domingo, 13 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -215

 


Cuando estás llegando a la meta los demonios se confabulan para que te convenzas de que esos últimos pasos van a ser una pesadilla insoportable y es preferible que tires la toalla. Si no lo haces es porque nada esperas del pensamiento de ti y por lo tanto no te puedes defraudar. Zambullirte en la mierda está pensado para que renuncies a la luz, que te flageles pensando que no te la mereces. Pero es la luz y no vas a desistir. La luz no rechaza a nadie, por qué ibas a sabotearte a ti mismo. No te regodees en la mierda. Acéptala, quítale la importancia que pretende darse, y sigue caminando con ella, a pesar de ella. La luz limpiará. Muchos han fracasado por pensar que habían fracasado. El único que juzga eres tú mismo hasta la paralización. No caigas en esa trampa. Sería una decisión desafortunada La luz espera siempre. No te la niegues.


sábado, 12 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -214

 


Ha vuelto a amanecer en Marte. La estrella Sol cumple con su contrato de trabajo, el cual le compromete a iluminar este sistema planetario durante miles de millones de años. Los sordos tararean la melodía de la luz cuando los ciegos dibujan la musicalidad de los agujeros negros. Si quieres estar solo vete a Marte antes de que lleguen los promotores de vivienda oficial. Tu vida y la mía están basadas en hechos ficticios. Para ser un personaje de culto basta con tener originalidad. No necesita ser real o verdadera. Solo creíble. Drácula, Frankenstein, E.T... El asesor fiscal instalado dos números más abajo  de mi casa, es real pero no original. Homer Simpson es más verosímil que cualquier tertuliano de la televisión, o Mafalda más que cualquier político. Tú yo somos reales, pero no terminamos de creerlo, por eso necesitamos de la ficción para completar las casillas en blanco. En Marte te puedes topar con un extramarciano, el Curiosity. Salúdalo de mi parte. Igual ya está muerto u oxidado, que para el caso es lo mismo. En Marte hay un cambio climático de cojones. Lo que no hay es tanto latoso. Vuelve a amanecer en Marte y no estamos allí para verlo. Hoy también ha amanecido en mi barrio y tú no estás aquí para verlo. Los finales relativos son absolutos cuando le tocan a uno.


jueves, 10 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -213

 


Cada vez soporto peor los egos cebados, sus fuerzas centrípetas, su vocación de centralizar en ellos el devenir de la historia o historieta. Son agotadores y succionadores de energía. Estoy cómodo con los afines, con los don nadie, con aquellos que se disuelven en su entorno sin intención de modificarlo ni de conquistarlo, con los que desoyen las urgencias de la personalidad. Es un descanso compartir lo que no es nuestro con quienes se marchan con discreción. Dejan huella, pero serían capaces de cortarse los dedos antes de atribuirse la autoría. La muerte hay que practicarla para que te salga bien. Los neuróticos evitan los ensayos, prefieren la medicación y el histrionismo. Los hombres simples se foguean "muriendo" de vez en cuando. No hay comparación. Dejemos a los triunfadores recoger sus trofeos y los aplausos mientras nosotros abrimos puertas con la curiosidad del niño, sin prejuicios. Respeto a quienes aspiran a acabar con la agitación corrosiva de la vida en vida. Saben que los deberes cuanto antes los hagas, antes te sabes la lección. También puedes esperar al último día para sacar nota, pero no siempre sale bien.


miércoles, 9 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -212

 


Entiendo las palabras que explican el proceso en el que nos libramos de los intermediarios para que los propios usuarios seamos quienes validemos las operaciones en origen. Pero sigo sin entender el procedimiento. Soy viejo, mi mente no es tan flexible como antes y es claramente menos intuitiva. Veo confusas las ideas, escarpadas las teorías y problemas sobre aquello que no controlo. Así que mi mente no está de moda. Me parezco a los abuelos que desconfían del uso de una tarjeta de crédito. La risa es entendimiento, no pensamiento. La risa medita, observa detenida y disfruta del momento que se hace eterno. La risa cura el cuerpo y muestra la honestidad del alma. No estás loco, solo que los tiempos corren hacia el precipicio y tu risa pisa el freno para salvarte de lo que otros consideran inevitable. Roncas y ríes a la vez. Y quien te mira dormir se siente extraño, como si estuviera ante alguien a quien la locura ha desmayado. Ríete de ese diagnóstico y vive como el muerto sano que eres.


domingo, 6 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -211

 


He visto la muerte en el semblante del amigo. Su cuerpo con ganas de no seguir resistiendo, su alma desorientada, confusa, en busca de nuevo asiento donde establecerse. Los hospitales no son lugares apropiados para llevar a cabo la transición con la solemnidad que merece. Las pruebas y los tratamientos están pensados para retener al que se va. El personal médico es de una amabilidad tan dependiente del sueldo que suena falso, mecánico y artificial. Es un milagro que la tristeza no haga estragos por los pasillos atestados de una actividad en cadena. El horario estricto de monasterio es lo único que salva a los hospitales de caer en el caos nihilista. Al final de un intrincado proceso de intento de cura, llega la sedación definitiva. Un arma eficaz para el cuerpo, pero solo las almas muy avisadas pueden moverse con pericia en ese submundo caliginoso. Solemos usar las segundas oportunidades para reincidir en el error con mayor maestría. Los que han tenido experiencias cercanas a la muerte dan señales, en un principio, de que nunca volverán a la rueda del infortunio. Amagos bienintencionados. Lo atemporal es el programa que borra los datos "inútiles" de nuestro disco duro. Regresamos a la rueda que nos esclaviza con la aquiescencia renovada. El amigo se sienta a cenar. Le han puesto delante una bandeja de plástico con una ración de borraja al ajillo. El pescado espera con una tira de pimiento por encima. Me despido. El camino desde su cama de hospital hasta la puerta de la habitación 485 se me hace eterno. Algo me dice que no volveré a verlo. Ya en los ascensores noto frustración porque no he dicho nada que pueda serle de utilidad en la experiencia que se le avecina. Hemos hablado de las obras que hay en el barrio, de fútbol, de los amigos comunes, de la prima Eleonora, de la huerta. 


martes, 1 de noviembre de 2022

La danza del espacio infinito -210

 


El cuerpo puede vivir sin pensar. En él fluye con pujanza la naturaleza, la inteligencia de millones de años, vida limitada en el tiempo, pero vida con todas las letras. El espacio que hay entre las células del cuerpo es tu casa. En él te mueves y él es tu identidad. Quizá te parezca poco y vayas corriendo a identificarte con otra cosa. Así somos los imbéciles. Nadie se identifica con un codo, una rótula, un bazo o un intestino delgado, pero sí nos identificamos con pensamientos, emociones, creencias y experiencias. Luego nos extrañaremos de que el mundo es un disparate; un mundo de neurosis, miedos, ansiedades, ruleta de goces y sufrimientos. Contenido, más contenido, para intentar llenar el vacío. No nos gusta lo que somos: espacio, el soporte en el que toda apariencia aparece y desaparece. Pretendemos llenarlo con pintamonas, con disfraces. Mis difuntos son espacio vacío. Las formas son tan maravillosas que siempre señalan hacia el espacio vacío como fuente. "No se puede conocer a Tao sólo hablando de Tao". No se puede conocer a Tao sin ser Tao. Si eres Tao qué sentido tiene conocer a Tao. Somos camaleónicos, nos perdemos en cada versión, no nos es suficiente con ser, necesitamos no ser. La paz permite saborear cada detalle como si fuera el asunto central. Mis antepasados no se me aparecen, no tienen mal gusto, no molestan a los vivos. Supieron vivir y saben estar muertos. Mis antepasados son Tao. 


sábado, 29 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -209

 


Con las botas llenas de barro -por decisión propia- camina desprovisto de dignidad. Considera ésta un peso innecesario, una atadura para quien desnudo aún siente picores al recordar la ropa. Con la gracia presente avanza hasta zambullirse en un lodazal. Para una mirada neófita parecería que se adentra en él por envilecimiento. El caso es que la mierda le llega hasta el cuello y subiendo. Pero ha elegido volar, ser un ángel de luz encenegado. Es su forma de ser libre incluso cuando el fango tapona sus fosas nasales. Elige estar limpio, ser transparente en el barrizal. Glo, glo, glo.


viernes, 28 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -208

 


No se muere uno de neumonía, de infarto o de cáncer. Se muere de abandonar y de ser abandonado por cosas, personas y situaciones. No conocemos el vacío, sí el hastío. No son estados comparables. El hastío pudre la fruta más verde. El hastío rompe diques, pervierte el pensamiento sin acomodo y dinamita la paz. El hastío junta extraños compañeros de cama. Desde hace unas semanas piensa mucho en la muerte porque unos repentinos mareos le abordan en cualquier momento y lugar. No va al médico. Cree que alargar la vida de manera artificial es innecesario. La medicina es pretenciosa, se atribuye sólo las curaciones. Los milagros no tienen autor. Los milagros son caricias entre dios y el enfermo, entre la vida y sus manifestaciones, un pacto privado de promesas y gracias. Ayer, uno de los mareos le hizo caer en el pasillo. Estaba solo. Siempre ha estado solo. Otros tienen miedo a que la muerte les encuentre solos. A él, por el contrario, le da vergüenza que le vean morir, igual que si le vieran cagarse encima. Incluso más. Nunca ha pedido nada a nadie. Pero en su fuero interno sí pide una muerte solitaria, en silencio,  limpia, y consciente. Es mucho pedir y lo sabe. El que pide aún espera algo. El que espera aún no está preparado para morir.


martes, 25 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -207

 


Las cenizas del tiempo se acumulan encima de los armarios. Ernesto se echó a dormir escuchando en la radio la retransmisión de un partido de fútbol europeo. Se ha levantado sin poder hablar y mirando al cielo porque cerca del suelo se ahoga. Ha ido a que le hagan unas pruebas. Le han diagnosticado, antes de cepillarse un almuerzo de tortilla y vino tinto, un cáncer de pulmón con metástasis en la cabeza. Chúpate esa. La calle está zombi. Su calle. Los vecinos nos miramos perplejos. Sus vecinos. Sus amigos. El invierno es un despiadado cazador de hombres. La muerte es un brutal recordatorio de que la vida está amañada para que siempre gane la banca. Y aunque sabemos de su fraude, no podemos evitar jugar por ella. Qué dislate. A Ernesto la ciencia le ha puesto fecha de caducidad. Sí, la todopoderosa ciencia, la que se permite el lujo de renegar de la fe. No pienso perder el tiempo en debates existenciales, bastante tenemos con existir sin haber un propósito. Las preguntas demuestran lo perdidos que estamos. A Ernesto lo someten a remedios agresivos. Su cuerpo dice basta. Los doctores tranquilizan su incompetencia rellenando informes. La calle, su calle, de habitual ruidosa, guarda silencio. Los vecinos, sus vecinos, echamos un vino como homenaje, ahorrándonos comentarios inútiles, sabedores de ser seguidores de su camino.


lunes, 24 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -206


 

Vaga por páginas porno durante la noche, exaltando sensaciones primarias, mirando mujeres que sonríen a una cámara y simulan gozar para ganar dinero. Se queda con la mente en blanco durante horas, robando al sueño su tiempo. No siente nada. Eso es lo que busca. Eso es lo que ofrece la adicción. No sentir con la polla tiesa. Su mujer se despierta, lo espía con un ojo abierto, se da media vuelta. Prefiere hacerse la dormida. No sentir. El porno se ha convertido en su programa de limpieza de virus a la vez que inocula uno mayor, pero solo uno, claro y reconocible de un vistazo. El porno es simple bajeza. Nada complicado. Se concentra en él y el resto de su mundo de complejidad mental se relaja. Dios está en el porno, y no, no estoy usando su nombre en vano. No uso su nombre para nada. Solo verifico un hecho. Su omnisciencia abarca el porno y nuestro hombre lo encuentra incluso ahí, sin pasión entre cuerpos entregados a la impudicia, a la utilización de la piel para olvidar. El hombre que ve porno por las noches hasta que le duelen los ojos y los huevos, sabe que está hecho para grandezas que se demoran en el tiempo. La precipitación del semen se produce por agotamiento físico y da por acabada la sesión justo cuando despunta la luz natural por entre las rendijas de la persiana. Su mujer le pregunta si está bien, qué tal ha dormido, si quiere hablar. El dice que sí, que está bien y no quiere hablar. Ella respira aliviada. Piensa que es mejor marcar distancia con el abismo. Están de acuerdo en ese asunto.


sábado, 22 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -205

 


Los hijos de putas aprenden a respetar a sus madres, a no celebrar el día del padre. La labor de traer dinero a casa es dura y hay oficios más penosos que otros. De igual forma que la madre del hijoputa clásico nada tiene que ver con la profesión del desagüe seminal, el hijo natural de puta puede ser un tipo intachable. La mejor manera de asegurarse una convivencia pacífica con uno mismo es no darse importancia a uno mismo. El perdón sale solo, casi antes que la culpa. Y es que la culpa ha arrasado generaciones enteras. Es una cansina, una ególatra, capa hasta al hombre más entero. Los vicios los llevamos al extrarradio. Les damos tanta importancia que erigimos templos donde escondernos a escarnecer la figura del rey de la creación, o reinona, según los casos. Reírnos es signo de inteligencia artificial. <<Cariño, voy de putas, vuelvo enseguida>>. Regresará a casa, al búnker, al regazo protector. Volverá después de vaciar el sobrante. La esposa lo recibe con una sonrisa beatífica, con el amante sentado en el sofá ya convenientemente duchado después de encauzar sus anhelos rebosantes. Los tres toman un café como seres civilizados que no son y se tragan la rabia hasta que les haga un agujero en el estómago. El cuerpo no olvida los gestos antinaturales de la mente. La cabeza se asienta cuando se cae. El hijo de la puta Sandra vino del instituto con los nudillos sangrando. <<Hola mamá, ¿has dormido o trabajado?>>


martes, 18 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -204

 



Se levantó una mañana dispuesto a reconocer el error. No uno cualquiera, no. Dispuesto a reconocer que sus cincuenta años de vida habían sido un error porque quien los vivió no había estado disponible, despierto, atento. Reconocer un error así no es fácil, es empezar de cero sin pretender llegar ni siquiera al uno. Pero no le sirvió. La luz ilumina este momento, no juzga como error el pasado porque ni se lo plantea. No da validez al futuro porque ni se lo plantea. La luz es ahora, sólo ahora. Nadie te ve cuando proyectas luz porque deslumbras. Se ve aquello que recibe la luz, no aquello que la emite. Al igual que nadie te ve cuando mueres. Ven un cuerpo que deja de respirar, pero mueres alejado de las miradas. Mueres al reencuentro de la luz amorfa. Nadie te ve cuando eres concebido. Eres concebido como hechura de luz.

             A la mañana siguiente se levantó dispuesto, alerta, atento, relajado. Ya no buscaba nada.


lunes, 17 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -203

 


Las personas precisan de atención; la solicitan, la exigen. Eso cansa. Descansar es alejarte del otro. Descansar también es alejarte de los pensamientos, esos generadores de neuróticos que deambulan por ahí con apariencia de que saben lo que hacen. Caminar ayuda al despojo de ti mismo. Camina hasta que te sangren los pies. No te preocupes, no sangras tú, porque el tú se ha diluido en paisajes recorridos, en cansancios superados. Si alguien te pregunta algo, contesta sin detenerte. La mayor parte de las preguntas tienen la intención de confundirte, de llamar la atención sobre quien las hace. No te detengas. Sigue caminando. Sonríe, dedica alguna palabra cariñosa, sigue andando. No compitas con otros andariegos. Déjales pasar, déjales pensar que caminan más lejos y mejor. Tú no te detengas a discutir. Para comprender las palabras y sus efectos es necesario callar. No reces en el silencio. Guarda silencio, la oración se hace sola. Los líderes surgen en situaciones complejas ofreciendo a las masas soluciones simples, y al revés. No te dejes convertir en líder, no te dejes confundir por la muchedumbre. Camina sin pensar en lo que dejas atrás ni pensar a dónde lleva el camino. Un don nadie sólo camina solo. Es una ruta poco transitada, puesto que la mayor parte de los andariegos quieren ser alguien. Y a ser posible, alguien con prestigio. No te pares a explicárselo.


sábado, 15 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -202

 


Cualquier cosa que hagas con esperanza de un mañana mejor refuerza la personalidad futurible y te aleja de la luz que baña hoy el escenario. Los actos con intención de construir futuro o resarcir el pasado no conforman una forma de ser, sino que ahuyentan al ser y ponen en primer plano lo volátil. La personalidad vive con respiración asistida de posibles mañanas y de recuerdos manipulados. La personalidad huye del presente infinito.

             Sonó una explosión. El enemigo arreciaba con todo su armamento. Un anciano estaba sentado en un banco corrido en la parte caliente de la batalla. Temblaba. Estaba petrificado, emboscado. Saliste de entre la multitud que se dispersaba buscando refugio en la retaguardia. Saliste de entre el miedo. Caminaste por el pasillo central hasta llegar a su altura, ajeno a enemigos y aliados. Lo abrazaste. Habías superado tu miedo para confortar a aquel hombre que bien podía haber sido tu padre. A tu padre le fallaste cuando más te necesitaba. Eso no te volverá a ocurrir, aunque la guerra caiga sobre ti con toda su rabia. El acto verdadero no calcula, no se valora como idóneo o contraproducente. Hecho está.


lunes, 10 de octubre de 2022

La danza del espacio infinito -201

 


¿Puede durar? Esperas escuchar un sí aunque sabes que la respuesta es no. Una brillante y emotiva conversación en intimidad con la persona amada puede distorsionar la realidad por aislamiento. En cuanto aparece esa pregunta en tu cabeza, se desmorona la belleza de la ocasión y nubarrones indefinidos perturban la voz que sale temblorosa. Los otros insisten en amarte, que es como sujetarte a un mundo que quieres despachar sin mirar atrás. Les dices que su amor no puede durar, que ellos mismos no pueden durar, que dura lo que no aparece ni desaparece. Dura aquello que dribla al tiempo y en el que surge la idea de la duración. La presión atmosférica achanta los sombreros y la caballerosidad sujeta los milibares. Amenaza tormenta. Ella se suelta de tu mano y no hace réplicas brillantes sobre literatura rusa. Eres un idiota que ha roto la magia y la paloma ha salido muerta de la chistera. No quieras arreglarlo. No hay vuelta atrás. El dolor ha invadido vuestra relación para siempre, volverá de manera recurrente a lo largo de las décadas. Porque el dolor une tanto o más que la felicidad. Ella camina un par de metros por delante, mostrando su enojo y haciéndose mirar el cuerpo que se sabe seductor. El cambia su filosofía por la pulsión de una mirada complacida. El juego de la seducción posee más ascendencia que el pensamiento racional. ¿Puede durar? Tampoco, pero sí se repite con más tesón.