jueves, 7 de abril de 2022

La danza del espacio infinito -108

 


Dietistas y nutricionistas surgen por doquier cuando la gente no pasa hambre. Ahora comemos alimentos antioxidantes, con vitaminas y minerales que reducen el colesterol y te ponen la polla como el mástil de un velero. Hoy comer es una experiencia religiosa, una performance de cubiertos, un truco de magia del cocinero de turno. En resumen; una trola. Tenemos preocupaciones sofisticadas, pero el instinto animal me suda por cada poro. Cuando me invitan a una demostración sobre los beneficios de un robot de cocina, me entran ganas de matar sin mirar a quién, pero como dan un jamón si vas acompañado de una pareja, pues tiro de la aplicación "follamigos" y al hotel de turno a escuchar la charla publicitaria. La chica me mira raro porque no subimos a una habitación, y yo miro raro al jamón, el conferenciante se mira a sí mismo y sonríe. Ningún dietista ni nutricionista se mete con el rey de la dehesa española. Salimos de la conferencia, pienso que necesito una buena botella de vino para acompañar. Mi pareja ocasional gira en la esquina de la calle y se aleja sin despedirse. No estaba preparada para un acto social de esta índole.


miércoles, 6 de abril de 2022

La danza del espacio infinito -107

 


Aunque no todo hombre muerto es libre, sí todo hombre libre está muerto. Juanjo es un conocido de hace años, en su juventud empezó a beber hasta convertirse en alcohólico, o al revés, no sé. Juanjo se emborrachaba a diario bebiendo menos alcohol que el resto de la cuadrilla. Juanjo era formal, trabajador y siempre educado. Nunca en sus ebriedades faltó el respeto a nadie. Era un borracho muy peculiar. Solo hablaba un poco más de la cuenta, pero no era molesto ni para taberneros ni para la parroquia de los bares. Solo se hacía daño a sí mismo. Juanjo ha estado los últimos tres años sin probar una gota, según cuenta. Sobrio se presenta igual de caballero, pero con la inteligencia más despierta. Hoy me lo he encontrado sentado en una silla de una terraza en un barrio alejado de nuestra zona. Estaba doblado, con la cabeza entre las piernas, con una copa casi llena sobre la mesa de plástico. Le he dado un toque en el hombro, ha levantado la cabeza y me ha saludado tranquilo, con media sonrisa y los ojos cansados. Ha hecho una mueca, como diciendo: <<ya ves, no ha podido ser>>. No le he dado la monserga y me he despedido dejándolo con sus cosas. Por qué concebimos como fracaso cuando nos damos por vencidos, si ese bajar la guardia nos produce una paz inefable, dilatada, venturosa. Quién nos carga la mochila de ser héroes, de exigirnos una respuesta solvente cuando estamos hechos para la derrota, cuando asumir la caída es lo único que la desarma y nos relaja.  


martes, 5 de abril de 2022

La danza del espacio infinito -106

 


Por lógica, un cerebro no está capacitado para repararse a sí mismo cuando se estropea. Por lógica, no deberíamos hacernos daño a nosotros mismos. Pero qué sería la vida sin contradicciones y paradojas. El siete positivo tiene el mismo valor que el siete negativo. Lo verdadero el mismo que lo falso, lo bueno que lo malo. El mismo valor. Después entran en juego otras consideraciones. La tragedia viene de la mano de la épica, la poesía del desconcierto. Si está completo, el axioma no es consistente, y si es consistente no está completo; los dos teoremas de Gödel sobre la incompletitud. Uso incompleto para explicar la intuición que tuvo. Por muy hermosa que sea una poesía, una teoría, no significa que sea verdadera. La verdad es lo que es, no lo que imaginas que es, no lo que piensas que es. En ocasiones, lo que es nos desborda y nos sobrepasa hasta el punto de que lo negamos o lo ignoramos. Eres igual a ti mismo, pero no siempre. ¿Cómo? Así están las cosas de resbaladizas y paradójicas. Pero no tengas miedo, lo auténtico sobrevive a las contingencias. Aunque en el universo nadie te esté mirando, te sientes observado. Tenemos tanta necesidad de un referente exterior para la perspectiva, que sin él estamos condenados al error y a la antropofagia. El orgasmo dura un tiempo muy reducido en comparación al esfuerzo físico necesario para llegar a él. El éxtasis habla de lo eterno, la manipulación física habla del sufrimiento del desterrado en busca del paraíso perdido. Nuestro drama hace sonreír a la Nada. Dicen que Gödel murió de inanición por miedo a que le envenenaran la comida. Me cuadra esa paradoja. Somos así, geniales e idiotas, sublimes y vulnerables. Hemos descubierto una galaxia muy lejana, y al tiempo de ser descubierta nos informan de que ya no existe. Somos así. Gödel probó la existencia de dios con argumentaciones lógico-matemáticas basándose en un razonamiento ontológico previo de San Anselmo de Canterbury. Ahí queda eso, hasta dios mira ojiplático. La verdad necesaria es la única que no está sometida al azar. Se me caen los párpados. Mi cuerpo está en fase de recargar baterías. Voy a conectarlo con los sueños. Hasta mañana.


domingo, 3 de abril de 2022

La danza del espacio infinito -105

 


Tanto el paparazzi como el sicario se escudan diciendo que es su trabajo. Las reglas claras, y barra libre para joder al vecino hasta que reviente. El precio es flexible, casi tanto como la ética. Las profesiones son un invento para colocarnos en un recinto social. Puedes salirte, pero entonces te reconocerán por tus cartones, tus mantas en el cajero, tu mugre, por el perro pulgoso que te ha adoptado. Distinguimos a los demás por su traje, por su buzo, por su smartphone, por su cartera, por su botiquín, por su arma, por su cámara, por su calzado, por su bata, por su gorra, por su casco... El eterno esfuerzo perfectamente inútil. El hombre es un uróboro bípedo. Somos personajes secundarios, todos, sin excepción. Y la obra, es más o menos lustrosa, pero sin espectadores fuera de este planeta que nos vean extinguirnos para mayor gloria del absurdo. El mito de Edipo es entrañable. Vas a matar al padre y te enteras que no era tu padre. Ese señor con las zapatillas de felpa que te daba desde su sofá más directrices que un consejero delegado, tenía un ADN irreconocible para ti. Te lanzas a la búsqueda de ese derramador de semen que perpetró el diseño de tu nariz (propia de un catador colombiano de cocaína), localizas su última dirección en una pequeña y vulgar villa con burdel y Mercadona a las afueras. Pero te informan de que murió el año pasado. ¡Colgado de la brocha, sin padre al que matar! Y claro, matas a todos los demás aunque no sean padres. Qué más da a estas alturas. Un mito es un mito, un trabajo es un trabajo.

 



sábado, 2 de abril de 2022

La danza del espacio infinito -104

 


Vengo de un lugar donde no llega el escupitajo de una estrella muerta, donde los hombres mueren antes de caer del caballo, donde la puta gana más dinero que el licenciado, donde las charcas nos suministran ancas de rana, donde la mayor felicidad es deponer un excremento de novecientos gramos después de cinco días de estreñimiento con una dieta de plátanos, arroz y ortigas. Vengo de un lugar donde hay muros que provocan miopía, donde la basura espacial cae sobre las cabezas, donde todos los números son primos, donde nadie se fija en su camino. Vengo de un lugar del que si escapas te conviertes en estatua de sal, donde solo los borrachos tienen el privilegio del sueño, donde nos tragamos las humillaciones porque sabemos que el tiempo de la venganza está cerca. Vengo de un lugar donde nos presentamos voluntarios para tratamientos experimentales de enfermedades incurables, donde empadronamos a los muertos y nos olvidamos de los vivos. Vengo de un lugar del que no habrás oído hablar.

viernes, 1 de abril de 2022

La danza del espacio infinito -103

 


Hemos caminado tanto y tan rápido de manera errática, que cuesta mucho ponerse en contacto con la universalidad, con lo que de ella hay en nuestro interior individual. Cuesta mucho superar la ley social de la moral sin caer en la inmoralidad. Cuesta no sentirse culpable. Cuesta transferir a otro el papel de ser fundamental. Tendemos a darnos importancia desde la menudencia, antes que ceder el protagonismo al ser que nos traería de vuelta la relevancia. Cabeza de ratón antes que cola de león. Y llamamos rugidos a nuestros agudos chillidos. 


jueves, 31 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -102

 


Alonso cree que tenemos la manía de humanizar (lo que nuestra mente condicionada entiende por humanizar) lo que nos rodea, desde los animales de compañía hasta a dios, sin dejarnos nada por el camino. Y es que en este planeta sabemos que no tenemos rival. Y claro, nos venimos arriba. Un pueril antropocentrismo que al contrario de lo que pretende, solo consigue frustrarnos.

            Alonso ha visto una foto sacada por el astromóvil "Curiosity" de paseo por la superficie de Marte. El objetivo de su cámara se dirige al espacio exterior marciano. En él se aprecia una difusa avellana grisácea que es la Tierra, donde desarrollamos nuestros dramas. No, Alfonso no quiere cebarse con la manida apreciación de que somos insignificantes. Somos lo que somos. Ni el centro del universo ni una criatura desdeñable. Le interesa el punto de observación. No tenemos mucho más. La realidad no se deja aprehender por completo. Sabemos que el observador influye en lo observado, y por lo tanto nuestra apreciación parcela la realidad. Así que nuestros ojos se abren como platos cuando miran al universo al que pertenecemos y en el que estamos incrustados. Dudar de lo observado es señal de inteligencia. Alfonso se pregunta cuántas de las criaturas inteligentes que merodean por esas galaxias de dios, son capaces de pensar que su observación del universo es tan limitada como lo es el Empire State Building para una hormiga. Se plantea cuántas de ellas son capaces de salirse de sí mismas para no sólo observar, sino también ser conscientes de que pueden ser observadas, capaces de ponerse en el lugar del otro, de cambiar su punto de observación, con lo que eso conlleva: ponerse en entredicho.


miércoles, 30 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -101

 


Sujeto a las cuerdas como un espantajo, con la cara avolcanada, la guardia baja, los calzones caídos, la mirada drogada, los pies sin ritmo para bailar, espera el definitivo golpe que le rompa por dentro. Por fuera ya no siente el dolor, está entumecido. El próximo golpe, nada más hay en su agenda. Recibir el castigo que cree merecer, que necesita recibir para saldar deudas de las que su contrincante es ajeno. Un golpe que no llega. El púgil que va a ganar por nocaut no se decide. La compasión consiste en rematar el combate lo más rápido posible, pero no termina de ejecutarlo, se le queda mirando perplejo, como intuyendo una anomalía. Desde los dos rincones le gritan que acabe ya, que no alargue el suplicio. Se abraza a él, le susurra al oído que le pegue una vez, que ponga algo de resistencia o la gente se sentirá estafada. Él también se sentirá defraudado. Necesita recibir un golpe para no parecer un abusón de escuela; aunque sea uno flojo en el costado, un signo de arrojo por su parte, algo que le permita responder con el golpe final para hacerle caer de las cuerdas como higo maduro. Desde un submundo inconsciente él perdedor parece entender lo que le pide su rival, y levanta un guante hasta la cintura. El golpe que asesta es mortecino sobre la zona lumbar izquierda. Del mismo esfuerzo realizado en el movimiento, se desestabiliza y cae ante la impotencia del púgil vencedor, que se queda sin lanzar el esperado puñetazo para los flashes. Fin del combate. No hay gloria para nadie en la fatalidad.


martes, 29 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -100

 


La pobreza ha sido su principal factor de riesgo para caer en la enfermedad. La enfermedad lo ha empobrecido y limitado en sus expectativas. En ese círculo maldito entre pobreza y enfermedad, su mundo se ha estrechado hasta apenas poder pasar. Con el desgaste, se ha convertido en un incapacitado emocional, mezquino y peligroso para el estado de bienestar en el que viven sus vecinos. No puede quitarles el dinero ni la salud, pero puede quitarles la vida. Y es su objetivo. Morir matando. Los absolutos no tienen competencia en esta tierra. El amor, la compasión, la caridad, la felicidad, la justicia...palabras para que jueguen con ellas los cínicos. El chico de enfrente anda por los treinta y pico de cigüeña. Trabaja en una fábrica de montaje de coches; buen sueldo, buena salud, buena persona. Su mujer, de la misma edad, trabaja de administrativa; buen sueldo, buena salud, buena persona. Tienen dos hijos: uno de seis años y otra de cuatro. Guapos, buenos chicos, buena salud. Nuestro hombre pobre y enfermo cruza el rellano, llama a la puerta, la mujer abre, le dispara a bocajarro, luego se adentra en la casa en busca del marido y hace lo mismo. Con los niños no se detiene porque quiere que llegue el silencio cuanto antes. Con la escena inmóvil regresa a su piso cuarteado y se pone a fumar mientras espera a la policía. Unos minutos en que paladea algo cercano a la paz.


domingo, 27 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -99

 


Es un asesino peculiar. Descansa cuando está colérico para que el odio no interfiera en su trabajo. No es despiadado ni falsamente compasivo, no es psicópata ni lo hace por dinero. No mata por gusto ni a disgusto. Para él matar es una pulsión que ha perfeccionado hasta convertirla en arte callejero. No mata a quien conoce, ni motivado por sed de venganza o justicia. Elige a su víctima por las razones más peregrinas: una mirada nerviosa, un gesto brusco, una bajada de cabeza a destiempo, una palabra disonante, una afabilidad contagiosa. Cualquier detalle puede ser el detonante para que se fije en esa persona y empiece la búsqueda de las condiciones idóneas para culminar una bella y  pulcra faena. En algunos asesinatos gusta que la sangre dibuje un círculo de seguridad alrededor del finado, en otros prefiere la limpieza, dejar el cadáver sentado en un banco del parque con los ojos abiertos y una sonrisa caída, como si nada, hasta que el viento tumba el cuerpo y los viandantes descubren la escena del crimen. Asesina de una cuchillada certera, con un disparo limpio, ahoga a su víctima, la envenena, la precipita  desde la altura, manipula los frenos de su coche, la rocía con gas nervioso, la ata a un árbol del bosque para que muera de inanición o frío. Las formas son múltiples, cada protagonista del espectáculo mortuorio merece su atención personalizada. Puede matar dos veces a la semana o estar meses sin "crear muerte", como le gusta llamarlo. Es un artista provocativo. Se lleva a casa un trofeo de sus víctimas. A todas ellas les corta la tercera falange del dedo meñique de la mano izquierda. Tiene en casa una vitrina donde las conserva. Les coloca una etiqueta con los datos generales de su dueño y de la forma en que le dio visado eterno. Algún día tiene pensado exponer en el MoMA, aunque antes es preferible una campaña de promoción mediática que incluya su detención policial, y por lo tanto, su fin como artista. Sería su primera y última muestra pública.

            Mata porque puede. También puede ser asesinado y lo sabe. Son las reglas. Le gusta escribir filosofía, ha aprendido mucho de las personas que ha escogido para matar. Dedica un tiempo a observar las expectativas de sus elegidos mientras él sabe que les va a podar de raíz, porque sí. Cuando dice a la vida de otro: <<¡hasta aquí!>>, es un subidón al que no puede renunciar. Para su próxima creación está elucubrando con ahorcar a la persona de un árbol con un cordón umbilical robado en algún paritorio. Así le parece que lo unirá a la vez con la humanidad y la naturaleza en una muerte que fusione principio y fin. <<Sería hermoso>>, piensa. <<¡La belleza es tan sobrecogedora!>> Cada vez que mata ve a dios al mismo tiempo que sus víctimas, a veces antes. Se miran de igual a igual, como diciendo: ¿y ahora que hacemos con esta criatura? Es un místico de la performance criminal. <<¡Si los críticos no fueran tan moralistas...!>>


sábado, 26 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -98

 


Las personas que te rodean han desarrollado diferentes habilidades para esconder el miedo. Algunas de esas habilidades son prodigiosas, artísticas, geniales. Tú vives mostrando el miedo como si fuera una posesión valiosa. Eres desagradable a la vista de los demás. Eso no se hace. Vete a temblar a un descampado, no aquí, delante de todos. Cuando dicen su nombre no se da la vuelta. Su nombre no le representa. Se llama Beryl, como un tornado del año dos mil, o un cristal hexagonal. No te fíes de las fotografías, de las poses, de los avatares del wasap. No son ellos, son lo que les gustaría que pensaras de ellos; son disfraces del miedo. Lo único veraz es cuando la muchacha con pantalones vaqueros hace dedo en una carretera comarcal. La lluvia desangelada realza su simulada fragilidad. Pero su fortaleza en medio del miedo es tan sobrecogedora que los coches se agolpan en el arcén. Dónde vas, le preguntan. Me voy -responde -, solo eso. Y al bajarse del coche deja su aroma sobre la guantera. Camina en todas las direcciones en busca de la aparición que la llame por su nombre indecible.


viernes, 25 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -97


 

Nadie puede oír sus gritos. Le interesan las personas de una en una. Si vienen en manada, huye y se esconde. Sabe que si tienen hambre en medio del paisaje ignoto, y la comida escasea, morderán con delectación sus sabrosos muslos. No está dispuesto a ser plato principal de un ágape desesperado. El coste de la supervivencia suele ser muy alto para los débiles. Mucha dieta, mucha dieta, pero a la hora de la verdad, se abalanzan sobre las partes blandas de uno sin hacer ascos al exceso de proteína animal, con perdón. Nació con el viento en contra, es un antihéroe que construye armarios de los que no poder salir. Da miedo, pero más miedo da el vasto paisaje: frío, inhóspito, con una preocupante ausencia de criaturas que alimenta la imaginación del pusilánime. Los expedicionarios salen a buscarse un sitio en la historia, en el imaginario popular, en el anecdotario de un país con necesidad de leer novelas de caballería con caballeros descalabrados. El nómada busca tesoros inexistentes en escenarios múltiples. Pero él cree en el inmovilismo, en pase de mí este cáliz y cualquier otro cáliz. El es un señor gris aunque vista de azul. El no quiere oír los alaridos de los osados aventureros, él grita hacia dentro como el planeta que respeta a sus moradores. La sangre es escandalosa, sobre todo cuando tiñe una superficie helada o nevada y el horizonte no da pistas de dónde fueron a parar ni la víctima ni el verdugo. ¿Quién, sin aspirar al cielo, esta tierra podría soportar?


miércoles, 23 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -96

 


Aliviar, mitigar, paliar; tres verbos, una sola razón para estar aquí. Usar a alguien ya es abusar de él. Quien no haya usado al prójimo que levante una uña. Quien no se haya creído con derecho a hacerlo que deje de engañarse. Cuando notas el mordisco de la depravación deberías visualizar su sabor y su posterior indigestión. Solo mirando activamente el movimiento trigésimo cuarto evitarás equivocarte en el movimiento vigésimo octavo. Aliviar, mitigar, paliar, son verbos que van estrechamente unidos al sufrimiento, a darnos un respiro frente a él. El que puede ponerlos en marcha es alguien con un excelente botiquín, con experiencia de dolor y a la vez avezado en su superación. El profeta ha de morir apedreado antes de que se vean cumplidas sus profecías, el aliviador ha de ser escupido por el aliviado antes de que éste reconozca el consuelo recibido. Los bares a última hora de la noche de un día de labor son el refugio de los corazones malheridos, los confesionarios de colores etílicos, de mugre acogedora. Un chupito, por favor, un elixir para este cuerpo felizmente condenado. No hay razón para irse a dormir, para irse a olvidar.


lunes, 21 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -95

 


Ramiro está a la espera del mensaje que desbroce la senda. Si no existe intromisión del mensajero movido por un torvo interés, espera obtener el mapa de ruta en pocos días. Saber por dónde caminas es más importante que saber a dónde vas. El destino se reconoce en cuanto se ve; el camino, en cambio, debe sondearse a cada paso. Mientras aguarda las directrices, Ramiro toma analgésicos y antiinflamatorios contra la prostatitis. Se va doblando por la mitad por culpa de una próstata que se empeña en ocupar el espacio que no le corresponde. Aconsejan la evacuación seminal diaria para la limpieza de los conductos, y eso está bien siempre que no seas un adicto al sexo, como le pasa a Ramiro. Mantenerse limpio le supone un conflicto de intereses. Acumular y sufrir o soltar y sufrir aún más. Ojalá fuera una mujer, piensa mientras se palpa las mamas de sesentón en las que va acumulando tejido adiposo. Se siente raro, ¿y si al tiempo que padece de prostatitis tuviera un cáncer de mama?  No es descartable, la vida es una hijaputa con un sentido del humor muy discutible. Su adicción al sexo no tiene que ver con la práctica excesiva, sino con la obsesión excesiva. No es capaz de terminar un sudoku, nivel samurái, sin que su mente peregrine a procacidades lubricadas y ensalivadas. Llega el correo, pero está con la polla tiesa y no puede atenderlo. La senda sigue apretada por la maleza, el destino debe esperar a que el caminante esté en condiciones de soportar el peso de su mochila.


domingo, 20 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -94

 


A fuego lento se esponjan las alubias en la cazuela, su caldo engorda a borbotones como pedos de ópera. En el volcán de al lado, unos chipirones encebollados se tersan en magma negro. Los sentidos del olfato y del paladar se alían para excitar a los comensales, que nerviosos meten prisa al cocinero. Pero los alimentos tienen su tiempo, independiente del hambre. A través de los cristales se ven gotas de lluvia balanceándose en la cuerda del tendedero. Este invierno dura cinco meses, pero la experiencia nos dice que pronto hablarán de sequías y de antropocentrismo en el origen del cambio en el clima. La memoria es tramposa, depende de nuestros prejuicios, según su naturaleza nos vamos acordando. El planeta estaba antes que nosotros y seguirá después. Somos, en muchas ocasiones, criaturas ridículas. La hogaza de pan con masa madre espera hecha rebanadas en el centro de la mesa. El pan hará el prelavado de los platos, el pan hará la labor para la que no fueron inventados los cubiertos. El pan es el nexo de unión de nuestras manos con los alimentos humeantes. Desde la sala llega la voz de Ana Rosa hablando del asesinato que una mujer ha cometido sobre un niño de ocho años. El país se conmociona. La maldad no deja de sorprendernos. No me explicó por qué. Surge un debate sobre la vileza humana. Se encrespan los ánimos con las opiniones discordantes, hasta que desde los fuegos de la cocina llega un inequívoco olor a quemado. Todos callan de repente. El cocinero está apesadumbrado, los comensales segregando una afligida saliva. Alguien abre una botella de vino y se llena el vaso hasta el borde.


sábado, 19 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -93

 


Le han matado a una hija; el consuelo de los hombres no le llega para sobrevivir. Declara en televisión que si en su fuero interno, con toda su inteligencia, tuviera la absoluta convicción de que Dios no existe, él seguiría creyendo en El. Lo manifiesta, no le queda otra. ¡Y yo que me consideraba una persona creyente! Joder, menudo meneo me acaba de dar este señor. Cuando se toca fondo sólo se puede mirar hacia arriba, por encima de las cabezas. El gran tema de un escritor es él mismo y su gran esfuerzo va encaminado a negarlo. Un escritor busca pistas que le sirvan para destaparse, con las que volver al paraíso que intuye escondido entre sus neuronas. Por qué los seres endiosados no creen en Dios: por competencia, por celos, por estulticia. Las razones golpean los clavos en las muñecas. El error más importante del iniciado es querer a Dios para él solo, como una posesión ganada a pulso del amor. Cuando es un ser sensitivo quien trata del amor, la corrupción del mismo es casi inevitable. Y si Dios es el Padre, el incesto está casi asegurado. Los iniciados tienen más peligro que una mina oculta en medio del parque. Por eso es conveniente que pronto el iniciado conozca la noche oscura, el desierto, la sequedad de los sentidos. El enlace entre distintos debe ser limitado y con condiciones. Si pretendes hacer trampa para colarte en sus aposentos, te quedarás con el picaporte en la mano y la cara deformada por la desfachatez.

 


viernes, 18 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -92

 


No hay peligro en ir caminando hacia el abismo. Es un trayecto cuyo significado depende de la intención de quien lo recorre, puede ser el itinerario que lleva a la contemplación del paisaje insondable o el que lleva a dar el último paso, el resolutivo, el que precipitará el cuerpo y el tiempo. Una carta abierta espera sobre su escritorio. Sus huellas dactilares viven sobre el teclado del ordenador portátil. En el obituario obviarán las anécdotas, y ellas son la explicación, el detonante del salto. Hay muertes que dejan tras de sí un reguero de culpables, también algún alivio. Qué más da. Cuando dicen que la vida sigue, deberían añadir que sigue porque activamos el modo olvido, el reinicio en blanco del disco duro. Que sigue porque se la suda. El próximo que irá hacia el abismo ya está de camino. 

 


miércoles, 16 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -91

 


Es conveniente no sentir la emoción a la hora de transmitirla. El Hombre es una criatura creadora. Los hombres son un número. Los muertos no son sinónimo de ausencia. Penalizan la propiedad privada y pretenden imponer "la virtud" por cojones, por sus cojones más concretamente. Copiamos con tanto descaro que nos creemos originales. Las frases sueltas pueden convivir. 


domingo, 13 de marzo de 2022

La danza del espacio infinito -90

 


Es un tipo para quien cualquier reclamo económico en forma de tasas, impuestos, cargas, cualquier derrama acordada por la comunidad de vecinos, cualquier gasto extra de dentista, electrodomésticos, averías, cualquier imprevisto le hace temblar, sudar, llorar. Su vulnerabilidad es tal que el destino se ha convertido en una trazadora incontrolable y asesina. Con la guerra ganada, por qué la muerte sigue librando batallas. Es agotador — dice— que no pueda reunir el dinero para mantenerme como estoy; regular. Cuando dejas de aspirar a más en la ilusoria pirámide construida por el sistema, tienes que afrontar que vas a menos. Si pusiera sobre la mesa su partida de nacimiento y seguidamente su certificado de defunción, obtendría un palíndromo. El César le exige más de lo que puede dar. Le he dicho que mientras yo tenga, tendremos los dos. No me ha creído. Hace bien. Los hechos hablarán por ambos.