miércoles, 3 de diciembre de 2025

Escenas con escopeta recortada -6

 


Taburetes altos con forro azul en una línea que tiende a la oscuridad del fondo de una barra con ceniceros de otra época, vasos de tubo y miradas suspicaces. Un garito en el que alternan policías fuera de servicio a quienes les gusta jugar a malotes con delincuentes y chivatos de poca monta. Hablan de películas de serie B y noticias locales, de mujeres duras que los ponen firmes y de disparos al aire, porque en ellos todo es aire. Huele a fracaso, a cocaína confiscada, a sudor del final del día, a callejones con gatos que aúllan a Luna tuerta. La camarera ha oído tantas burradas entre su clientela que no le extrañaría escuchar rebuznos en búlgaro. No se queja de las escasas propinas porque le arreglan multas sin pagar y le tramitan asuntos siempre farragosos. Le muestran respeto y cariño a la hosca manera con la que están enseñados. Nadie que no sea conocido o conocido de un conocido entra en "El crack". Casi todos son hombres. Las mujeres vienen con los hombres, nunca solas. Una foto de Germán Areta empuñando un revólver cuelga de una de las paredes desconchadas, cerca de ella yace un billar sin bolas como un cementerio de vasos vacíos. Después de unas copas, la clientela se enzarza en teorías peregrinas sobre el fin del mundo. Nadie lo reconoce en voz alta, pero la posibilidad de un inminente Apocalipsis a todos les lubrica. La camarera les baja el entusiasmo diciendo: "No esperéis demasiado del fin del mundo". Y beben sumidos en pensamientos pesados con los hombros rígidos. Para los habituales del crack, Quentin Tarantino es un maricón psicópata que hace películas con fulanos de trajes robados y colonias de marca interracial; maricones todos de la vieja escuela, no como los de ahora que te lo explican con orgullo eso de darse por el culo. Señales de alboroto vienen de la calle. Un tipo rubio entra en el local sujetándose el estómago. Ha recibido varias puñaladas. Suplica ayuda. Alguien pide a la camarera que suba el volumen de la música. El tipo cae al suelo. Allí dejan que se desangre. Ninguno de los parroquianos abandona su bebida ni hace pausa en la charla. A la hora del cierre, sacan el cadáver a la  calle y llaman a los compañeros que hacen el turno de noche, después se van a casa. Ha sido una jornada como otra cualquiera. La camarera baja la persiana casi hasta abajo, cierra la puerta, se sirve una copa con mucho hielo, pincha la banda sonora de "Solos en la madrugada" de Jesús Gluck, y se pone a fregar el suelo.


lunes, 17 de noviembre de 2025

Escenas con escopeta recortada -5

 


Un puto rayo de sol aterriza en la cara reseca que está pegada a una almohada que no reconoces. Te levantas de una cama que no es la tuya. Sales de una habitación extraña. Abres la puerta de una casa ajena. Bajas a la calle y esa acera no te suena. Necesitas tirar de memoria antes de sufrir un ataque de pánico, pero las imágenes no llegan. Vistes una chaqueta verde que no es de tu talla. En uno de los bolsillos vibra un teléfono. Es la primera vez que lo ves. Das a la tecla de aceptación de llamada y escuchas sin decir nada y nada se escucha al otro lado hasta que cuelgan. Coges un autobús que va hacia el centro. Desde allí irás andando hasta llegar a la librería-papelería que regentas desde hace cinco años. «Ojalá no haya mucho ajetreo», piensas. Hace calor mañanero. Empeorará hasta hacer sudar el asfalto. En cuanto abres la persiana de la librería y te cambias esa rara chaqueta por tu bata de trabajo, enciendes la radio. Aunque sueles escuchar música suave que agrade a los clientes, hoy sintonizas las noticias. Se respira en el aire que algo ha ocurrido. Intentas recordar. Sí, en la radio hablan de muchas tragedias lejanas, nada que tenga que ver contigo. Todos los días matan y todos los días mueren. Nada preocupante. Entra en la tienda una mujer joven apoyándose en una muleta. A pesar de la edad tiene un aire tirando a momia, de momento le han vendado el pie izquierdo. Pide un libro: "Los relatos de Kolima" del escritor ruso Varlam Shalámov. El horror es imposible de narrar, pero este autor está dispuesto a intentarlo. Miras a la clienta sin discreción, de arriba abajo. Te parece extraña su presencia, como inhumana. Ella también te mira con descaro y parece conocerte, o conocer algo de ti. Le preguntas qué volumen quiere. Te pregunta cuántos hay. Le dices que son seis. Ella se decanta por el quinto. Parece que lo elige a voleo. Se lo sacas del anaquel. Para pagar acerca su móvil al datáfono. Te dice gracias. Le dices: gracias a usted. Se dirige a la puerta. Se gira y te regaña con coquetería calculada: «La próxima vez que le llame, usted contesta, ¿vale?».  Un tipo como un armario la espera fuera. Antes de marcharse juntos hacia un coche con los cristales tintados aparcado unos metros más atrás, el tipo te hace el gesto con la mano de una pistola disparando. Sudas y no sabes qué está pasando. 


viernes, 7 de noviembre de 2025

Escenas con escopeta recortada -4

 


El cañón de un arma es un agujero negro, como el alma compartida por quien aprieta el gatillo y quien recibe la bala. La suma siempre es cero. Lo que llamamos causas y efectos se anulan entre sí a lo largo de la historia. Si lo primero que haces al nacer es llorar, no esperes que la cosa mejore con el tiempo. El tiempo aboca a su extinción desde el primer segundo. Mauro no le echaba la culpa a su barrio ni a la sociedad. El eligió el mundillo delincuencial porque le parecía más emocionante y menos opresivo que estudiar y trabajar para ser decente. Con el paso de los años fue ascendiendo en la heterogénea estructura que impera en las bandas, que al final son eficaces, y según van cayendo los cabecillas por operaciones policiales, se producen los ascensos automáticos. Llegan arriba los más cabrones y con más instinto de supervivencia. Mauro había pasado por todas las fases criminales para licenciarse, y ahora si usaba un arma —rara vez— era siempre para liquidar a los trepas que querían quitarle el puesto antes de tiempo. Su estrategia consistía en mantener contentos a los mandos policiales, de ello dependía su éxito y el respeto de las otras bandas. Primero se dirigía a ellos de forma cautelosa y los untaba generosamente. Si, por lo que fuera, sufrían un ataque de honradez, entonces ordenaba seguimiento a sus familias y les dejaba sutiles, aunque amenazadores recados. Mauro fue considerado por los mandos policiales como un mal menor, y le dejaron libertad con el compromiso de que su banda no aspirara a crecer con  contactos delincuenciales a nivel internacional. A Mauro, en la última ocasión que le entrevistó un periódico por la generosa donación hecha a un centro educativo para niños con problemáticas especiales, dio este titular: «La vigilia es el sueño más largo. Y de él, más tarde o más temprano, también hay que despertar».


viernes, 31 de octubre de 2025

Escenas con escopeta recortada -3

 


Había lazos negros colgados en los cables de la luz. El pueblo estaba de luto y a oscuras. Los vecinos no hablaban por miedo a decir algo inapropiado. No ha nacido el ser con suficiente inteligencia que sepa qué decir cuando el cadáver de un muchacho aparece degollado en medio de la calle principal de una población donde todos se conocen o creen conocerse. La muerte, como hecho, es algo bastante común, aunque siempre inoportuna. Pero la forma en que llega el desenlace puede ser una bomba de relojería, un trauma comunitario, una cascada de temores inimaginables. El muchacho era hijo de la farmacéutica. Ella, aunque se lo desaconsejaron vehementemente, quiso ver el cuerpo antes de que se lo llevaran. «En mala hora», pensó después. Por alguna irracionalidad heredada de generación en generación, vinculamos nuestros sentimientos al peso de la carne muerta. Su hijo no era aquello, no era nada que se pudiera localizar en el espacio, ya se había asentado en el todo impersonal. La madre cerró la botica y se fue a Zaragoza donde vivía una hermana. No quiso saber quién, cómo, por qué. No quiso saber nada más de la vida ni de aquel idílico pueblo. La Guardia Civil investigó e interrogó a los vecinos. La hipótesis principal que manejaban era que alguien de paso se habría cruzado con el muchacho en algún momento después de bajarse del autobús que le traía del instituto al que acudía a diario en la ciudad. Quizá tuvieron un rifirrafe y el asesino lo siguió y lo pasó a cuchillo sin mediar palabra. Ni un grito. Algún testigo vio marcharse calle arriba a un forastero con gorra deportiva y pantalones cortos. Era lo que querían creer. Cualquier otro escenario en el que estuviera implicado alguien del pueblo podría desembocar en un ambiente irrespirable y vengativo. Mejor la hipótesis del asesino de paso. Aunque no encontraron ni una pista de ese forastero. Quizá un viajante, quizá un jornalero, quizá un peregrino. Alguien capaz de degollar así, a sangre fría, no es la primera ni será la última vez que se meta en líos. Sólo quedaba esperar y estar atentos al siguiente caso macabro en la región. El funeral fue incómodo y rápido.  


miércoles, 8 de octubre de 2025

sábado, 27 de septiembre de 2025

Escenas con escopeta recortada -2


¿Estaba loco por sentir que el silencio pronunciaba su nombre? «No hay nada extraño —pensaba—  pues el silencio no se somete a lógica alguna y conoce todos los nombres». Dormía a gusto en los cementerios. Hasta la fecha ningún muerto, a diferencia de los vivos, le había perturbado el sueño. Paseaba entre las tumbas al susurro de los cipreses antes de tumbarse en la hierba mullida y refrescante de la noche agosteña. Las cruces y las flores eran leales y discretas compañeras. Los pequeños roedores, los ojos de los gatos a la luz de la Luna y el canto de algún búho que salía a cazar borrando lo escrito en el aire, se habían convertido en su música de fondo. El sueño profundo y la muerte son hermanos gemelos, tan iguales que una noche los confundió y el forense, al día siguiente, no supo concretar el motivo del deceso. Escribió el consabido: "paro cardíaco". Así no te equivocas. La familia más cercana del difunto quiso castigar su extravagante comportamiento, lo sacaron del cementerio y lo incineraran para tirar sus cenizas por el retrete. ¡Mal nacidos!


sábado, 13 de septiembre de 2025

Nuevos tiempos viejos.

 


Acosado por los censores de la sociedad contemporánea, el protagonista de este relato del español Luis Amézaga comprende de la peor manera que hay que tomar acciones, y tomarlas ya.

Discreción. Organización. Resistencia.



domingo, 31 de agosto de 2025

Escenas con escopeta recortada 1


 

Decían de él que caminaba como si tuviera conocimiento de algo oculto, como si guardara una baza en la manga para cuando fuera necesario usarla. Eso traía recelosa a mucha gente. En realidad, era un bobo que se sabía bobo y por eso solía estar callado. El caminar lo emulaba de los protagonistas del cine negro americano de los años cuarenta. Nada más. Pero los rumores echaron a rodar cuesta abajo desde el pórtico de la Iglesia hasta las eras. Muchos se pusieron nerviosos temiendo que él destapara sus secretos, hasta que uno de los paisanos no pudo más con la tensión, y mientras el bobo paseaba por el camino que va a la ermita con las manos en los bolsillos, le arreó con una pala en la cabeza y lo remató con un horquillo como si fuera un pincho moruno. La Guardia Civil detuvo al culpable y el resto del pueblo respiró tranquilo porque el asunto quedó resuelto y los secretos a salvo.




lunes, 18 de agosto de 2025

Metáfora de algo.

 


La pantalla en la que lees esto es inafectada por esto. Se le exige explicaciones sobre las miserias publicadas. La pantalla no juzga lo que en ella surge cuando está encendida y que desaparece cuando se apaga. Para ella no hay una ilusión mejor que otra.

Metáfora de algo.

lunes, 21 de julio de 2025

Síntomas personales o impersonales.

 


Los síntomas que la psicología atribuye a la despersonalización o desrealización de la personalidad son similares a los experimentados por la verdadera realización de lo impersonal. 

¿Entonces?

Por los frutos* dados serán reconocibles. "¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?". 


*Nota: los frutos nada tienen que ver con los valores implantados por el buenismo. 

domingo, 13 de julio de 2025

En cada amanecer

 


Cada despertar del sueño profundo o de un estado inconsciente, cuando la mente sale de su retiro, de su voz apagada y disuelta en el silencio, se proyecta hacia fuera y crea la ilusión de continuidad con una supuesta historia que le interpela. En cada despertar, la mente se entrega a la ignorancia —o también llamada pecado original—, que consiste en confundir al objeto iluminado como si fuera un emisor de luz.

viernes, 4 de julio de 2025

¡Esa mano!

 



Me gustaría tomarte en serio,
pero hacerlo sería ofender tu inteligencia
.

 (George Bernard Shaw)


"Soy un hombre nuevo al que le queda larga la manga de la camisa".

¡Esa mano!, mi último relato en la revista Almiar-Margen Cero.

miércoles, 11 de junio de 2025

Perspectiva encajonada

 


Sólo desde la perspectiva de ser una forma con un contenido exclusivo y diferenciado, se concibe la multiplicidad. No niego que ese enfoque tenga atractivo, pero también acarrea limitación y conflicto. Es como si el espacio infinito jugara a ser el espacio que habita en una caja tomando la forma de esa caja.


miércoles, 21 de mayo de 2025

El bruñido de Lucas Mello

 

Tras volver una y otra vez al punto de partida, un hombre emprende un arduo proceso de transformación.

"La conciencia cósmica es tal que abarca a todas las criaturas. Pero nadie le dijo que ese estado se puede perder como quien pierde el sentido de la orientación".

Enlace al relato El bruñido de Lucas Mello que forma parte del libro «Dioses y Monstruos» por el 29 cumpleaños de la revista Letralia,Tierra de Letras

lunes, 28 de abril de 2025

Lo que es, nadie es.


Lo que crees que eres no cambia lo que eres. La creencia principal es que crees que apareces en la existencia como un alguien. La realidad es que eres la existencia misma. No existe nada más que la existencia misma. Claro que ocurren cosas en la existencia, pero no las posibilita un sujeto y no le ocurren a ningún sujeto. No hay un alguien localizado en forma, tiempo y espacio. Esos sucesos en proceso no son otra cosa que modulaciones de la existencia que eres.

¿Pero estas palabras quién las pronuncia, y sobre todo, a quién van dirigidas? Modulaciones de la existencia que juegan a que hay alguien que escribe y alguien que lee. Solo el silencio que está detrás del silencio realiza la existencia sin necesidad de saberlo ni explicarlo. Sin necesidad de la conciencia de ser. 


jueves, 24 de abril de 2025

sábado, 19 de abril de 2025

Relato: "Erico" en Letralia.

 


En el relato "ERICO" se explora la supervivencia, la degradación y la búsqueda de redención en la historia de un joven que se prostituye para escapar del dolor.


"ERICO", relato completo en la revista Letralia-Tierra de Letras.


miércoles, 9 de abril de 2025

Relato: "Asteria, estrella fugaz"

 



Carl Gustav Jung decía que todos nacemos originales y morimos copias. Si Asteria muere como copia será siendo fiel al original.

"Asteria, estrella fugaz", relato completo en revista Almiar-Margen Cero


viernes, 4 de abril de 2025

El hijo pródigo


No experimento que la vida tenga un propósito de mejora, evolución o aprendizaje. La vida no necesita que se le añada un sentido. Es cierto que es vivida como funcionalidad (humana, animal, vegetal), que trae consigo una percepción de ausencia del sí mismo. Esa misma ausencia te hace sentir incompleto, y te lanza a la búsqueda del reencuentro. Ahí nace la conciencia, en ese aparente ir y venir de sí mismo hacia sí mismo. La conciencia nace en el hijo pródigo, no en el hijo que nunca ha salido de la casa del padre; es un juego de espejos, una forma de salir de sí para verse a sí mismo desde fuera. 


jueves, 20 de marzo de 2025

El sueño consensuado del «estar despierto».

 


Cuando duermes los sueños son absolutamente reales para ti. No hay otra realidad en tu experiencia que esos aconteceres oníricos. En el sueño, tu cuerpo sutil proyectado está dando crema en la espalda de una mulata frente a un mar de mariposas, mientras dos gendarmes montando en jirafas quieren hacerse un selfi contigo porque dicen haberte visto por la televisión presentando un programa de cocina. En el sueño esa escena es lo real, ahí lo que no es real es la hipoteca, ni el dolor de rodilla que padeces en el estado de vigilia los días de lluvia, ni siquiera es real la mujer que duerme a tu lado y de la que no tienes ninguna referencia, porque no la tienes tampoco de tu cuerpo físico, ni de la cama, ni del mundo. Sólo cuando despiertas comprendes que la escena dando crema a la mulata era solo un sueño, que jamás ha ocurrido. Ahora tu realidad es la cama, la mujer tendida a tu lado, la hipoteca y el dolor de rodilla. Una realidad, que en su momento, cuando despiertes del «estar despierto», también descubrirás como sueño, quizá compartido, pero nunca consistente.