sábado, 9 de septiembre de 2023

El zumbido del que subyace-18

 


La atención sin intención no provoca tensión. Estar en ti, estar en ti, estar en ti. Hay que unir ambos verbos —ser y estar—, hasta que desaparezca el espejismo de que alguna vez estuvieron separados. Acomódate en tu sillón de vacío espacioso a ver pasar tu cadáver.


miércoles, 6 de septiembre de 2023

El zumbido del que subyace-17

 


Todos los miedos tienen su origen en el miedo a la muerte; es su nave nodriza. El miedo a la muerte proviene de la desviación de la identidad hacia el objeto que es cambiante, vulnerable, aparente, finito y mortal. Surge la voluntad de convertir su apariencia en realidad autosuficiente. Iniciado este camino te ves inmerso en un laberinto de malezas del que resulta imposible salir. Y el miedo es el primer y más evidente clamor. El objeto, aunque pretenda apropiarse de la naturaleza infinita del sujeto impersonal, solo consigue sufrir por la tensión generada. 

Cuando lo real absorbe la experiencia contraída de la personalidad, no es que la historia se detenga, es que nunca nada ha ocurrido, nunca nada ocurrirá. El relato se derrumba, por muy relevante que parezca.

    

domingo, 3 de septiembre de 2023

El zumbido del que subyace-16

 


El libro del maestro provee de frases ancla. Cuando das con una de ellas que sirve para que tu embarcación deje de navegar por la superficie del agua y te hunda en ti, cierra el libro y apártalo. Las palabras han cumplido su misión, ahora abandona las palabras y bucea.

 La insatisfacción es el motor del proceso, la frustración su premio, la ansiedad su síntoma, el miedo su efecto. Lo que tienes (el cuerpo, los pensamientos, las esperanzas, las emociones, las experiencias, la personalidad, el relato de tu vida...) lo has ido añadiendo como capas a lo que eres. Lo que tienes dejarás de tenerlo. Los añadidos desaparecerán porque aparecieron en un punto del juego y desaparecerán en un punto del juego. El juego mismo acabará. Lo tuyo no eres tú y se desprenderá de ti como una costra seca. Lo que eres no es susceptible de ser adquirido ni tiene propietario. Lo que eres no lo has conseguido, no lo has añadido, no ha nacido, no desaparecerá. Lo que eres no es tuyo. Lo que es tuyo no eres.


miércoles, 30 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-15

 


El buscador tiene la impresión de que la mente coloca obstáculos donde tropezar: apegos, adicciones, problemas... Pero en realidad solo es uno: el de postularse como receptáculo de su identidad. Cuando el buscador se da cuenta de esto, de la falta de sujeto, todas las trabas desaparecen. Los sucesos no tienen dónde adherirse, como les sucede a los animales o a los niños pequeños. Al ser descubierta la mente proyectada hacia afuera, aún intenta una última maniobra más sutil: imitar al ser en su compostura y proponerse como espejo distorsionado; más emocionante, más preciosista. Si usted ha comprendido estas palabras, desconfíe, pues es probable que hayan sido comprendidas por su mente avisada que quiere preservar el relato ficticio que la ensalza como sujeto. Cuando estás en ti, la mente es observada como puede serlo tu mano izquierda o tu rodilla derecha. Si te identificas con la mente y el cuerpo, sufrirás con ellos, morirás con ellos. El que se identifica con el objeto se borra en el objeto de su identificación. Por eso debes respetar lo que es y no devaluarlo a los límites de lo fenomenológico. Las formas danzan al ritmo presencial de ti. Luchar por cambiar las formas solo es otra forma. ¿Te agotarías dando manotazos y patadas a un espejismo? Es de locos. Hay algo antes que el huevo y que la gallina. Localízalo y quédate ahí, en esa espaciosidad sin límites, en esa tu casa sin puertas ni muros. Puedes pasear por la ilusión siendo real, no es necesario que dejes de ser para jugar al juego de las apariencias. La ilusión es solo reconocida por quien es real. Entregarte a los espejismos abandonando tu lugar de testigo es olvidarte de ti para convertirte en espejismo. Esa es la cualidad del ser, que puede ser lo que quiera, incluso olvido de sí.   


domingo, 27 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-14

 


La alquimia de no hacer nada, el convencimiento de que la vida tiene pujanza más que suficiente para no necesitar de un elemento separado empujando. Cuando empujas, lo normal es que lo precipites por una vía errática. Tú eres, sin duda; lo único de lo que debes asegurarte es de estar, de unir los verbos ser y estar. De poco sirve ser si estás perdido por los alrededores de ti en el papel de hacedor de mundos como un pollo sin cabeza.

La mente no es personal, solo hay una para todos, solo varía el uso que de ella hacemos. La mente se ha convencido de que estar en uno mismo no es suficiente, que su labor es sacarnos hacia afuera, hacia el mundo que considera separado y objetivo, lejos de nosotros, donde resolver conflictos, aprender cosas nuevas, evolucionar, experimentar ideas, proyectos, memoria. La mente trabaja con la idea de que estamos a medio hacer, que debemos llegar a ser mejores, llenarnos de conocimientos, responder a estímulos e inquietudes.

Ni caso. Ese salir hacia afuera nunca se acaba, esa acumulación de conocimientos y experiencias nunca se acaba, ese construir castillos en el aire nunca se acaba, esa evolución nunca llega a la realización. Cuando el cuerpo muere, todas sus alegorías mueren con él, todo el tinglado se cae porque las apariencias es lo que tienen: que aparecen, permanecen un tiempo y desaparecen. Nada que ver con la realidad. Repito: ni caso. A la mente le gusta escuchar su propia voz. No digo que no se adquieran habilidades prácticas, se construyan cosas hermosas, se experimenten sensaciones y se desarrollen las ideas, pero sabiendo que son un juego de las formas, un juego de rol, una manera de mantener entretenido al jugador mientras dure la partida. Recuerda que estar en uno mismo es la única manera de ser realizado, de captar la infinidad de matices de un universo de formas y al tiempo vacío, de vivir en la realidad, y por lo tanto en la auténtica belleza, la que no es flor de un día. Estar en sí las 24 horas del día. Ser y existir en uno, que es la única manera de existir para siempre. En el sueño profundo, cuando ni el cuerpo ni la mente son una referencia, estamos en nosotros mismos, pero la mente no ejerce de testigo. Para el estado de sueño, la vigilia es irreal. Para el estado de vigilia, el sueño es irreal. Ambos tienen razón.


jueves, 24 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-13

 


El personaje más célebre de la época, reconocido por su sabiduría y caridad, te ha girado una invitación personal para que acudas a la cena que se organiza en su honor en el mejor hotel de la ciudad. A ti, te ha invitado a ti, que andas enredado en historias de arrabal. No lo entiendes, pero no vas a desaprovechar la oportunidad de conocerle, puesto que, como muchos otros, tú también lo admiras. Desestimas la opción de alquilar un chaqué o un traje de etiqueta. Aunque la cena sea de alto postín, tú estarías ridículo con una vestimenta que nunca te has puesto ni va con tu modo de vida. Así que echas mano del reducido fondo de armario y eliges tu mejor pantalón, tu mejor camisa, tu chaqueta más elegante y tus zapatos más nuevos. Planchas tu ropa con esmero y te vistes delante del espejo. Te diriges a la cena con tiempo de sobra, palpando la invitación en el bolsillo de la chaqueta. Quieres llegar pronto para pasar desapercibido. Pero por el camino te encuentras con un viejo amigo que te insiste en tomar un vino para poneros al día. Accedes por educación y porque aún tienes tiempo. Un vino se convierte en media docena. El último, como ya estás medio cuezo, se te cae encima manchándote la chaqueta y la camisa. Te embarga un gran disgusto, un sentimiento de pena por ti mismo, pues has sido incapaz de permanecer limpio y firme en tu camino hacia esa importante cena. Te despides del amigo, sales a la calle y unos metros más adelante una prostituta te ofrece sus servicios. Dices que por qué no, de perdidos.... La profesional apenas utiliza sus artes y te vienes encima, dejando una evidente mancha en el pantalón. Al alejarte de allí metes los pies en un charco. ¿Qué ha pasado? Dónde vas así, con la ropa y los zapatos de un astroso. Te sientas en un banco desconchado de la plaza que está frente al hotel. Piensas en no acudir a la cena, no tienes derecho a presentarte de esa guisa, qué pensaría el homenajeado. Pero si no vas, perderás la ocasión única de conocerle. Te tragas los últimos vestigios que quedan en ti de orgullo y de dignidad, y te diriges hacia la entrada del hotel. Te dices a ti mismo que no importa lo que piensen y digan de ti (todo merecido), si por lo menos puedes verlo. Decides no sentarte a la mesa, eso sería demasiado irrespetuoso con el hombre homenajeado, así que te pasas por la cocina y coges un mandil del personal de limpieza y entras al comedor donde los comensales comen y departen alrededor del gran hombre. Te metes debajo de la mesa a recoger las migas, le oyes hablar, escuchas las preguntas de los invitados. Tú aún no has podido verlo directamente. No te importa. Le oyes desde debajo de la mesa, le sacas brillo a sus zapatos con tu propia saliva. Estás a sus pies. ¿Qué más se puede pedir? Eres el hombre más afortunado del mundo en esos momentos. Ahora te alegras de que el orgullo no te haya impedido acudir a la cena. A los postres, el gran hombre estira las piernas y sin querer te da un puntapié en la cara. Emites un lamento sordo, pero suficiente para que el gran hombre se dé cuenta de que alguien anda por ahí abajo. Levanta el mantel y te ve. Lo miras aturdido, avergonzado. Te llama por tu nombre y te pregunta qué haces ahí. <<Te envié una invitación para que cenaras conmigo, no para que estuvieras bajo la mesa recogiendo las migas>>. No sabes qué decir, no es oportuno dar explicaciones que solo servirían para enredar aún más la situación. Guardas silencio. El gran hombre te tiende la mano y te ayuda a salir de tu miseria. Pide una silla y señala para que te sientes a su lado. Lo miras, solo puedes hacer eso. Te mueves mecánicamente y obedeces sus indicaciones. No puedes dejar de observarlo mientras pruebas el postre que te han puesto delante. Él habla y sonríe a todos. Tú estás a su lado. Y él es tan grande que te haces grande junto a él.


lunes, 21 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-12

 


Tienes la identificación asentada en el cuerpo, pero te ronda la intuición de que eso no puede ser todo, que tú eres algo más que ese futuro e inevitable polvo y cenizas. El caso es que no puedes acceder a ese "algo más" con las herramientas que manejas. ¿Qué hacer? Si supieras exactamente qué es lo que has perdido, te levantarías e irías a buscarlo, a registrar los cajones, a poner tu casa patas arriba hasta dar con ello. El asunto es que tienes la intuición, pero no sabes (ni la mente puede saberlo nunca) qué has perdido. Entonces ir a buscarlo es inútil. Lo sensato es romper con la dinámica aprendida, retirar la atención de todos los intereses que te mueven como si fueras una hoja al viento. No busques, abre espacio, permite que el vacío se extienda, reposa en él y espera sin esperar nada en concreto. Ese "algo más" eres tú, siempre has sido tú. Cuando lo encuentras, lo primero que descubres es que no lo habías perdido. Espera, aún hay más, que es algo menos: ese absoluto impersonal que ya funciona en ti sin distorsión, no detiene la carrera del cuerpo, que sigue su camino escrito con visibilidad mejorada. 


viernes, 18 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-11

 


El hijo mayor es el mundo natural (universo, naturaleza). El hijo mayor siempre ha estado con el padre, sin separación alguna. Lo que es del padre es del hijo. El disfrute del ser, del paraíso, es continuo y sin conflicto alguno para el hijo mayor. Sin embargo, el hijo pequeño (humano) quiere ser independiente, creador de su propio destino, diseñador de un mundo nuevo. Entonces pide al padre la parte de la herencia que le corresponde. Sin ella no tendría posibilidad de crear un mundo (matiz que pierde de vista),  porque el padre es la realidad que sustenta la apariencia de las formas. El hijo pequeño toma su parte y se va de la casa a vivir una experiencia aparte, separada, llena de estímulos, de emociones, de pensamientos burbujeantes. Cuando ha malgastado esa fortuna, cuando alejado del padre no ha podido renovar sus bienes, cuando el mundo recreado de las formas aparece y desaparece dejando la convicción de que es engañoso y falto de vida por sí mismo, cuando hasta los cerdos viven con más dignidad  que él, se rinde a la evidencia de su error. Y tragándose su orgullo, reconociendo que su arrogante aventura ha sido un fiasco, decide que volverá a la casa de su padre, que se echará a sus pies, llorará, suplicará compasión, pedirá ser aceptado, no ya como hijo, sino como uno sus jornaleros. Y así lo hace.  Pero el padre al verlo regresar, lo abraza, no le deja que caiga a sus pies, ordena matar un cordero y organiza una fiesta en su honor. A todos les dice lleno de satisfacción que ese es su hijo, el que había perdido y que ahora ha encontrado.

            Qué tiene el hijo menor que no tenga el mayor: una posibilidad errática. El hijo menor ha utilizado esa opción para separarse del padre y recrear un mundo escindido. Pero harto de sufrir la dinámica "causa y efecto", detecta que ese mundo recreado es solo apariencia de realidad, realidad derivada, no la realidad misma; ésta no es posible lejos de la casa de su padre. Ahora lo sabe. Un conocimiento que el hijo mayor nunca ha necesitado poseer. El hijo pequeño añade al ser de la casa del padre, la conciencia de ser, el conocimiento de sí. Es como si de su alocada aventura y de su consiguiente caída del caballo, hubiera adquirido el don de poner ante su padre un espejo para que pudiera verse a sí mismo. El hijo pequeño recorre y cierra el círculo para ir a parar al punto de origen. Una aventura tan inútil como bendecida.


martes, 15 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-10

 


Darse cuenta del ser no viene de un uso productivo del cuerpo y la mente, no viene dado como resultado lógico de una evolución idónea de cuerpo y mente. El cuerpo come y defeca. La mente se alimenta de pensamientos, ideas, emociones y defeca miedos, neurosis, ansiedad. Cuando la mente se queda durante horas mirando sus heces, a eso lo llamamos memoria. No, no es posible que de la evolución de ese sistema llegues a la estancia permanente en el ser. Van por distintos circuitos de entendimiento y experiencia. El ser no funciona con el sistema lógico de causa y efecto. Su desvelamiento se produce con una quiebra del sistema mente y cuerpo, que reconoce por investigación o gracia su naturaleza cambiante, poco fiable y finita. Al abandonar la mente esa  postura de autoimportancia infundada, el ser —por su circuito siempre presente, siempre atento, siempre fidedigno, siempre real, siempre indivisible— se ofrece poniendo orden a lo aparentemente proyectado como diverso y caótico. 


sábado, 12 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-9

 


La libertad es difícil porque nos hemos convencido de que exige esfuerzo. Y esforzarse solo fortalece la posición del esclavo y de quien asume esa infame condición. La libertad es lo natural. Ser no necesita esfuerzo, solo reconocimiento de sí. 


miércoles, 9 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-8

 


"Yo soy" es una evocación eficaz, una llamada, la mejor manera de convocarte al presente donde habita el Ser. El Ser no dice de sí mismo: "yo soy". ¡Qué necesidad tendría!

El obstáculo con que se encuentra lo importante es que siempre hay asuntos urgentes. Sé que no es ortodoxo afirmar que lo importante está en la cáscara, no en su contenido. En la cáscara está la esencia del Ser. La forma, sin añadidos conceptuales, está en íntima conexión. Es el relato, el contenido que empujamos desde dentro de la cáscara el que genera la escisión y convierte a la forma en personaje con diálogo de una historia que la sumerge en un espejismo. El despertar es como si alguien te presentara a ti mismo. Hola, qué tal, nos conocemos desde siempre, pero nadie nos había presentado. Un ser humano consciente es el lienzo en blanco. La naturaleza de la mente anima de inmediato a llenar el lienzo de trazos e historias inspiradas con el propósito de compartir sus inmensas posibilidades de expresión por los cuatro costados del cuadro. Pero el mayor de los portentos es que después de cada dibujo abstracto, de cada paisaje, de cada retrato, el lienzo vuelve a estar en blanco; no deja de estar en blanco incluso mientras se pinta. Es como si la pintura fuera una lágrima que se despeña mejilla abajo, no sin antes haber dejado limpia la cara.


domingo, 6 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-7

 


Los pensamientos parecen tan tangibles, tan pegados a lo real, tan referidos a hechos incuestionables, que solo una bocanada de Gracia puede sacarte del engaño. Cuando esto ocurre, la mente se revuelca por el suelo chillando como un niño caprichoso para llamar la atención de los padres. Si eso no funciona, la mente intentará dar pena, mostrará su sufrimiento auto infligido, apelará a la compasión, se hará más astuta. Si  eso no funciona, tratará de desprestigiar a la Gracia tachándola de insulsa, de vacua, de falta de acción, de falta de estímulos, de irreal. Si eso no funciona, se prestará a colaborar con la intención de sabotearla desde dentro. Pero la Gracia es inaccesible para todo aquello que no es ella, pues la ilusión de "otro ser" se desintegra en su presencia. Cuando la Gracia se manifiesta, la mente en un intento desesperado querrá usarla en su beneficio, convertirla en algo adulterado, en algo mental, constreñido a un pensamiento o emoción. Es después del íntimo encuentro que se aprecia un solo zumbido.


jueves, 3 de agosto de 2023

El zumbido del que subyace-6

 


El monje en su celda y el asesino en serie de ancianas están, ambos, a un solo paso de la comprensión de sí. El mismo paso: ni más grande ni más pequeño, el paso de darse cuenta de lo que es. Aquel de los dos que esté satisfecho con su vida y orgulloso de sí, es probable que tenga más difícil dar ese paso. Pero solo es un paso. Un paso hacia atrás, no hacia adelante. Un paso donde dejas de ser el actor de las acciones y observas el ilusionismo del personaje. La personalidad puede derrumbarse por un shock emocional, una enfermedad corrosiva, una pérdida traumática, un accidente grave, una crisis mental. Con el derrumbe de la personalidad descubres lo que no eres, puesto que a pesar de su hundimiento sigues ahí, intacto. Retira los escombros, y por favor te lo pido, te lo suplico, no empieces de nuevo a construir otra personalidad; date un descanso, ya sabemos que eres un gran constructor de personajes que acaban colapsando, así que detén tu afán edificante y tómate unas semanas libres. Retira todos los desechos y túmbate al sol que no ilumina ningún paisaje, a disfrutar de la espaciosidad del vacío, a respirar su aire infinito. No busques que ocurra nada, no esperes nada. Por el amor de dios, no hagas nada, simplemente estate ahí, en esa espaciosidad que se asemeja al sueño profundo. Descansa. No esperes que sea sencillo, porque tu mente se resistirá a darte vacaciones, te pinchará el culo para que te levantes y empieces cuanto antes a erigir otra personalidad, te urgirá con el supuesto mundo exterior que te llama y que si estás tumbado, te comerá como un ogro. No caigas en el miedo que se vende. Tampoco luches, no te resistas; eso le encanta. No abandones tu espacio sin forma. Sigue ahí respirando aire puro. Muévete con el cuerpo y respira desde tu estancia secreta: en el ascensor, en el cine, a la hora del bocadillo, en el trabajo, entre rezo y rezo en el convento, entre asesinato y asesinato de ancianas. Estás a un solo paso.


sábado, 29 de julio de 2023

El zumbido del que subyace-5

 


La verdad puede parecer paradójica, incluso contradictoria, porque ella asume las visiones más dispares con comodidad, sin inmutarse. Los puntos de vista se refieren a la verdad desde una imaginaria posición. La verdad acoge esa expresión y contempla su disolución.

    La cuestión fundamental es dónde colocas la identidad. Cuando dices: en mí, qué es ese "mí". Si te refieres a la forma con que apareces y desapareces a través del cuerpo, estás prolongando y propagando la montaña rusa de experiencias artificiales de lo que nace y muere. La existencia es un continuo —que no viene de ninguna parte y a ninguna parte va— atemporal. No aparece ni desaparece. Si ese "mí" se sumerge en el continuo, todo se vive con dinamismo fiable, sin variaciones caóticas, ni mundos burbujeantes que carecen de pujanza constante.


miércoles, 26 de julio de 2023

El zumbido del que subyace-4

 


No hay misiones ni objetivos descritos. La aparición de los mismos va dirigida a evitar el menoscabo de la personalidad, la cual necesita de interés propio, de importancia inventada y de proyecciones en el proceso temporal. Darse cuenta de esto es suficiente para poner la atención en el espacio que habita tanto dentro como fuera de tus fronteras corporales, puesto que ese espacio no conoce los conceptos de dentro y fuera. Se dice que la gota de agua cuando cae en el océano se diluye y desaparece como ente individual. Pero en ese caso, estaríamos planteando que existen dos partes diferenciadas de inicio: la gota y el océano. No hay tal. Cuando la gota individual pone la atención en su interior, automáticamente comprueba que su espacio se extiende y se profundiza hasta no visualizar límites ni orillas. La gota descubre el océano en sí misma, no como entidad aparte, ni como objetivo diferente en cualidad ni cantidad.  


domingo, 23 de julio de 2023

El zumbido del que subyace-3

 


La mente ingiere alimentos sensoriales del exterior proyectado (regurgitación) del pasado, del futuro, del reservorio colectivo, y genera desechos a los que llamamos pensamientos. Vincular la identidad con las heces es un modo seguro de construir un atribulado mundo de proyecciones en el que perdernos. La conciencia de ser es nuestra aportación natural a la manifestación del ser.


jueves, 20 de julio de 2023

El zumbido del que subyace-2

 



 

Si te sientas a solas en el bosque durante el tiempo suficiente descubrirás que no hay actividad registrable a simple vista, que la naturaleza y los animales apenas importunan la paz. No obstante, la pujanza de la vida llena de matices el paisaje, la realidad irrumpe en ese no "hacer nada" continuamente con un vigor asombroso. Regresas a la ciudad y te fijas en que todo el mundo está haciendo cosas: compulsivamente, yendo de aquí para allá, iniciando proyectos, planeando futuras acciones, encarando complejos asuntos, recordando historias... Observas a tu alrededor el paisaje que hemos construido y es gris, burdo y enfermizo, como si la vida se viera solapada por el protagonismo humano.

 

lunes, 17 de julio de 2023

El zumbido del que subyace-1

 


El cuerpo procura sensaciones a las que llamamos placer y dolor. Nada más que nombres. El sufrimiento es el relato mental. Los animales no acumulan sufrimiento para mascar. Solo sufren los humanos al nivel de la complejidad y variedad de sus pensamientos. El sufrimiento es irrelevante, pero hay que sufrir mucho para darse cuenta de ello.


viernes, 14 de julio de 2023

Tropecé con un decálogo de nueve puntos.

 


1

Cuánto tiempo puedes mantener los ojos cerrados, sin dormirte. Al cabo de un rato comprobarás que no eres dueño de tu maquinaria, que los órganos del cuerpo funcionan solos, que tu mente va donde quiere y tú detrás (definición de locura), y que has inventado mil formas diferentes de torturarte. Pero aun así, mantente ahí, vive la experiencia.

2

La comunicación es cháchara. La comunión es silencio. La enseñanza es ambientación. El que sabe, calla. El discípulo dice "por favor" y "gracias". El maestro se contradice mil veces hasta que el discípulo abandona la lógica que le atenaza. El maestro deja rastros. Sigue los rastros, no al maestro. No seas su animal de compañía. Los rastros te llevarán a ser tu propio maestro. Los rastros calan en la tierra.

3

El esfuerzo y la persistencia son facultades muy necesarias para el que camina a ciegas. Pero si la Gracia encuentra un resquicio, el camino se borra bajo sus pies. Todo su esfuerzo no llevaba a ninguna parte. El siguiente paso no es ya una preocupación.

4

El discípulo, sin darse cuenta, tira del maestro para que se avenga a su nivel. El maestro, dándose cuenta, tira del discípulo para que deje de hacer el idiota.

5

¿No estás harto de sufrir? No es una pregunta retórica, los hay que son adictos al sufrimiento; sin él se verían perdidos, sin personalidad. Si de verdad estás harto, tengo dos noticias para ti: una buena y otra menos buena. La buena es que puedes dejar de sufrir en este preciso instante y para siempre. Nada te lo impide y ninguna situación lo justifica. Lo que te hace sufrir no es la situación, sino los pensamientos que en tu mente se generan al respecto. No son tú ni tu realidad. Arrastran a matizar y recomponer sin descanso el cuerpo corrupto del pasado y a anticipar compulsivamente el futuro de ficción. Se tú, no ellos. Desenmascara esa falsa identidad. Es una decisión, no un proceso. Tú no necesitas pensarte. Tú eres de manera inconfundible en el ahora, en cada respiración y sin ella. Quédate ahí, no puedes encontrarte fuera de ahí. Pero recuerda que la luz no conoce los términos de dentro y fuera.

            La noticia menos buena es que no te resultará fácil creer en la buena noticia.

6

El estado de alerta en dos planos: Uno, como si estuvieras amenazado de muerte. En realidad estás amenazado de muerte, aunque no sabes dónde ni cuándo. El otro plano es permanecer atento porque esperas una información de suma importancia, un regalo de trascendencia que te trae el repartidor sin rostro. Mientras uno cae, otro se asoma, o al revés. El estado de alerta ha de ser relajado y atento para ser eficaz. Si fuera una alerta tensa, llegaría fácilmente el agotamiento. La atención parte de tus limites físicos y se va abriendo hasta la espaciosidad ilimitada. La concentración es al revés, se va cerrando hasta convertirse en orejeras de burro.

7

La personalidad es una construcción artificiosa dedicada a agradar, a encajar en el mundo, a hacerse sitio. Según va derrumbándose la personalidad, debido a su naturaleza  artificial, emerge la individualidad. El individuo es indiviso, es uno. El individuo retira los escombros de la personalidad caída para destapar los cimientos. El individuo tiene la cualidad de poner nervioso al sistema ilusorio — que es amigo de personalidades —, al tiempo que conecta con el conocimiento universal, tan grande como grande sea tu capacidad de recibir.

8

La conciencia continuada necesita que estés ahí en este momento sin sucesión de momentos. No es fácil el requisito cuando estás acostumbrado a evitarte, a tomar cualquier distracción que pase por delante como una salida de emergencia.

9

No tengas tratos con dios. Quién es ese que tiene tratos con dios. Quién es ese que no es dios. La existencia de lo humano reside en la existencia, no en lo humano.  


martes, 11 de julio de 2023

El ama de las llaves-6

 



El ama de las llaves cuida las formas y se molesta cuando la reina afirma que el valor del oro es su sustancia, que importa poco si se presenta en forma rectangular o piramidal.    

La reina afirma que de las circunstancias personales enseguida hacemos categoría universal. Solo la experiencia vacía de contenido tiene eco universal. Puedes compartir tus experiencias, pero no puedes hacer que los demás las experimenten. El día que el cuerpo no se interponga en el camino de la luz, produciendo sombra, habrás llegado a casa.