jueves, 14 de marzo de 2024

El zumbido del que subyace-72

 


Parte desde donde estés: coge tus ideas, tu situación vivencial, lo que piensas de ti, tus creencias, y mételas en la mochila. Échate la mochila a la espalda y ponte a andar como un peregrino sin destino. La vida es una búsqueda del tesoro. ¿Por qué da igual cuál sea tu equipaje? Porque a los pocos kilómetros te darás cuenta de que andas demasiado despacio por culpa del peso, así que sacarás (sean las que sean) tus circunstancias de la mochila y las dejarás a un lado del camino. ¡Así da gusto caminar! Después de meses de caminata aparentemente desorientada, asumes que no vas a ninguna parte, que no sabes en qué consiste el tesoro que buscas. Tú escondiste el tesoro, tú lo has estado buscando y tú eres el mismo tesoro. El paisaje y el camino se transforman en atrezzo, en música de fondo. Vuelves sobre tus pasos, pero no son los mismos pasos. Vuelves porque eres un peregrino para quien ninguna tierra es extraña ni ningún camino es de huida.  


martes, 27 de febrero de 2024

El zumbido del que subyace-71

 


Pensamos que la compasión es algo connatural a una buena persona. No lo es. Una buena persona es solo una buena persona. No posee ninguna condición diferente respecto a lo que calificamos como mala persona. La compasión nada tiene que ver con los buenos sentimientos, ni con la filantropía, ni con una actitud moral. La compasión no puede surgir de la persona, sino de lo impersonal. La compasión es no confundirse con lo falso, con la pasión; es abrir espacio a lo real, reconocer al ser aunque la persona se empeñe en amordazarse en sus condicionamientos de tiempo, espacio, memoria e historia melodramática.  


jueves, 22 de febrero de 2024

El zumbido del que subyace-70

 


Construyes una caja y no necesitas meter espacio en ella. No hay un espacio dentro de la caja y otro fuera. Es la caja la que ha aparecido en el espacio. La caja es el cuerpo. El espacio no está dentro del cuerpo, es el cuerpo el que está en el espacio. ¿Quieres descubrir cuál es tu identidad en esta analogía? Tú eres el espacio continuo e infinito. A diferencia de la caja, del cuerpo, tú no apareces en un momento dado. Cuando tiras la caja al contenedor no tiras con ella el espacio. El espacio permanece inalterado. Tú permaneces intacto aunque tiren el cuerpo al contenedor, lo metan bajo tierra o lancen al mar sus cenizas. El espacio no va a ninguna parte ni viene de ninguna parte.  


jueves, 15 de febrero de 2024

El zumbido del que subyace-69

 


A cada paso una puerta que lleva a ti mismo. A cada edad muerta —y ya llevas unas cuantas— se abre una puerta a ti mismo. Cada sueño de cada noche, cada niebla antes de la vigilia, cada día de ajetreo, una puerta que lleva a ti mismo. Cada viaje y cada aventura por el mundo se abre una puerta que lleva a ti mismo. Nunca se acabarán las opciones de ti mismo. Nadie te mete prisa, prueba todo lo que consideres oportuno, juega a todos los juegos, engorda el ego con comida basura, haz lo que tengas que hacer, pero alguna vez, aunque sea por descarte o curiosidad, cruza esa puerta que lleva a ti mismo.


sábado, 10 de febrero de 2024

El zumbido del que subyace-68

 


La facultad sensorial otorga la experiencia y crea la escena. Sin la facultad sensorial no hay contenido. Pero los sentidos, a su vez, necesitan un soporte vital para operar. Sin ese soporte, el cuerpo caería desplomado al suelo desapareciendo cualquier experiencia. Ese soporte eres tú. No tiene nada que ver con el cuerpo ni con sus funciones. Ese soporte es el que permite reconocerte a pesar de los cambios aparentes de la forma. Da igual que te trasplanten el corazón, el hígado, los riñones, los genitales, que te renueven toda la sangre, que te cambien la cara con cirugía estética. Sabes que eres tú. No de forma intelectual, sino íntima, el saber que es indubitable. Da igual que tu cuerpo y tu mente con diez años nada tengan que ver con tu cuerpo y mente de cincuenta años. Sabes que eres tú, el mismo. Da igual que tus pensamientos, ideas y creencias hayan cambiado. Sabes que eres tú, el mismo. Da igual que estés en el estado de vigilia con los sentidos a pleno rendimiento o en sueño profundo sin referencia del cuerpo ni del mundo. Eres tú. Esa continuidad es porque tú no cambias. Lo que no cambia es lo único real en estado puro.


sábado, 3 de febrero de 2024

El zumbido del que subyace-67

 


Es este instante. No hay otro. Es vertical. En la línea vertical no hay diferencias, sea cual sea la altura a la que te sitúes. Las diferencias son propias de la línea horizontal, temporal, de los cambios en la forma. Este instante es el aquí y el ahora, sin otro aquí y ahora. Este instante es el ser atento a sí mismo. Cuando el ser se expande y está atento a esa expansión aparece el universo, y sus formas adquieren perspectiva. El ser es uno, sus movimientos son dos: contracción y expansión.

Estás en una habitación: hay un escritorio, una silla, unas baldas, una cama, un armario, una ventana, una puerta, un cuerpo humano (con el que te identificas), una lámpara, un suelo, una alfombra y cuatro paredes. Para observar la escena en su totalidad y libertad, el testigo no puede asumir un centro de observación desde ninguna de las formas que pueblan la habitación. ¿Desde dónde concibe la escena entonces? Desde el espacio vacío. Ese es el estado natural del ser.


miércoles, 31 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-66

 


La belleza de la Luna llena reside en su vacío y en que no espera nada de ti. La belleza de la Luna llena proviene de una luz que no es suya, prestada por un amor desinteresado de estrella. La belleza de la Luna llena está en tus ojos, que miran lejos como si estuviera cerca. La belleza del Cosmos mora dentro de ti. Vuelve la atención hacia dentro, encontrarás un descomunal agujero negro. La mente abandona las formas dispersas por el universo y atrae la materia hacia su horizonte de eventos. Las criaturas de gas bajan en espiral hasta que se funden con lo incorpóreo. El agujero negro de tu interior no tiene bordes ni superficies rígidas, no posee atributos externos visibles, en él millones de galaxias se concentran en la punta de un lápiz, logrando un poder de atracción infinito, una densidad inusitada. En él se produce la singularidad, las leyes de la física dejan de funcionar, el espacio-tiempo se convierte en una ideación limitante. La característica que más impresiona de este agujero negro de tu corazón es la combinación de simplicidad y poder. De la succión de todo lo visible extrae su invisibilidad.  


domingo, 28 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-65

 


Muchos son los maestros, sabias sus palabras. La realización en ellos no se pone en duda. Y, sin embargo, en ocasiones sus analogías, sus señalizaciones, sus mensajes saben a comida recalentada. La frescura de la presencia queda solapada por el discurso. Alguien con sincero anhelo de estabilizar su libertad, no busca en el maestro sus palabras, ni la transmisión directa de la iluminación, ni experiencias extrasensoriales; sólo quiere su compañía, contemplar cómo prepara la comida, riega las plantas, pinta una pared, se atusa el pelo, se toma una copa de vino. Sólo quiere comprobar de primera mano,  sobre el terreno, eso que parece imposible a ojos de  alguien con la libertad sin estabilizar: cómo se compatibilizan dos estados aparentemente opuestos, cómo casa lo mundano con la realidad del espíritu. El maestro cree que debe decir algo, pero el discípulo le ruega que se calle porque está a punto de descubrir que nada es incompatible con la unicidad del espacio sin bordes al verle pelar una manzana.


jueves, 25 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-64

 


Cuando lo que eres se aviene a ser percibido por tus sentidos es como experimentar la vastedad de la naturaleza a través de un tiesto en tu ventana.

La mente es contenido hipnótico. La conciencia es continente impersonal. Puede haber continente sin contenido, pero no al revés. La mente puede morir de inanición por falta de atención. Esa muerte en vida le hará brillar como nunca, porque es una muerte del contenido manoseado, del plato recalentado de la memoria. La conciencia de ser acaba por disolverse en el ser que no precisa de conciencia. El sufrimiento viene de creer que el contenido, bien hilado y de apariencia continua, es lo fundamental. La continuidad solo la posibilita el continente.  

La mente, aunque parezca colaborar en su propia destitución de anquilosadas costumbres, guarda tensiones en el cuerpo que desembalsa de manera abrupta e inesperada, mostrando aún su desarmonía con el papel secundario de colorear que le corresponde. Esas pataletas desaparecerán si no les prestas atención, si a la mente no le cedes tu identidad. Es tu atención y el otorgamiento de importancia lo que las provoca y agranda. Mantente en ti ¿Dónde si no? En el fondo del océano, donde el oleaje no interrumpe la paz.


lunes, 22 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-63

 


 Lo que sabes de algo no es ese algo, lo que piensas de algo no es ese algo, lo que percibes de algo no es ese algo, el nombre que le das no es ese algo. Lo que crees que eres no eres tú, lo que piensas que eres no eres tú, lo que sabes de ti no eres tú. 

Cualquier objeto solo lo experimentas a través de las percepciones, lo conoces a través de los sentidos codificados. Según tu experiencia, nada hay fuera de ti como realidad independiente, separada y objetiva; solo sabes de ella a través de ti. Que ese objeto pueda existir disociado de ti es una creencia, no una experiencia. 

Con estos dos párrafos comienza la aventura de vuelta a casa.  


sábado, 20 de enero de 2024

Quienes habitan el planeta. En revista Letralia.

 


El mundo es un lugar abrupto y desencantado para criaturas con sensibilidad para la belleza y la justicia, como comprueba el protagonista de este relato del español Luis Amézaga.


viernes, 19 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-62

 


No eres tú contra el mundo. El mundo no está contra ti. No hay dos bandos. Estamos todos en el mismo equipo. Remamos en la misma dirección sin dirección. No hay objetivo, no hay un plan, pero hay un clamor unísono por la realización del Ser. Creador y creado son lo mismo. Sujeto y objeto son lo mismo. Observador y observado son lo mismo. Apariencia distinta, sí, pero lo mismo. Como el agua es la misma aunque su estado sea líquido, sólido o gaseoso. Solo se te antoja que impera la desarmonía cuando a tu ideación le otorgas una credibilidad propia, una entidad independiente del resto. Lo que consideras problemas son sacudidas y acicates para que salgas de ese autoconfinamiento que es tener una idea limitante de ti mismo y del mundo. La realidad no puede ser atrapada en una foto fija.  


martes, 16 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-61

 


La personalidad consume mucha energía impropia en mantenerse brillante, ya que no es autoluminosa. Cuanto menos personalidad, más presencia. Cuanto menos afán por parte del personaje biográfico, más pujanza de la vida. Imagina que la personalidad es ese instrumento que rompe el equilibrio de la orquesta porque se siente con ganas de hacerse oír y convierte la armonía en ruido. El que se aburre consigo mismo, el que no tiene suficiente con uno mismo, busca construirse una personalidad para salir al mundo. Un papel que le ayuda a ganarse un sitio en la sátira.


sábado, 13 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-60

 


Sabes que eres. Pero ese ser te parece vacuo. Entonces piensas que debes llenarlo con cosas que crees que eres: crees que eres hijo, crees que eres estudiante de medicina, crees que eres amigo, crees que eres de izquierdas, crees que eres novio, crees que eres padre, crees que eres médico, crees que eres viajero empedernido, crees que eres aficionado a un equipo de fútbol, crees que eres amable, crees que eres propietario de un apartamento, crees que eres creativo, crees que eres religioso, crees que eres apasionado, crees que la vida está siendo injusta, crees que eres artista, crees que eres tenaz, crees que eres abuelo, crees que eres sabio, crees que eres jubilado, crees que te estás muriendo. Nunca acabas de llenar ese vacío. La capacidad para convertir en pseudo-realidad la película que creemos ser viene de lo que somos y nunca nombramos.  


miércoles, 10 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-59

 


Cualquier cosa que conozcas, tú estabas antes para poder conocerla. Cualquier cosa que experimentes, tú estabas antes para poder experimentarla. Cualquier cosa en la que creas, tú estabas antes para poder creerla. Tú estabas antes.  

El individuo hace lo que puede hasta que descubre que no hay un "alguien" hacedor. A partir de entonces hace lo que quiere.


domingo, 7 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-58

 


Buscamos en los excesos y en el autoengaño la suelta del relato mental que nos tiene atrapados con su peso insoportable. Procuramos con diferentes sustancias la desinhibición, el pensamiento más lento, el volumen más bajo.

            En el orgasmo qué ocurre, cuál es su principal motivo de placer: que dejamos de pensar, que se da un estado de nada y relajación por ausencia del mecanismo controlador.

            Qué buscamos y necesitamos del estado de sueño profundo: dejar de tener como referencia a la mente. Es indispensable este sueño diario para cargar la batería de nuestra materialidad. Sin esa desconexión la energía vital se derrumbaría en poco tiempo. Aun así, nos identificamos con la mente y su cuerpo, con la personalidad derivada que nos provoca frustración, miedo, ansiedad, sensación de carencia... Solo en su silencio encontramos un atisbo de paz.  


jueves, 4 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-57

 


El instante vertical y el flujo de tiempos horizontales. El instante vertical es uno y no es que dure mucho, es que no entiende de duración. Lo abarca todo en este momento sin medición temporal y nunca aparece ni desaparece. Los instantes horizontales se ponen muy juntitos dando la sensación de continuidad: son fotos fijas que al surgir tan rápidamente y tan de seguido crean la sensación de movimiento temporal, de película, de guión de nuestra vida. En realidad, los instantes horizontales desaparecen en cuanto aparecen. Sobra decir  que lo que aparece y desaparece es apariencia.

El hecho fenoménico (lo que pasa), el relato mental (aquello que piensas que pasa), el desarrollo de la personalidad por acumulación de experiencias, ideas, emociones (aquél a quien le pasa). Tú no eres ninguno de ellos ni una combinación de ellos. Eres el testigo que subyace a esa obra de ilusión creativa, eres el soporte donde ocurre ese guión aderezado al gusto, eres la memoria libre necesaria para que la memoria ocupada pueda ser operativa, eres el vacío que posibilita la visibilidad de la materia. Eres intocable por el hecho fenoménico, el relato mental y el desarrollo del ego. No eres algo en evolución. Eres completo, acabado, realizado en sí. Eres anterior a la puesta en escena, eres durante la función y sigues siendo cuando baja el telón. Eres el instante vertical en el que el tiempo horizontal juega y exhibe sus trucos de magia.


lunes, 1 de enero de 2024

El zumbido del que subyace-56

 


En el estado de sueño, sueñas. En el estado de vigilia, sueñas que estás despierto. Más allá y más acá de los estados, en la conciencia, estás despierto jugando a los sueños.

Todo cabe en la presencia. Todo. Tú puedes negarla, por supuesto, faltaría más. También cabe su negación. Lo que no puede ella es negarte a ti, que es lo mismo que negarse a sí misma. La presencia es afirmación sin límites. En esa su espiral, cuyo punto de origen o final es el cráter de un volcán del cual surgen emisiones sin descanso de calor y luz hacia la zona habitada por las formas más diversas, nunca la  multiplicidad es incompatible con el uno. Las formas se expresan usando de soporte a la fuente de calor y luz (sean conscientes de ello o no), y la fuente se manifiesta en sus formas porque ha hecho un movimiento consciente. Un solo corazón, un solo mecanismo, dos direcciones. Las diferentes formas se colocan en la espiral donde consideran les es más idóneo. Nada ni nadie le indica a la forma el lugar a ocupar, ella va tanteando hasta dar con ese su mirador o perspectiva desde donde realiza el ser. Los diferentes puntos de la espiral no atienden a la lógica mental de superior, inferior, mejor o peor. Los niveles vienen dados por la elección de la distancia elegida respecto a la fuente. Hay formas que prefieren más distancia, una luz más tenue, un temperatura más templada, incluso fría. Otras prefieren el calor intenso de las proximidades del cráter, la luz cegadora. Entre ambos extremos, cada forma va moviéndose y descansando en el sitio que percibe como un traje hecho a medida. Todo está bien. Todo cabe. Cabe la unidad, cabe la dualidad, cabe la multiplicidad, cabe el vacío y caben las formas y sus peculiaridades; caben todos los caminos que llevan a Roma porque en realidad nunca hemos salido de Roma. Aunque seamos capaces de describir con infinidad de detalles esos caminos, no significa que nos hayamos alejado de Roma. Igual que puedes describir con minuciosidad un sueño en el que has explorado tierras lejanas sin moverte de la cama.


viernes, 29 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-55

 


Comemos la manzana y nos olvidamos del paraíso, nos sumergimos en la ideación y nos olvidamos de la fuente original, de la memoria libre. Nos adentramos en la pintura representativa y nos olvidamos de que bajo ella, como soporte, está el lienzo en blanco. Somos criaturas de ida y vuelta, de expansión y contracción. Estamos en el movimiento de expansión, en el movimiento de olvido, porque aún creemos en el cultivo de manzanas con un aspecto y sabor superiores a las del paraíso. Creemos en idear un mundo maravilloso, satisfactorio y completo, creemos en representar una pintura genial que sea más pura que el lienzo en blanco. Aún. Creemos que podemos construir algo mejor de lo que somos —y que hemos olvidado que somos—, algo con más picante, quizá. ¿Cuánto tarda uno en darse cuenta de que el picante excita, pero no alimenta?


martes, 26 de diciembre de 2023

El zumbido del que subyace-54

 


La vida es una celebración de la existencia que dura lo que dura una celebración. La distorsión llega cuando cada uno de los invitados a la fiesta, a título personal, se considera el homenajeado. Y claro, están tristes porque no reciben la atención que esperaban; se sienten rechazados, mendicantes, solos.