sábado, 1 de enero de 2022

La danza del espacio infinito -26

 


Ha visto desplomarse a un tipo en la calle, ha supuesto que por culpa de una nochevieja intemperada. Ha pasado de largo. <<Qué me pasa. ¿Se puede empezar un año sin sentir nada, ni la más mínima empatía por el prójimo?, ¿ni un poco de caridad de mercadillo? Eso parece. Si acaso mi conciencia se remueve, no por el tipo, sino por mí, por mi comportamiento distante. Es el colmo. Otros viandantes le han ayudado. Y su gesto clemente me ha parecido de hipócritas redomados. Les hubiera escupido>>.  



viernes, 31 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -25

 


Cuando finaliza el año es costumbre enumerar una serie de libros, los más metabolizados por la emoción. Pienso que hay escritores que escriben para durar erguidos en el curso entrante, dios mediante, de erecciones. Escribir sobre lo escrito, a eso nos dedicamos desde que ya está todo dicho. Una narración histórica o una buena biografía relegan a la novela a las horas en que la mente quiere mecerse en lo insulso. Me olvido de los títulos casi antes que de sus autores. Pero recuerdo los efectos del libro, porque los libros tienen efectos secundarios y no todos son perjudiciales. Tengo un amigo muy lector que no habla de libros, le parece de mal gusto. Mi amigo también opina que una mujer que llena el estómago de un hombre y vacía sus huevos, es la dueña de su mundo. Le indico que hoy en día eso es un trabajo por el que hay que pagar. Me pregunta que cuándo no ha habido que pagar. Los chulos son los recaderos de las putas, sus mantas eléctricas en noches frías sin trabajo. Cuando finaliza el año, otro está esperando para ocupar su despacho.


jueves, 30 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -24

 


Aceptamos situaciones que no queremos vivir porque esperamos cambios en un futuro no muy lejano. Extrañas criaturas. El futuro es probable que no llegue, y si llega, con seguridad no será como lo proyectamos, así que estamos haciendo el panoli. La realización personal es ahora o no es. La mariposa no cuenta los minutos que le quedan para ser mariposa de pleno derecho. Vuela como una mariposa, colorea el aire, desaparece sin duelo, llegan otras mariposas. Los hospitales los hemos convertido en el limbo. La ciencia promete una realidad basada en deseos que no puede cumplir. No te despidas del que se va. Ambos estáis en el mismo sitio. Nadie va a ninguna parte, nadie se queda en ninguna parte. El ser hace el estar y el estar hace el espacio. Para las contradicciones y paradojas tenemos un talento natural que el resto de criaturas ignora. Somos consentidores de la mediocridad. Nos amparamos en la piedad para justificarlo. Sé tajante aunque haya riesgo de parecer cruel. En ocasiones, lo que a ti mismo se te oculta por obvio, lo ve el otro en ti. Mírate con sus ojos, haz que se vea en ti para devolverle el favor. Juega a los espejos. La soledad es conectar con los demás sin verte perturbado por los trucos a los que nos hemos hecho adictos. Sal de la ciudad aunque vivas en ella. La magia de la contradicción. Relájate, el entendimiento no necesita de esfuerzos, de fuerza, de voluntad. La telepatía no pone palabras ni imágenes en tu mente. Pone silencio y claridad. La telepatía se produce entre nosotros por calefacción central, por energía común.


miércoles, 29 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -23

 


Seamos minuciosos en la descripción, respetemos los tiempos, revivamos los hechos, puesto que cuando se viven por primera vez solo quedan impresiones y se escapan los detalles fundamentales. La viuda camina con pasos cortos sobre las tablas del parquet. Cualquier ruido que contamine la escena del amor puede acabar en un relato mugriento. El difunto apenas dejó objetos a los que vincular un recuerdo, así que las imágenes no grabadas del hogar eran la única prueba de que un día pasó por ahí, dejando un renglón difuso, de relleno, en la procelosa historia de la humanidad. Solía dormir sentado, comer de pie y leer recostado. Solía fruncir el ceño como si hubiera reconocido el engaño. Llevaba zapatillas de casa, pantalón de tergal, camisa a rayas. Sabía de números, sabía que los números no engañan. Hablaba poco, socarrón para esconder el dolor. Sin autoestima que defender, solía esconderse de los acontecimientos, pasar sin pena ni gloria, sin ser visto e intentando ver lo más posible. La viuda coge una corbata del difunto y se la anuda al cuello.


martes, 28 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -22

 


Abrió el grifo de palabras; ahora calientes, ahora frías. Se lavó las manos, se le anegaron los ojos. Cogió su cuaderno repleto de frases congeladas y fosilizadas, ojeó los principios del enamoramiento. Todo parecía posible cuando el destino iba a ser cosa de dos a favor de viento o contra el mundo entero. Daba igual. Dos en una dirección, juntos, sumando, ayudándose a escalar muros que antes parecían infranqueables. El enamoramiento es un cerebro tuneado y las palabras brotan como si el manantial nunca se fuera a acabar. Pero ella fue a visitar a un amigo. No regresó. Él, una tarde, después de deambular por las horas oscuras de calles sin nombre, tomó una decisión: vendió la casa, el coche, dejó el trabajo, apiló sus enseres en un almacén alquilado, adquirió un billete de avión y se fue a otro huso horario en busca de la autodestrucción muda, sin miradas familiares que le recriminasen la actitud derrotista. Pero es que él, con ella, ya había renunciado a sí para ser uno en dos. Ahora ya no quiere ser uno en uno solo. Cuando tocó fondo y las manchas de su piel dibujaron un mapa del desastre, apareció un buda en aquella esquina de meados y le ofreció un plan para aprovechar la negación de sí mismo. Le convenció de que esa negación abriría la puerta de la afirmación del otro, del que siempre fue, es y será, porque no maneja palabras ni tiempos verbales. Antes de morir, que ya no era morir, había desaprendido cualquier saber hasta dar con la inocencia renacida. El buda se reconoció en él como en un espejo y fueron uno en dos por un instante. El enamoramiento fue desenmascarado, los lunares de la espalda se convirtieron en el firmamento de un universo en expansión. Cambió un amor por amar.

 


lunes, 27 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -21

 


He paseado por un barrio de viejos. Las ambulancias circulan por estas calles con una asiduidad que da grima. Josechu es un héroe anónimo. Tiene un sobrepeso que no se debe a lo que come, pues es frugal como un pajarito. Padece de las dos rodillas. No le sujetan. Apenas se mantiene en pie, pero con una osadía digna de admirar sale a la calle a jugársela todas las mañanas y todas las tardes. Quizá tenga miedo de caerse en casa porque vive solo, y eso sería casi como ser enterrado en vida. Así que se arrastra hasta la terraza del bar de la Sofi. Se sienta, pide un café, saluda a los parroquianos. Aguanta vientos fríos y chicharras a partes iguales de forma estoica. Hoy una de las ambulancias ha venido a buscarlo. Se ha caído en el paso de cebra, al intentar cruzar hacia su portal. <<No es nada>>, ha dicho mientras sangraba  de la rodilla izquierda como un cerdo en la matanza. Josechu dormirá hoy en el hospital, le cuidarán mejor sus tristezas y cenará caliente. Un buen día.


domingo, 26 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -20

 


Tu cara aparenta más juventud de la que tiene. Tu ser, aunque está como el primer día, es más viejo de lo que cualquier cuerpo pueda recordar. La identidad es un vasto campo con aroma a hogar que no tiene propietario. Tú eres, y no por ello te diferencias del resto que es. No te olvidas de ti y no mueres. Solo muere lo que nunca existió. Ve a por setas y las setas irán a por ti. Cómelas y seréis uno, un hombre seta.

            Duerme al lado de ella y soñarás sus sueños, temerás por sus fantasmas, te inclinarás ante sus dioses. Si no es así, deberías coger un camino distinto hacia personas diferentes. Los trazos de tu cara apenas son gazapos en el aire que desaparecen cuando llega la calma. Ya no te ríes con nada ni con nada lloras. Pero sí bebes y eyaculas compulsivamente cuando tu cerebro se ve empujado a la socialización de lo frívolo. Eres más del vis a vis, de adentrarte en territorio inexplorado y descubrir que en el otro hay una identidad de la que no te puedes separar. Lo importante es ser la historia o parte de ella, no contarla, no que te la cuenten, no que te recuerden ni que te evoquen. El anónimo es el verdadero amante de la historia, el que supo no estorbar con su nombre. Necesitamos más héroes desconocidos. Necesitamos que el arte vuelva a engrandecerse con autores que no pretendan llamar la atención. La democracia ha traído menos excelencia artística y más entendidos en decoración.


sábado, 25 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -19

 


Navidad. Nace el hijo de dios como antesala de su muerte. La resurrección no se sabe si es un volver a empezar o un estado definitivo. Ha madrugado para hacer visible la soledad, ha paseado por la ciudad desnuda para identificarse con las farolas, los bancos, las piedras y las fachadas. Ha dejado marchitar a los amigos y permitido morir a los familiares más queridos. Las tradiciones son un producto envasado al vacío. Si no cumples con ellas, te embarga la tristeza. Ha olvidado las letras de los villancicos, no sabe dónde están las figuras del belén ni el árbol decorado. Qué podría compartir y con quién. Es de admirar cómo ha ido despejando la pista de despegue hacia el cielo.


viernes, 24 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -18

 


La cama es la capilla del derrotado. Los espíritus velan suspendidos mientras su mente intenta buscar una salida al laberinto que ha diseñado para entretenerse. En la cama desaparecen el hambre y la sed, las relaciones sociales, la vanidad del mundo, las pretensiones y el tiempo. En la cama practicas la muerte, te conviertes en clásico al romper con la actualidad. La cama está cercada por dos abismos que el derrotado no osa afrontar. En la cama los sueños pierden vitalidad, los huesos se resienten, los músculos se atrofian, la mirada se cierra. En la cama del derrotado solo cabe uno, solo llora uno, solo lo entiende otro.

 


jueves, 23 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -17

 


A veces somos capaces de ver a través del otro, del tiempo y el espacio, mirando con la limpieza de un inocente. Una mente que deja de seguir a maestros, a objetivos que no sabes dónde están, se acoge al misterio de un silencio que no busca ni guarda intención oculta. Una vez que piensas con honestidad sobre tu ser, sobre el ser que no se manifiesta y el que sí, descubres que pensar es un arma muy poderosa, pero tiende a disparar contra su dueño. El pensamiento honesto es aquel que se relega a sí mismo a un papel de veneración hacia el silencio.

            Las calles se llenan de bullicio, de personas que se saludan, comercian, comen y beben para socializar, cantan y hablan muy alto. Cuando llego a casa por las noches escribo sobre lo que he visto, sobre lo que no he visto, pero sobre todo quiero escribir sobre lo que nadie ha visto. Sin miedo a mirar. Sin miedo a qué dirán. Sin miedo a dónde me llevará este camino emprendido. Sin miedo a que no haya camino. Me limito a contemplar cómo las personas del mundo se tiran a la calle a luchar para mantener su rutina, a la batalla de la vida, a conquistar un mes de vacaciones que suelen ser agotadoras por el cúmulo de lugares y experiencias que se echan como peso muerto en el zurrón de sus vidas. Si tuviera un interruptor, lo pulsaría para detener el mundo, obligaría a dos horas de aburrimiento al día a la población, sin posibilidad de escaparse haciendo cualquier cosa. Un experimento de la nada.


miércoles, 22 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -16

 


Procuras un infierno a tu medida. Nadie mejor que tú para joderte la vida. Eres el adecuado para hacerte padecer hasta el extremo, sin escapatorias ni zonas de descanso. Nada mejor que tus propios pensamientos como terribles elementos de tortura. Eres el idóneo para esa labor de autodestrucción, donde no quede ni la dignidad de la sombra. 


martes, 21 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -15

 


Necesitamos a los monstruos, al compararnos con ellos nos sirven para exonerarnos. Nos identificamos sin problema con la víctima, pero no con el asesino, como si éste fuera una devastación extraterrestre. Los monstruos los tenemos dentro, no están fuera por mucho que nos empeñemos en ello. El miedo a desgastar nuestro ego nos impide reconocerlo. Y es que el ego es un tramposo dispuesto a todo para salir indemne. El hecho de que tengamos controladas algunas pulsiones no significa que no existan. El hecho de que acatemos las reglas de convivencia social no significa que haya muerto el salvaje. Ni tú ni yo superamos la prueba del algodón. Acogemos en nosotros a la víctima y al verdugo con una naturalidad dual que aturde. Desde los medios de comunicación, que ven disparadas sus audiencias con los monstruos, se insta a endurecer las leyes, a encerrar de por vida a la fiera, a adiestrar desde la infancia para que el engendro no crezca descabezado. Sin decirlo en voz alta, sabemos que existirán siempre mientras existamos nosotros. Como existirán las víctimas que nos alimentan. El monstruo es el ego que no se sacia con nada. La víctima es el ego dañado. Un mal sueño entre dos nadas en las que el ego naufraga. Un sueño que animamos porque el ego ha conseguido que nos identifiquemos con él. 


lunes, 20 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -14

 


No te esfuerces más, o sí, pero no aguardes mercedes por ese esfuerzo. No es algo automático. No funciona como causa y efecto. El mérito consiste en descubrir que solo la disposición a recibir funciona. El fragor diario entretiene, agota las emociones y te narcotiza en un videojuego donde el guión subyuga, convirtiéndote más en esclavo que en participante. Desde que practicas el silencio has visto cómo tu cabeza se llena de ruidos y desasosiego, que hasta entonces pasaban inadvertidos en la participación activa del juego. Ahora que lo has probado, estás deseando volver al silencio para quedarte. No es fácil. Pero más difícil te resulta ya permanecer en el ruido constante. La cabeza va a explotar. Respiras y tu aliento se funde con el aire afilado del invierno. El genio está fuera de la botella, no te encierres tú en ella. Deja que los dormidos acunen a los dormidos. El estado de alerta es relajado, es natural, es dormir al sueño, es no olvidarte de ti ni un instante aunque esa identidad es igual de inasible como palmaria.

 


domingo, 19 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -13

 


Paso horas recorriendo en soledad los caminos. Caminar es mi terapia contra los oscuros pensamientos que asolan a cualquier hombre que se hace preguntas. Los caminos pasan por pueblos cada vez más desolados, por ermitas derruidas, por campos explotados a la sombra de subvenciones europeas. Los caminos me llevan y me traen, y sé que uno de esos caminos sin nombre acabará engulléndome y dejando una humilde cruz a su vera.


sábado, 18 de diciembre de 2021

La danza del espacio infinito -12

 


Suelo intercambiar chascarrillos inocuos con mi vecino Brahim. Ha venido de Argelia. Tiene una mujer recluida entre trapos, paredes e hijos pequeños sobre los que no lleva la  cuenta. Brahim realiza chapuzas a domicilio y exprime las ayudas sociales que un país endeudado más allá del 120% de su producto interior bruto pone a su disposición. <<Somos así de chulos>>, le digo.

            Me cae simpático Brahim; es sociable, algo pícaro y muy formal con los deberes de su religión. Aunque me llama amigo, sé que no lo soy. A pesar de que nos llevamos bien, para él, en el mejor de los casos, soy un hombre profundamente equivocado. Me suele recriminar que los occidentales, o carecemos de valores, o los tenemos viciados. En el peor de los casos, para él soy un perro infiel que es despreciable ante Alá y ante sus seguidores. Brahim puede engañarme, incluso debe, si así favorece a sus creencias. Puede utilizarme, incluso debe, si es conveniente para su causa eterna. Brahim se subyuga a su dios, y por lo tanto, cualquier cosa es posible por el manejo perverso que los hombres hacen de dios. "Alá y sus mensajeros están exentos de responsabilidades para con los idólatras" (Sura 9:3). 

            Para qué negarlo, Brahim me desprecia, aunque agradezco que disimule. Sé de su desdén hacia mí porque lo declara hacia los otros cuando está conmigo.