosos caminos que muchas veces sólo consiguen la extenuación del caminante, tú posees la combinación secreta que te une como individuo con el todo. Una combinación ideada para ti, personal e intransferible. Aunque otro alcanzara la iluminación y quisiera legártela, no podría, porque su clave de acceso es distinta a la tuya. Con tu clave sólo tú puedes acceder, y con ninguna otra. Las demás te pueden servir de inspiración o acicate, pero no te abrirán ninguna ventana de manera indefinida. Medios como las drogas, bien usados, abren esa ventana, pero se vuelve a cerrar; tienes entonces que duplicar la dosis. Igual ocurre con las técnicas de meditación o los rituales religiosos. Abren la ventana. Pero enseguida se vuelve a cerrar. Sólo cuando descubras tu clave secreta, tu vía de comunicación exclusiva, la ventana se abrirá y no se volverá a cerrar. Por eso eres especial. Sí, tú, por muy hijo de puta que haya sido tu ego: asesino, drogadicto, depravado; no importa. Si das con ese enlace intransferible, habrás tenido éxito. Permanece atento.


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