miércoles, 24 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -185

 


La multitud no es nadie. No te pierdas en ella. Puede llevarte a engaño la falsa seguridad de verte acompañado. Sí, la mayoría puede equivocarse, suele equivocarse porque busca la facilidad del terreno llano. Las cosas no son como esperabas. Tu camino cuenta con tantas eses y salidas, que por miedo te ves tentado a seguir a la multitud. La libertad da más miedo que nada, por eso el personal se afilia a las reglas fijas y ordenadas. Estás solo y no pasa nada. Sé osado. No es grave si no consigues resultados tangibles. Lo habrás intentado, y eso es todo lo que se te puede exigir. El fracaso en el camino es tu camino. El éxito en el camino de los otros es tu perdición. Eres único, tu camino también. No te subas al carro en busca del calor humano. Exprime tu cerebro, escucha a tu cuerpo, abre la ventana a tu ser desnudo. No des nada por hecho. Arriesga y la categoría de ganar y perder dejará de tener sentido. Arriesgar es una opción, la tuya; una vez tomada, verás el carro de los otros partir hacia lo que piensan es la felicidad. No te importe verlo marchar sin ti. Ellos creen conocer, han cerrado el círculo, han llegado a su final. Tú no. Tú buscas. Tú caminas. Tú aprendes.  


martes, 23 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -184

 


Las pataletas del intelecto cuando ve peligrar su reinado son terribles. Solo los intelectos que han experimentado su nadería de forma intensa y reiterada, son capaces de abdicar y ponerse al servicio del rey primario. Quiero hablar de la intuición como de una enigmática dama que sabe más de lo que insinúa, que desvela con elegancia lo que permanece oculto. La intuición es el salto de la nada a la existencia, es el origen del universo, su big bang. El universo es una intuición, no un razonamiento con causa y efecto. En el universo hay lo que se conoce, lo que aún no se conoce pero conoceremos, y lo incognoscible. Intuye y no conocerás, pero entenderás. La intuición es superior al proceso del pensamiento; es espontánea, es creadora. El instinto es también superior al pensamiento. Respiras por instinto. Si tuvieras que pensarlo, ya estarías muerto. Con el instinto sobrevives. Con la intuición enriqueces la existencia. Con el pensamiento armas al mundo que te subyuga. Solo si el pensamiento acata su papel de siervo (muy listo, eso sí) puede ser útil.


domingo, 21 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -183

 


Cogí tus últimas frases, las mastiqué, las tragué. Tuve como efecto secundario una diarrea de pensamientos. Se me pasó la incomodidad y caí en un vacío nihilista. En ese vacío entró, no sé cómo, una comprensión. Y en ella no estaba ninguna de tus frases. Estabas tú. Los que ayer eran tus carceleros se han convertido en tus guardaespaldas. Lo que ayer te provocaba confusión, ahora te genera orden. Tus frases suenan distintas cuando las recito en voz alta. Tú eres distinta ahora que no escribes frases.


sábado, 20 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -182

 


Le gustaría erradicar los sentimientos de culpa, de miedo y de engaño que condicionan a los hijos del libre albedrío. La compasión es inevitable incluso para el peor de los hombres cuando ha sido liberado de sus innumerables cegueras, que pueden resumirse en una, pero ahora no es el momento. El peor de los hombres sabe que no es una cuestión de merecimiento el alcanzar la iluminación. A veces es solo una rendición por agotamiento. El peor de los hombres reconoce la gratuidad del cambio. Y quiere compartirlo con el resto porque la luz no debe ser encerrada en un cuarto oscuro. El peor de los hombres sabe que los demás son su salvación, y que ningún hombre tiene una buena excusa para negarse a su auténtica naturaleza. El peor de los hombres nunca juzga al otro porque eso le condenaría a sí mismo. El peor de los hombres es accesible, con las puertas de su casa abiertas, pero no manipulable. No hay treta o engaño que no haya manejado en su biografía. El peor de los hombres hace buenos a los demás.


viernes, 19 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -181

 


En medio de un maremoto de gran magnitud una desvencijada barca flota sin más dificultad, sin apenas notar los latigazos del agua. No hay conflicto en esta escena porque todo es posible en el Todo. Y si el observador cambia su punto de vista, lo que en realidad ocurre es que el mar está en calma absoluta, y aun así, la barca se agita con violencia. Pero sigue sin haber conflicto porque todo es posible en el Todo. Llueve luz sobre la barca y sobre el mar.


jueves, 18 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -180

 


Hay conocimientos que no se pueden transmitir por comunicación, aquellos que has adquirido sin que nadie te los transmita, aquellos que escapan a la formulación o a la norma fija, aquellos que llegan de la sabiduría de la comunión. Pero que si pretendes hacer el camino a la inversa y alcanzar la sabiduría a través de ellos, te perderás. La sabiduría no es un lugar, no es un estado, no es un privilegio, no es irreversible, no es algo acabado, no es un  fin. La sabiduría es inasible, inconquistable, es más que la suma de todos los conocimientos, es discreta, es paciente, es transformadora. La sabiduría llega y se va y nadie sabe cómo ha sido. La sabiduría cala el corazón y la mente de un hombre; y cuando este hombre se considera sabio, la sabiduría lo deja seco. Nadie con dos dedos de frente aspiraría a la sabiduría. La aspiración del hombre la repele. Nadie con dos dedos de frente rehuiría a la sabiduría cuando ésta lo alcanza. Ya he dicho demasiado. Los necios hablamos mucho porque nos fascina escuchar nuestra voz.


miércoles, 17 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -179

 


La locura se envisca a tu cerebro ante la anuencia de los dioses, solo interesados en quienes superan los test de estrés y no saben que los han superado. Con la locura amenazando no caben las soluciones, apenas vislumbras las salidas de escape. Es en la zona de fuga donde esperan los dioses con una sonrisa paternalista. Las revelaciones duran tan poco que deben repetirse para que te las creas. Después has de integrar la luz avistada en las sombras cotidianas. Como mezclar agua y aceite. Toca hacerse jirones por dentro. Pruebas y más pruebas. Ninguna salvada con éxito. Pero vas desapareciendo al asumir el presente infinito. No eres inmortal, eres inagotablemente mortal. Anoche, mientras copulabas con tu mujer, experimentaste una disociación. Tu cuerpo estaba debajo, el de ella encima del tuyo, y tú por encima de ambos, escéptico ante el acto amatorio, ante el ejercicio físico, presente como observador, sin llegar a ser un mirón, ajeno al placer, ajeno al sentimiento, ajeno a las artes amatorias. Unido a los amantes sin volcar en ellos juicios. Una vez rendido, una vez aceptado, una vez disuelto, vuelves dentro de tu cuerpo sin dejar de estar fuera. Hazle un favor al psiquiatra y no acudas a su consulta. Siempre te dará una respuesta aunque no entienda la pregunta. Hazle y hazte un favor, no pidas ayuda a quien no puede ayudarte. No estás loco, a no ser que quieras estarlo. Solo debes aceptar en ti lo que consideras que no es bueno, pues esas consideraciones son caducas. Si sabes asumir el dolor con la misma flema que el gozo, vivirás pleno incluso en el sueño más profundo. Estás despierto. Siempre.


martes, 16 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -178

 


La persistencia en la derrota es una cualidad volitiva a tener en cuenta. El "nada puede ir peor" ayuda a dormir, pues la previsión de catástrofes es de lo que se alimenta el insomnio. En Rubén las victorias son motivo de inquietud. Tiene miedo a acostumbrarse al viento de cara, cuando en realidad sabe que la llegada de la derrota es inevitable. Rubén apuesta por la opción que nunca ha ganado. Sus posibilidades de mejora son grandes. Apuesta por el potencial de una empresa, y cuando se cumple, se sale dejando el grueso de los beneficios a otros. Se conforma con discretas ganancias que le posibiliten volver a confiar en los perdedores. El final del deseo es el placer. El placer se agota a sí mismo con rapidez. Luego un breve período de calma y vuelta a empezar. El hámster corre en la rueda porque necesita del movimiento constante para hacerse la ilusión de que hace algo. Estar quieto te convierte en presa fácil. Estar quieto le parece que es cosa de muertos. La muerte, una liberación, al fin y al cabo. Sísifo fue condenado por los dioses a empujar perpetuamente un peñasco montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer hasta el valle y vuelta a empezar. Igual es la condena del hámster doméstico en su rueda. Rubén va al gimnasio por las tardes cuando deja de comprar y vender acciones en el mercado continuo. Ejercita su cuerpo porque su cuerpo guarda algo de salvaje que le exige quemar calorías, moverse, estar alerta. En nosotros: domésticos, domesticados, domesticables, domadores, el movimiento es artificial. Hace tiempo que no nos amenazan enemigos extraños. Nuestro insomnio viene dado por lo que somos capaces de hacer con nosotros mismos y porque intuimos que existen respuestas a preguntas que nadie nos ha hecho. Aún.


lunes, 15 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -177

 


El vagabundo Roncero, el hombre que se viste de Santa Claus por Navidad, el tipo que arrastra el esqueleto de un carro de la compra con enseres atados con cuerdas, se ha quedado petrificado ante un pájaro que sin mostrar incomodidad alguna se ha posado en su bota derecha (inapropiada para las altas temperaturas del verano). El vagabundo Roncero tiene su oficina en un banco del parque. Allí recauda sus limosnas. El pájaro lo ha debido ver tan inmóvil, tan fiable, que picotea su desgastado calzado con tranquilidad antes de levantar el vuelo a ramas inalcanzables para los hombres. El vagabundo Roncero me explicó en cierta ocasión que no se sentía un fracasado, que solo se le daba mal el juego de vivir, que no tenía habilidad para manejar el mando del videojuego, pero que se sentía bien consigo mismo, que su corazón y su mente se articulaban con la honestidad de alguien digno. También me reveló que le faltaba arranque para batirse con su espada en busca de provisiones en un mundo al que no había cogido el truco. <<Nunca -confesó-, he sabido darle al César lo que es del César>>. A veces huele a muela picada. A veces es un espectro que me recuerda que debo vender mi alma al mundo si no quiero acabar como él.


domingo, 14 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -176

 


Es difícil asumir los costes cuando se exprime el cerebro hasta el límite. Pero alguien debe hacerlo. La normalidad afianza lo hasta ahora conseguido. Pero es lo anómalo lo que procura posible evolución o transformación. Sale a la calle y soporta a los turistas porque sabe que acabarán marchándose por donde vinieron. Está harto de hacer de guía sin sueldo cuando se le acercan: <<Por favor, podría indicarnos por dónde...>>. El problema es cuando no se marchan, que sí lo hacen, pero vienen otros sin solución de continuidad. Entonces el visitado, como es su caso, se siente invadido. Una invasión incruenta, pero desagradable. Entre inmigrantes que desprecian el lugar que les acoge y los turistas que no respetan la cotidianidad del residente, dan ganas de minar las calles que le vieron crecer. Matar está en nuestra naturaleza. Matar como autodefensa. Matar para abastecerse. Matar por tu sitio en el mundo. El cerebro regula la temperatura del cuerpo y marca el ritmo de la respiración. Hoy no va a matar a nadie, pero su cerebro juega con esa posibilidad. Matar como acción lúdica. El cerebro no es un músculo, es un colador en el cual el tamaño de los agujeros del cedazo y la flexibilidad de sus formas, sugieren una inteligencia original y una moral disoluta. A veces el cerebro actúa ajeno a la voluntad del conductor jefe. Primero debes romperle una pata al hombre. Una vez cojo, lo más compasivo es sacrificarlo. Es una forma suave de satisfacer el propósito.


sábado, 13 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -175

 


Le tiemblan las manos al comprobar, meses después, que ha escapado de una relación abrasiva. Cuando chapoteaba en ella le parecía la imperfección del paraíso. Pensaba que dar una oportunidad al caos para ser feliz era lo normal. Ese pensamiento peregrino de que para lograr un ideal como la felicidad hay que sacrificarse, llegar al martirio, se instaló en su mente blanda y expuesta a los caprichos del manipulador de salón que se le cruzó una aciaga tarde. Se fuma hasta las yemas de los dedos recordándolo. La tendencia a repetir el patrón de comportamiento es lo que más le asusta. Por eso se defiende, de momento, con la soledad. De dios todos escogen una faceta. Ella se queda con la simpleza. Huye del erotismo destructivo que estuvo a punto de abducirla para siempre. Huye porque reconoce su poder. La valentía es para quienes se la pueden permitir. Se ha escrito poco de las personas sometidas que eligen a un tirano para que haga el papel que de él se espera. Personas que desde el menosprecio de sí, buscan quienes las castiguen, las dobleguen y las anulen. Personas que dirigen a los dominantes contra sí mismas desde el vasallaje. El placer del dolor y viceversa. Adictos a sufrir, a la intensidad del relato. Ha declarado en el juicio que la culpa fue de ese cabrón, pero que la responsabilidad fue compartida. Y ese reconocimiento es el primer signo de fuerza que ha demostrado en meses.


viernes, 12 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -174

 


Ese accidente de coche, que es un suicidio encubierto, lo damos por válido y no hacemos más averiguaciones. Ese suicidio que es un asesinato encubierto deja tras de sí los secretos de una doble vida que es como dejar dos veces la vida. Ese crimen que es una llamada de auxilio encubierta divide con una hiriente simpleza en buenos y malos a los protagonistas. El suicida no se mata a sí mismo, mata el mundo que se ha inventado. Por eso estamos viviendo en un mundo muerto. El suicida renuncia al tiempo y deja espacio. La compasión y la caridad hacia los demás no justifican ni un minuto más el suplicio que cree estar soportando. Busca el descanso. Se lo merece. No se merece otra cosa. Pone su mirada en el abierto horizonte. Baja los párpados. Apaga los ojos: lenta, definitivamente. La brisa trae su última voluntad: <<No me busquéis. Buscad el horizonte>>.


miércoles, 10 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -173

 


He estado dando vueltas con el coche. El 28 de este mes se celebra a San Agustín, doctor de la Iglesia y patrón de los que buscan a dios en una carretera secundaria. Giro a la derecha, hacia un camino de caminos que llevará a otros caminos. Voy escuchando radio3. Y como Agustín, pregunto en voz alta: Y Vos, Señor, ¿hasta cuándo?, ¿hasta cuándo habéis de mostraros enojado? No os acordéis ya jamás de mis maldades antiguas. Porque conociendo yo que mis pecados eran los que me tenían preso, digo a gritos con lastimosas voces: ¿Hasta cuándo, hasta cuándo ha de durar el que yo diga, mañana y mañana? ¿Pues por qué no ha de ser desde luego. y en este día?, ¿por qué no ha de ser en esta misma hora el poner fin a todas mis maldades?

            Por qué. Quién sabe. Mi determinación quizá no le llegue a Agustín ni a la suela de sus sandalias. Es probable. Pero mi queja es tan sincera como la suya. Piso el acelerador. Por un momento se me pasa por la cabeza no soltar el pie pase lo que pase.


domingo, 7 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -172

 


Noches en blanco, días oscuros. El insomnio es la génesis del zombi. El dolor y la conciencia retumban con más fuerza por la noche. Los sedantes no resuelven nada, si acaso aturden. La luz del día te da una salida hacia adelante, aunque la afrontes con debilidad. Buscas la sombra, eres sombra escuálida. El término "inusual" golpea las sienes como un mensaje con enjundia. Estás atento y no percibes nada fuera de lo habitual. El mensaje se repite.

            La atención se activa con dificultad ante el relato directo de los hechos. Somos más permeables a los apólogos, nos tocan una fibra atávica que ayuda a pensar a los que no sabemos hacerlo con sensatez.

            De vuelta a casa, caídos los párpados del sol, se ha deshecho de sus dibujos en cartulinas, folios, papel cebolla. Garabatos en general. No recuerda por qué estaban ahí, al fondo del armario: guardados, apilados, esperando. Una vez quizá significaron algo, pero ahora son una estupidez sin gracia ni talento. El tiempo desgasta los significados. Inusual.


viernes, 5 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -171

 


He paseado con pachorra por las mismas calles que en otras fechas pateo estresado y fulminante. Ya era hora, estaba necesitado de que los demás cogieran vacaciones. Que se vayan merece la pena, aunque me llenen el Whatsapp con sus fotos viajeras. No pensar por dónde caminas porque tus pies se saben el recorrido es una ventaja para disfrutar del paseo. La costumbre te abraza como una abuela rechoncha. El sol de un manotazo ha espantado cualquier intermediario entre su mirador y el suelo que piso. 35º escanean mi cara hasta extraer de ella el gesto más recóndito de la infancia lejana. Un sudor agradable recorre mi piel. Un sudor sin esfuerzo. Paso por delante de un gimnasio cuyo llamativo letrero me invita a practicar Gimnasia hipopresiva, Step-Gap, Zumba y Tax. No sé qué coño es nada de eso. Lo que sí sé es que se dan mucha importancia poniendo nombres. Sigo mi camino.


miércoles, 3 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -170

 


No es natural que la mente pasajera ponga tanta resistencia a la experiencia iluminada del propietario de la casa. Pero así es. Lucha como jabata para no verse arrastrada hacia una realidad que teme por ignorancia. Se opone a abandonar el sistema de funcionamiento heredado por generaciones pasadas y perfeccionado por ella misma. Un sistema al cual el mundo da su bendición y premia con efímero, pero eficaz malestar. Cuando el propietario, atraído por esa experiencia luminosa que le es connatural, desoye los muchos requerimientos de la mente, ésta se enfurruña, se enquista, despoja la casa de toda comodidad para hacer imposible el asiento en ella, la deteriora y la hunde de valor. La mente se retuerce, duele, se queja, inventa males, se oscurece, se estrecha, genera inquietud, pesadumbre, miedos y torpezas que urgen al pronto remedio o amenazan con desembocar en locura. Solo un propietario avezado — por sus muchos fracasos anteriores en el trato de situaciones semejantes —, sabe cómo lidiar con ella. El propietario experimentado sonríe ante la pataleta de la mente, respira con calma, aguanta el tirón y deja que pase el berrinche, porque al contrario de los propietarios novatos, sabe que se pasa. Los monjes del monasterio Shaolin disciplinan sus cuerpos y sus mentes todos los días sin excepción, sin descanso. Y además rezan, por si acaso. No es fácil en estos tiempos que el propietario se empodere en su propia casa. Pero menos fácil es ser un esclavo para todas las vidas.


martes, 2 de agosto de 2022

La danza del espacio infinito -169

 


Va siendo hora de quitarme años. No los echaré de menos. Siempre son el mismo. Sueño con una anciana que exige que se detenga el tren en el que viajan. Se apea junto a sus tres nietas y se quedan ahí, en tierra de nadie, mirando cómo el resto de pasajeros siguen en un tren que recobra la marcha por vía ancha. A lo lejos, en una curva a derechas, el tren descarrila. La abuela dice a sus nietas: nos vamos. Sé lo que es el miedo, la vulnerabilidad, la intemperie, la fragilidad del cuerpo y los desmanes de la mente. Saber que el tren va a descarrilar no sirve para evitar que el tren descarrile, sirve para que no descarriles con él. Llevo tres días seguidos comiendo lentejas y un tomate. Suficiente para solidificar la cerveza y el vino blanco. Las mayorías nos sentimos culpables. Las minorías se han vuelto abusonas. Cuando cierro los ojos y una experiencia luminosa ocurre, me pregunto por qué estamos hechos de un material tal que no somos capaces de hacer durar lo bueno. Solo la salud es sensual. Para la RAE la palabra del día es "sánscrito". Un amigo que vive en Nueva Zelanda me escribe por messenger. Para él la palabra del día es procrastinar. Me cuenta que anda de cotilleo a esas horas noctívagas por las redes sociales, procrastinando la hora de irse a la cama. ¡Chúpate esa! Desde que trabaja de asesor de cosas impronunciables ha aprendido hasta lo que no debe. Ya se pueden fabricar armas con impresoras 3D. La misión tripulada a Marte no me atrae. No pienso bajarme del tren aunque sepa que va a descarrilar.


martes, 26 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -168

 


Sal de la ciudad. Último aviso. Sal caminando para no llamar la atención. No mires atrás. La ciudad tiene sus propias reglas y has de librarte de ellas antes de que te alcance el rigor mortis. Eres más que parte de su engranaje, eres naturaleza viva. Camina con garbo, disfruta del esfuerzo, respira y suda con el entusiasmo de estar vivo, acompasa tus brazos, aligera tu mente. Marcha por los senderos que abren campos a los lados, anda entre árboles y zarzales que te hacen pasillo. Camina solo si no encuentras compañero que entienda de qué va el cometido. Los comentarios sobre lo obvio son tóxicos, y el acompañante - si no es bueno- tendrá la tentación de hablar de lo evidente. No corras, no arrastres los pies. Comunícate en silencio con la naturaleza que te rodea, con el cuerpo en el que te trasladas. No hagas fotos, no buscas reliquias muertas. Caminas para lograr el estado de ánimo propicio que te conecte a la realidad. La desconexión queda atrás en la urbe. Cuando te detengas, que sea porque tu soledad está en paz consigo misma. Cuando vuelvas a caminar, ya conocerás tu destino. Cuando llegues, lávate, haz una comida liviana, bebe un buen licor, echa un sueño. Bienvenido al hombre nuevo.


lunes, 25 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -167

 


La fiesta de consistorio, la fiesta por imperativo legal, la fiesta como objetivo vital, la fiesta sin fin. Fiesta de noche, de día, patronal, laica, veraniega, invernal. Fiesta en todo momento y lugar. Si la fiesta es sinónimo de júbilo, el trabajo se convierte en sinónimo de pesadumbre. Tenemos a millones de personas afligidas buscando en el calendario fechas que vayan a ser luminosas. Jaime es un hombre sencillo en sus costumbres: trabaja reparando electrodomésticos, disfruta de tiempo con su familia a diario, pesca en sus ratos libres, escribe novelas sobre crímenes horripilantes para dar salida a su naturaleza ingobernable, suele hojear guías de viajes para conocer sitios a los que nunca irá. No le importa viajar con la mente. Acaba de venir de Tallin, la capital de Estonia: maravillosa y medieval, según cuentan. Jaime no entiende la necesidad de fiesta que manifiesta la gente. Él vive realizado a tiempo completo, en conexión con lo que hace, con las personas que le rodean y consigo mismo. Si hay algo que celebrar, lo celebra. Si hay algo por lo que llorar, llora. Ora mientras habla, mientras trabaja, mientras come, mientras folla, mientras sueña, mientras pesca, mientras mata a uno de sus personajes novelados. Jaime es un ser integrado al que las miserias propias y ajenas no le desconciertan como al común de los mortales. Su truco es no perder de vista su paso efímero por el mundo. Al mundo le gusta darse importancia, ponerse grave y cejijunto; es por eso que la gente necesita fiesta, una fiesta que muchas veces es síntoma de angustia clavada en el esternón.


domingo, 24 de julio de 2022

La danza del espacio infinito -166


Un viejo feliz es alguien que sabe algo que tú ignoras. Harías bien en detener tu agitada y exitosa vida para preguntarle por ello. Conozco uno que lo hizo. Al día siguiente cogía una pequeña mochila para hacerse una caminata de 32 kilómetros a un monasterio de monjes benedictinos. Allí estuvo curando sus pies y riéndose de sus pensamientos desatados mientras escuchaba vísperas cantadas. Comprendió lo que el viejo sabía: que lo que piensas que eres mientras te comes el mundo, no es lo que en realidad eres. Aquella caminata se grabó en su mente con precisión fotográfica. Recuerda cada paso, cada mariposa, cada caracol, hacia dónde se movían las hojas por la caricia de la brisa veraniega, la anchura de los senderos, los campos de girasol sacando sus emoticonos al sol. No se cruzó con nadie durante horas y le pareció raro, como si fuera un recorrido allí colocado, un escenario majestuoso solo para él, para la realización de ese momento. El tiempo pasa porque pasa por ti. Sin un inquilino donde ejercer, el tiempo no existe. ¿Te imaginas un niño pensando en el pasado y a un viejo en el futuro? Pensar es entretener, pero también puede ser creativo o torturador. No seas lo que piensas. Piensa en lo que quieras, pero dale la importancia que le corresponde. No mucha, solo música o ruido. Si piensas en dios no eres divino. El divino piensa en todo menos en dios. Subes a la cumbre de la montaña para contemplar el extenso paisaje, no para ver la cumbre de la montaña; para eso es mejor que te quedes en el valle.